BIBUBI: la gran petada

El objetivo de hoy está claro: completar la primera etapa de la BIMABI y dormir en Segovia. Pero parece que la BIMABI se me está resistiendo y me tengo que conformar con hacer una BIBUBI, un ida y vuelta de Bilbao a Burgos.

Iba a salir a las 05:00, pero estoy un poco remolón y no lo hago hasta las 07:00. Hay niebla en el valle del Cadagua, aunque la temperatura es altísima ya para estas horas. A la altura de Villasana de Mena inicio la subida al Puerto de El Cabrio, donde comienza a despejar definitivamente. La presencia del sol sube de golpe un montón de grados.









No tiene mucha historia este Puerto de El Cabrio, tan solo un par de rampas cercanas al 8-9% y carril para vehículos lentos que se agradece al estar la carretera petada de camiones un día laborable como hoy.

Un pequeño descenso me lleva hasta Villarcayo después de dejar atrás El Crucero. Tan solo hay un par de repechos en medio, el más importante, el Alto de Bocos. Destaca de esta tachuela la visión de las curvas enlazadas de la rampa final y el vertiginoso descenso por la vertiente de Bocos, que sí que tiene algo más de pendiente.






En Villarcayo, con 82km recorridos, paro a reponer fuerzas. Me meto en un autoservicio y me siento en un banco a la sombra de los árboles. El calor para estas horas es asfixiante y sé que las voy a pasar putas subiendo La Mazorra, que no tiene ni una sola sombra. Al dejar Villarcayo, paso por el tramo más bonito del día: el desfiladero por el que transita el Ebro antes de llegar a Valdenoceda.





Ya en Valdenoceda, toca subir La Mazorra. La llegada del puerto se ve simultaneamente con la salida. Unas grandes heridas en la montaña marcan por dónde va la carretera. Apenas son media docena de kilómetros, apenas tiene grandes pendientes si exceptuamos la rampa inicial, pero con casi 40º es insoportable.






El tramo siguiente es de lo más pestoso que hay un día de calor. Largas rectas pero con toboganes en 30 o 40 kilómetros a través del Páramo de Masa. A un descenso al 8% le sigue una subida con la misma pendiente y, para más guasa, empieza a soplar un fuerte viento sur en contra.



Paro a comer un bocata en el bar de la gasolinera de Cernégula con un calor increíble. Pero en el rato que estoy allí se empieza a nublar y el viento se agudiza. Parece que viene tormenta.

En esas que llego a Burgos y me empieza a llover gotones de esos gordos con aroma a ozono. Lo que tengo por delante no es nada esperanzador: cortinas de agua en apenas 20km. Me refugio en unos soportales junto a la catedral y llamo a Amaia que me chiva que en Palencia ha debido estar granizando a lo bestia, según han dicho en la tele, y que dan lluvia en la zona de Burgos y Segovia para toda la tarde.

Analizo la situación y ... ¡decido volverme! Solo me interesa la BIMABI por la preparación para otras historias y la tirada larga de 300 y pico kilómetros que quería hacer hoy también la puedo completar regresando a Bilbao. Aunque me moje camino de casa, no me va a importar.

Pero hay un problema: no tengo llaves de casa. Calculo la hora de llegada y no va a ser muy pronto que digamos así que, aprovechando que ahora tengo viento favorable y terreno mayormente descendente, le meto caña como casi nunca hago. Amaia me va a esperar despierta para eso de las 11:30 o así.

En previsión de la lluvia, meto todo impermeable en la mochila, lo que me impide hacer fotos en toda la vuelta, y me meto por la N-I para pisar zapatilla. La subida al Puerto de la Brújula por el lado de Burgos no es ni puerto y sigo dándolo todo para abajo hasta Pancorbo.

Camiones y camiones me acompañan en todo este tramo. En Pancorbo repongo líquidos en la gasolinera. Voy disecado. Al tiempo, parece que no me voy a mojar, porque lo que tengo delante de mí está más claro. Son las 20:30 cuando salgo de allí.

Me desvío hacia Santa Gadea del Cid. Solo algún repecho interrumpe el contínuo descender. Viento favorable, me cebo y me voy vaciando. Así hasta llegar a Berberana, donde se inicia la vertiente fácil del Puerto de Orduña. Los dos primeros kilómetros los hago a saco y .... y ..... ¡¡y peto!!

A falta de dos kilómetros para la cima, no soy capaz de dar una pedalada. Le llamo a Amaia para avisarla de que no me espere, que no voy a llegar a Bilbao. Pero me acuerdo de que en Orduña hay Cercanías y le pido que me mire los horarios en Internet. Uno sale a las 22:20, pero no puedo llegar porque son las 22:15. El otro sale a las 22:55, esa es mi oportunidad.

Saco fuerzas de no sé dónde y me hago una cronoescalada de kilómetro y medio y un descenso con luces dándolo todo. Por las calles de Orduña no me oriento para encontrar la estación y tengo que preguntar en dos ocasiones y llego a las 22:53 por los pelos de Blas y medio mareado del esfuerzo tremendo que me ha costado.

280 kilómetros, suficientes para quedarse dormido nada más cerrarse la puerta del vagón. En cuanto llego a Bilbao y termino de ducharme, comienza a caer la mundial. Otra vez que no me mojo, otra vez que las cosas pasan porque tenían que pasar.

Hacía muchísimo tiempo que no petaba así, ya ni me acordaba. Pero está bien hacerlo de vez en cuando.

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4 Comentarios

  1. Esas petadas son las que te ponen fino. Te queda el cuerpo vacío del todo y luego todo se regenera mucho mejor. Verás como a partir de ahora tu resistencia ha aumentado considerablemente....para lo que se avecine!

    Los calamares pueden esperar.....

    Saludos!

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  2. Desde que se..... lo que es petar y ademas a lo grande, estoy muy sensibilizada con el tema....
    Mañana sera otro dia y ademas hace muuucho calor.....
    ANIMO!!!!! que te quedan muchas cosas guapas este verano y te felicito por darte la vuelta y hacer las cosas bien....que para mi es lo mas complicado.

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  3. - Y tan fino! Como que creo que me he dejado unos kilitos por el camino. Este año he parado mucho tiempo y lo estoy pagando, ¡qué le vamos a hacer! Con este calor, ¿tú estarás como dios, no?

    - ¡Gracias Amaia! Nos tenemos que apoyar en nuestros momentos de penuria, jejeje

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  4. Ahora estoy en 3 semanas de descanso total de bici, para llegar a Alpes sin un gramo de cansancio en el cuerpo y con todo el kilometraje de este año bien asimilado.
    Allí sí que voy a petar, y más de una vez, seguro,jejeje.

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