Los Vosgos del Norte

3 de julio de 2021

Comienza el viaje de puertos, tras el breve aperitivo de ayer, con la subida al Champ du Feu, también con inicio en Schirmeck. Se trata del punto más elevado del Bajo Rin, una estación de esquí de fondo coronada por un torreón de antenas.



El inicio desde Schirmeck es testimonial, ya que se recorren siete kilómetros prácticamente llanos hasta llegar a la localidad de Fouday, donde realmente se empieza a subir.


Apenas me encuentro ningún tráfico a estas horas tan tempraneras. En esta zona de Francia cercana a la frontera alemana apenas hay subidas de entidad, con lo que espero hacer varias durante toda la jornada de picaflores.


Se pasa por la localidad de Fouday y la pendiente ya no bajará más del 5%. La carretera remonta una colina serpenteando entre bosque, algo muy característico de esta zona.


Empieza a salir el sol pero apenas lo veo, encerrado en la espesura. La pendiente va subiendo poco a poco, hasta llegar a un kilómetro central que supera el 9% de media.


Como sucede en muchas estaciones de esquí, llego a una bifurcación en la que tengo diferentes opciones de acceso a la cumbre. Yo sigo directo hacia el col de la Charbonnière.


La pendiente va bajando poco a poco, de un 7% a un 6%, con mucha suavidad, pero lo suficiente como para notarlo en las piernas, hasta llegar al col de la Charbonnière.


Este collado es un cruce de caminos y debo girar hacia la izquierda para continuar con la ascensión, que sigo debilitando su pendiente muy poco a poco. Desde aquí solo quedan dos kilómetros para llegar al punto más elevado.


En el punto de cima se encuentra una torreta de antenas de telecomunicaciones, desde donde se domina toda la zona. Podría reandar lo andado para bajar pero voy a hacer una circular, dado que hay varias vertientes similares y así veo otro tramo de bajada.


La elección es de lo más acertada porque paso por el Museo Nacional del Campo de concentración de Struthof-Natzweiler. Fue el único campo de los nazis en territorio francés y el primero que liberaron los aliados, encontrándose con la primera cámara de gas y cientos de cadáveres en fosas.


De vuelta en Schirmeck, toca traslado hacia el norte, casi hasta la frontera con Alemania, para hacer el último puerto de la lista que me queda para terminar con todos los franceses del continente. Se trata de la subida al Grand Wintersberg, el cual inicio en la localidad de Niederbronn.


Se trata de una subida cortita, de poco más de cinco kilómetros, que como todas las de esta zona transcurre por un bosque, lo que las hace bastante aburridas al carecer de vistas.


Con una pendiente media del 6%, no deja de ser la típica subida vasca, por una carretera estrecha, con pinocha a los lados, con llegada a una zona de montañeros.


Llego a un área de aparcamientos junto al chalet de Wintersberg, donde me encuentro a varios montañeros con mochilas disfrutando del lugar. Por un extremo sale una pequeña pista por la que continúo para llegar al punto culminante, la torre del Grand Wintersberg.


Al llegar a la torre, a la que se puede acceder y subir por la escalera de caracol, me encuentro con un numeroso grupo de personas delante. Me hubiera gustado subir a lo más alto pero llevará mucho rato que suban y bajen todos, así que me despido de la zona.


Terminados los puertos franceses del listado (a falta de la isla de Córcega), me dirijo hacia Annweiler para acometer un ataque a Alemania brutal, ya que espero finiquitarla este verano. Tenía el temor del paso fronterizo, por aquello del pasaporte covid y de las PCR, pero por carretera (y más por estos pequeños pasos montañosos) no te pide nadie nada y puedo seguir el viaje tranquilamente.


La subida a Trifels vuelve a ser algo parecido. Subida de apenas seis kilómetros por zona boscosa, por buena carretera, para acceder al punto más elevado de unas colinas, casi siempre coronado por torres o por antenas.


El lugar parece bastante turístico y me encuentro mucha gente, también subiendo en bicicleta eléctrica. Son como tres kilómetros de subida para terminar haciendo un bucle circular prácticamente llano.


El castillo de Trifels es una pasada, aunque el punto de vista bajo no le hace justicia. Es mejor acceder a su web: castillo de Trifels.


Con subidas de tan poca entidad, la cosa va rápida. Me voy desplazando hacia el oeste para ir haciendo los puertos alemanes que colindan con Luxemburgo y que fui dejando en su época. El siguiente es Donnersberg, al cual accedo desde la localidad de Steinbach.


Subida de siete kilómetros, al revés que la anterior, con un inicio suave y una segunda mitad más dura. Al principio es un poco más abierta y se puede disfrutar de alguna vista del valle.


Al llegar a Dannenfels la cosa cambia, con tres kilómetros finales bastante duros, el primero de ellos con una pendiente media del 11%.


Aunque el paso aparece totalmente prohibido con doble señalización, en bicicleta supongo que se puede subir y sigo para arriba por una estrecha carretera, ya por bosque cerrado.


Me encuentro a varios caminantes en toda esta parte final y por fin, por una pista un poco descarnada, llego a otra torre que corona el pico Donnersberg, el más alto del Palatinado, que es como se llama esta región alemana.


Subida a subida, el día va avanzando, pero aún me da tiempo a hacer una quinta. Más al oeste se encuentra Alsweiler, donde tiene comienzo la ascensión a Schaumberg.


Subida de similares características a las otras, de poco más de media docena de kilómetros y una pendiente media que no llega al 5%. A estas horas ya no luce el sol y la carretera inicial es amplia.


Poco a poco me voy adentrando en la colina y el bosque tupido se va cerrando ante mí. La pendiente es muy suave hasta el kilómetro final, donde se alcanza casi un 10% de media para llegar a una torre de telecomunicaciiones.


Con este paseo final termina esta primera jornada completa del verano. Me queda un corto desplazamiento de 45km para llegar a Allenbach, donde mañana intentaré otra buena tacada.

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