La subida al Steinplatte

11 de julio de 2021

Hacía tiempo que no pasaba, pero hoy amanece el día lluvioso a pies del Steinplatte. Ayer ya terminé la jornada pasando frío, y es que la bajada de temperaturas ha sido muy fuerte. Como no quiero subir así el Kitzbühler Horn, que es el objetivo prioritario de este viaje, me limito a ir dejando que pase la mañana con la esperanza de hacer solo este o, si limpia por la tarde, los dos. Si no, ya mañana será otro día.

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El caso es que empiezo a aburrirme en el coche, sin mucho que hacer. Hay un momento en el que levanta un poco el día y parece que deja de llover. Como solo son siete kilómetros de subida, me animo a intentarlo.

Este Steinplatte tiene un nombre completo impronunciable, así que así se queda, con el apelativo corto. Son siete kilómetros al 12,5% de media. Vamos, otro pepino duro. Nada más empezar, hay barrera de peaje, aunque no creo que suba mucha gente un día como hoy a la estación de esquí de la cima, aunque estemos en domingo.

Doble cifra continuada en toda esta primera parte, con herraduras numeradas. El piso está completamente mojado pero la tracción es buena y puedo ponerme en pie sobre la bici de vez en cuando.

La subida es bastante cerrada y tampoco es que la niebla deje ver gran cosa. En cuanto llego a la mitad, se pone a llover. Ya no me merece la pena regresar y sigo para arriba con el Goretex.

Kilómetros enteros por encima del 14% dan paso a un pequeño respiro al 9% antes de afrontar los dos kilómetros finales. Ya no chispea, ya llueve.

La parte final, ya en zona de telesillas, es un congelador. Voy empapado y el aire es frío de narices. Menos mal que en cuanto llegue al coche me cambio y no vuelvo a dar pedales hasta mañana.

Seguro que las vistas están muy bien pero no se puede disfrutar de ellas de esta manera. Todo está muy cerrado y llego arriba tiritando, a pesar del esfuerzo. La bajada es terrible.

Solamente son siete kilómetros pero llego abajo hecho polvo, con un frío en el cuerpo que tardo mucho en quitarme. Me desplazo a Kitzbühel y allí tiene lugar una marcha ciclista con ascenso al Kitzbühler Horn, aunque ni siquiera me paro por la falta de aparcamiento. Me cuesta bastante encontrar un sitio y tengo que irme un par de kilómetros en busca de un buen sitio para echar la tarde. Mañana lunes ya lo subiré yo solo.