El noroeste de Hungría

  9 de septiembre de 2021  

Ya queda poco, el verano toca a su fin y hoy es el anteúltimo día de este nuevo periplo europeo con una incorporación de un nuevo país al listado de puertos: Hungría.



Ayer terminé en Bratislava ya muy entrada la tarde, a punto de anochecer, con lo que el traslado a Ecs lo hice de noche, con lo que no sabía muy bien qué me iba a encontrar cuando amaneciera. En cuanto salen los primeros rayos de sol, descubro ante mí un paisaje completamente llano.


La subida que tengo delante no es más que el acceso a una loma donde hay una abadía, la de Pannonhalma. Son solo cuatro kilómetros y medio para salvar algo más de cien metros de desnivel, con todo el terreno de aproximación completamente llano por un bidegorri.


Solo el último kilómetro de ascensión es realmente de subida, con una pendiente media superior al 8% y algún pico de doble cifra. La carretera empieza a subir en el cruce de la localidad que recibe el nombre de la subida o, mejor dicho, que le da nombre a la abadía. El acceso es con suelo de pavé. Se llega a una pequeña plazoleta que hace las veces de rotonda y ya está.


Tras más de cien kilómetros de coche, llego a Koszeg, cerca de la frontera austríaca, donde comienza una de las vertientes de la subida a Hörmann-Forrás.


Se trata de un puerto de diez kilómetros al 4´5%, aunque con el grueso del desnivel en la parte central, al 6%. El inicio por buena carretera resulta un paseo, con calor y sin coches.


Pero luego la subida cambia de manera importante al adentrarse en la montaña por una pista más estrecha, con arbolado y esa pendiente constante al 6% que se hace insalvable para algún local con bicicleta de paseo.


La subida no es nada dura y resulta agradable, sobre todo por aquello de estar recorriendo un nuevo país. Diez kilómetros es una distancia que considero ideal para este tipo de puertos.


La parte alta estrecha la pista y añade algo de gravilla suelta en algunas zonas. La pendiente baja tanto que solo se llanea hasta el tramo final.


Hörmann-Forrás termina en un espacio un tanto indefinido, dada esa planicie de la cima de esta montaña. Hay un panel explicativo de la zona, una pista que continúa llana y una barrera que impide el paso a un pequeño aparcamiento.


Me queda toda la tarde por delante tras un traslado de 87km hasta Birkfeld, en Austria, donde tengo planeadas sus dos subidas como plato final del viaje, antes de visitar Viena. Esta tarde me quitaré una para que me quede más tiempo libre de turisteo por la capital, pero como comparten inicio, prefiero enseñarlas juntas en la entrada de mañana.

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