Los lagos siguen en su sitio

  16 de octubre de 2021  

Después de la visita de ayer al Jitu de Escarandi, hoy toca subir a los Lagos de Covadonga. La pena es que ha salido un día muy brumoso y tristón, con un cielo gris que amenaza lluvia en cualquier momento y que espero que me respete unas horas.



He dejado el coche en uno de esos amplios aparcamientos de los restaurantes que hay en las rotondas anteriores a llegar a la de Covadonga, lo que me permite rodar unos kilómetros para ir entrando en calor.


Pasada la barrera, empieza lo bueno, con estos 14km al 7% que siempre se hacen más duros de lo que indican sus números.


Y la culpa la tiene esta parte central de la subida, donde nunca se baja de la doble cifra y que va minando las piernas poco a poco. Sin embargo, la belleza paisajística es de tal envergadura que no se sufre, sino que se disfruta.


Hoy las fotos no lucen, ya que el día está muy gris. La llegada al Mirador de la Reina siempre se toma como un respiro pero no deja de ser el aviso de lo que viene en un kilómetro realmente duro.


Es una gozada echar la vista atrás para disfrutar de lo ascendido y de estas vistas colosales. Tras años y años viniendo a Asturias para hacer puertos, cada vez me gusta más este. Es único.


Cuando quedan solo tres kilómetros para llegar, la ilusión por ver el primero de los dos lagos hace que no sientas tanto la dureza, que la hay y mucha.


Y ahí aparece el lago Enol, una maravilla ante la cual siempre hay que parar para hacer, una y otra vez, la misma fotografía. Ni sé cuántas tendré ya desde el mismo punto de vista.


Un descenso, una suave rampa, un poco de llaneo, ..., y se llega al lago de La Ercina para completar el deleite de los sentidos, esta vez un poco apagados por culpa de la bruma. Aún así, colosal, pero sin demasiado tiempo para el disfrute porque se pone a chispear y tengo que salir disparado para abajo, dando por concluida la jornada solo con esta subida. Mañana habrá más.

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