La franja central de Eslovaquia

  7 de septiembre de 2021  

Otro día más al lío, esta vez del lado de la frontera de Eslovaquia. El plan para hoy es ir haciendo puertos de la franja central del país, yendo de norte a sur, hasta que me de la jornada. Los desplazamientos entre subida y subida son de unos cincuenta kilómetros, ni muy cerca ni muy lejos, justo para ir comiendo algo entre puertos.



He dormido en medio de la subida, en una explanada con alguna que otra construcción muy curiosa. Es como una especie de zona para hacer demostraciones con público, no sé muy bien de qué tipo.


El caso es que bajo hasta Zuberec para empezar de ahí el recuento de esta docena de kilómetros que no llegan al 5% por culpa de la primera parte, dejándolo todo para los tres kilómetros finales.


La zona es como un espacio de esparcimiento para montañeros y no hay nada de tráfico matinal. Ha salido una mañana fresca, aunque haga sol, y eso me obliga a salir abrigado.


Se llega a un punto en el que hay barrera que impide el paso a vehículos motorizados, de manera que sigo ascendiendo suavemente por esta pista perfectamente asfaltada que transcurre entre alto arbolado. La subida a Ťatliakovo Jazero es de esas aburridas, ya que no se ve nada, hasta que los dos últimos kilómetros se ponen en doble cifra y ya no dan descanso.


Abandono este centro de montañeros para acercarme hasta la localidad de Hybe. Ahí da comienzo la ascensión a Sedlo Čertovica, 18km al 3%, nada del otro mundo.


Puerto anodino donde los haya, subiendo por una carretera en perfecto estado hasta llegar al collado de paso en la carretera que va a Brezno. Vamos, un puerto de carretera de toda la vida, tan suave y monótono que me aburro un huevo.


El tercero del día no va a tener nada que ver. Desde la localidad de Gerlachov se sube a Slieszky Dom, probablemente el sitio más chulo en el que he estado en este viaje.


Ya de inicio se sabe más o menos a dónde se va a subir, puesto que la montaña aparece despejada delante. Son 10km al 8´5%, así que los números también acompañan.


Como los dos primeros kilómetros son al 5%, pues ya se imagino uno que el resto va a ser de doble cifra en todo momento.


Lo más interesante de este puerto es que se tiene delante el pico Gerlachov, que con sus 2.655m es la cima más elevada de los Montes Tatras y, de la misma manera, la cima de la cordillera de Los Cárpatos.


Ya de salida soy consciente de que estoy en un lugar especial, ya que todo así lo indica. Desde la coqueta estación de tren hasta los numerosos edificios de apartamentos se ve que aquí hay más movimiento.


A excepción de los kilómetros iniciales de aproximación, la mayor parte de la subida está prohibida para vehículos a motor, cosa que ya suele ser habitual en muchos lugares de Europa.


Y la ascensión no decepciona lo más mínimo. Sin tener una longitud excesiva, se van alternando diferentes paisajes y el sonido del agua acompaña las pedaladas.


Sin bajar de un 10% de pendiente durante algo más de tres kilómetros seguidos, voy haciendo camino. La subida es constante, sin rampas duras, así que tampoco es mucho problema.


La pista se estrecha más y más a medida que va adoptando un paisaje de montaña más propio de otras cordilleras y, como no tengo ni idea de lo que me voy a encontrar, subo muy animado.


El final tiene lugar en un enorme complejo hotelero, a orillas de un lago, donde termina el asfalto. A partir de ahí, si se quiere ascender al Gerlachov, hay que seguir alguna de las rutas señalizadas por las que hay una ingente cantidad de gente con mochila.


Con el buen sabor de boca de la subida al Slieszky Dom, me desplazo hasta la localidad de Sumiac para el siguiente del día: Kráľova Hoľa. No tengo ni idea de si estará bien escrito.


Pues nada, otra docena de kilómetros al 8´5% me esperan en este puerto de mil metros de desnivel. El día ha ido mejorando una barbaridad y hace un calorcete muy agradable.


Pero me llevo el sorpresón de que este puerto no se sube sin BTT. Me tiro un par de kilómetros rodando por una pista de grava, con algunas rieras cruzando de lado a lado, hasta que se me inflan y decido dejarlo. Luego he comprobado que no tiene asfalto en los siete primeros kilómetros y que el que hay en los seis últimos está destrozado.


Así que acabo en Hnusta con tiempo de hacer un quinto en la jornada de hoy, ya que este Sedlo Brezina no llega a los cinco kilómetros. La pendiente media es del 5%, así que es de esos puertos que se hacen en un ratito.


Y es que tampoco se puede contar mucho de esta subida. Por buena carretera, sin tráfico, se asciende a un collado de paso, donde destaca un tablero con información sobre la ruta Márie Széchy, de la que tampoco he podido encontrar mucha información en la Web. Al parecer, fue una tipa del sXVII que tuvo alguna relación con los escolapios y que fue desterrada de la fortaleza de Muranyi que había heredado. Según he leído, su tercer marido fue acusado de conspirar contra el emperador, o vete tú a saber. 


Termina así el día, con el buen gusto del Slieszky Dom. Me toca un buen traslado de 120km hasta Kremnica, ya más al oeste, para continuar con las subidas de Eslovaquia, aunque comenzando con el retorno a casa.

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