Subidas y turismo en Viena

  10 de septiembre de 2021  

Aunque esta sea la entrada del día 10, empiezo por la tarde de ayer para dejar juntas las imágenes de los dos puertos que comienzan en Birkfeld: Straßegg y Schanzsattel.



Al llegar con tiempo de quitarme unos de los dos, aparco en un amplio aparcamiento que hay en el fondo de esta localidad, rodeada de montañas por todas partes.


La subida a Straßegg consta de 17km al 3´5%, siendo muy irregular y con un importante tramo de bajada tras la pared que supone salir de Birkfeld, con dos kilómetros al 8-9% que se hacen duros de salida. A diferencia de Hungría, aquí en Austria ya hay vida y el tráfico es importante.


Superados ese par de kilómetros iniciales, se sale de la localidad y se inicia un terreno descendente entre grandes praderas verdes. Son cuatro kilómetros de descenso hasta volver a subir suavemente.


La hora vespertina y lo montañoso del terreno hacen que el sol no entre en el valle y que la temperatura sea bastante fresca, lo que será duro de bajada en un puerto tan largo.


El tramo de nueve kilómetros con pendientes del 3-4% como mucho no es muy entretenido que digamos, solo con alguna casa de vez en cuando para romper la monotonía de un valle tan cerrado.


A unos cinco kilómetros de la cima se pasa por la localidad de Gasen. Es como si fuera un pueblo fantasma porque no veo a nadie, puede que por la hora que es. En esta parte de Europa la gente se suele recoger antes.


Los tres últimos kilómetros me recuerdan para qué estoy aquí y los porcentajes van subiendo de un 6% a un 8% y, para terminar, un último kilómetro al 12% de pendiente media que se hace duro.


Hasta coronar en un puerto de carretera típico con una explanada que permite ver el valle del otro lado, donde hay una camper aparcada, como tantas y tantas veces me encuentro.


Duermo en el mismo aparcamiento del fondo del valle y, ahora sí, empiezo el día 10 de septiembre con el último puerto de este viaje: Schanzsattel.


Se trata de otro puerto de 18km al 3´5%, esta vez distribuido en tres escalones y con un final en bajada, puesto el que el punto más elevado lo encontramos en el km.15 de la subida.


Ha amanecido un día perfecto para poder disfrutar de una buena visita a Viena, así que no me ando con chiquitas y como es puerto único de la jornada, me exprimo al máximo.


El primer escalón son cuatro kilómetros, con solo dos al 7% y los otros muy suaves. El paisaje es muy cambiante, pasando por pequeños núcleos de población, lo que hace a la subida muy entretenida.


El segundo escalón aumenta un poco la dificulta, con pendientes del 7-8% a lo largo de otros cuatro kilómetros, aunque vienen seguidos de otro descenso de un par de kilómetros para descansar otra vez.


Tras pasar por Fischbach viene el tercer escalón del puerto, con dos kilómetros seguidos al 10%, el tramo más duro de toda la subida.


No solo es el tramo más duro, sino que también resulta ser el más interesante por la altitud alcanzada y las enormes vistas que se tienen de la zona.


Una vez llegados al punto más elevado, yo no sé si el track está mal o si el puerto es más abajo o qué es lo que pasa, porque desciendo tres kilómetros más hasta que me doy cuenta de que estoy yendo más allá de lo que debo.


Terminadas las dos subidas de Birkfeld, aún me quedan muchos puertos de Austria pero, como he dicho más veces, al ser mi país favorito lo estoy haciendo a poquitos, ya que siempre me pilla de paso en estos viajes por Europa del este. Me desplazo hasta la cercana Viena para recorrer la capital austríaca, aparcando como siempre en estos casos en las afueras.


Entro por una zona de rascacielos para adentrarme después el la zona centro, con una arquitectura del Barroco que alucinas. Viena es una capital impresionante, aunque demasiado masificada, bien es cierto.


Algunas imágenes de carruajes, junto con lo espectacular de su catedral y el conectar imaginariamente el Danubio con el Gualdalquivir, llámame loco pero me hacen relacionar a Viena con Sevilla.


Me paso todo el día pedaleando por sus calles y parques, disfrutando de los monumentos, de la estación de ferrocarril, del paseo del río, ... Me llama la atención la cantidad de gente joven y de gente de pasta que se ve. Se nota que es una ciudad elitista, algo que alguna vez he podido comentar con algún ciclista austriaco.


El caso es que me salen un montón de kilómetros recorriendo Viena de lado a lado, de arriba a abajo, en una jornada muy disfrutona. Se me hace tarde y decido dormir a las afueras para iniciar mañana un largo vieje de vuelta.

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