De Trento al sur

13 de agosto de 2019  

Hoy he dormido en Trento, una ciudad de un tamaño considerable, de más de cien mil habitantes. Me costó encontrar un sitio para dormir cerca del inicio de la subida al Monte Bondone y al final lo tuve que hacer en un pequeño descansillo que hay en el primer kilómetro del puerto.




Casi veinte kilómetros al 7´5% dan buena cuenta de la entidad de la subida. Son kilómetros constantes, al 7%, al 8%, de esas ascensiones que no dan respiro.


De nuevo me vuelvo a encontrar carteles en los puntos kilométricos con los datos esenciales de altitud, pendiente y desnivel. Las vistas de Trento en esta primera parte son geniales.


Paso por Sardagna y subo con tranquilidad, ya que la jornada de hoy va a ser dura. Hoy tocan cuatro puertos de entidad que acumulan cinco mil metros de desnivel positivo entre todos ellos.


Voy pasando por pequeñas localidades que se sitúan en la ladera de esta montaña: Candrial, Vaneze, Norge, ... También me cruzo con varios ciclistas que bajan.


Son mil quinientos metros de desnivel, lo que hace que acabe haciéndose duro. No hay grandes pendientes pero no da tregua, un puerto muy de carreras ciclistas.


Termino la subida en un collado de paso, junto a un par de hoteles, un par de restaurantes, un supermercado y una iglesia de forma triangular.


Terminada esta primera ascensión del día, bajo a Trento y me pongo a buscar un taller de coches donde poder comprar líquido de frenos, ya que llegué anoche con el testigo en rojo. Se ve que tanto andar para arriba y para abajo de país en país acaba deshidratando el sistema de frenado del coche.


Me desplazo hacia el sur de Trento para acercarme a Calliano, donde se da inicio a la vertiente oeste del passo Coe. Es otro puerto con guarismos parecidos al Monte Bondone, con veinte kilómetros al 7% que lo hacen muy castigador.


Estos puertos son los que peor se le dan a mis condiciones, resultando muy machacones. La pendiente es la justa para ir tenso y duran un mundo.


Aún así, a costa de tener algún pico más intenso, este passo Coe tiene algún descanso o alguna zona que resulta algo más relajada y que consigue que lo superes más fácilmente.


Superada la primera docena de kilómetros se llega a Folgaria y hay un pequeño descanso para cruzar esta localidad que se sitúa en una recta de la carretera.


Solvento un par de rotondas que serían complicadas si no llevara el track en el GPS y tiro hacia Francolini cuando ya solo quedan seis kilómetros para llegar arriba.


Sin saber muy bien a dónde me dirijo ni qué tipo de final me espera, sigo ascendiendo por una carretera por la que no pasa ni cristo.


Y corono en un puerto de montaña situado en una explanada con un montón de autocaravanas aparcadas en un rellano y otro montón de coches detenidos en un arcén.


La siguiente subida del día va a ser la del Porte del Pasubio, otro puerto de veinte kilómetros al 7% que tiene su inicio en Sant Antonio, un poco más al sur.


Los cuatro primeros kilómetros son duros, entre el 9% y el 10% por una carretera serpenteante rodeada de montañas por todas partes.


Hasta llegar al inicio de una pista casi llana, con un cartel explicativo a la entrada sobre la Gran Guerra en el Pasubio.


Me meto por esa pista y me cruzo con varios coches que bajan y que casi no cabemos, con bastante peligro. Son cuatro kilómetros de suave paseo entre árboles, sin nada que ver.


La pista empieza a estropearse un poco, apareciendo bastante gravilla. Sigo por una ladera dejando el valle a un lado, aunque no lo llego a ver en ningún momento.


El tramo llano termina en el passo Xomo, en el kilómetro nueve de la subida. Es el punto en el que convergen las diferentes vertientes que tiene esta ascensión.


A partir de ahí, la carretera toma otra dirección y se deteriora bastante, apareciendo grandes socavones y algún tramo con auténticos pedrolos.


Con el piso muy estropeado y una pendiente del 10% se llega al final del asfalto en una zona conmemorativa. Hay un gran aparcamiento de coches y un museo de la guerra.


El caso es que lo que sigue es por pista y yo no tengo la montura adecuada, con lo que doy por terminada esta subida y me desplazo hasta Recoaro Terme para hacer Campogrosso.


Como casi todas las tardes de estos últimos días, la meteo se estropea bastante y se nubla todo. Esta última subida del día supera por poco los diez kilómetros, algo que agradezco tras puertos tan largos como los que he tenido hoy.


Eso sí, solo son diez kilómetros pero casi al 10% de pendiente media. Tras un pequeño descanso al llegar a Merendaore, la subida ya no da descanso.


El acumulado del día me está pasando factura y no carburo demasiado bien, máxime cuando me sorprende un kilómetro por encima del 13% en la parte final.


Como tantas otras veces, la sorpresa reside en saber qué habrá en la cima. Esta vez me encuentro con una cima montañera, con un refugio y algún senderista andando por ahí.


Hoy se me ha hecho muy tarde, entre tanto desplazamiento, el tiempo perdido en Trento buscando un taller, la longitud de los puertos, ..., con lo que bajo al coche ya con muy poca luz, lo que hace que no me desplace hasta el primer puerto de mañana como suelo hacer todos los días. Para la siguiente jornada solo tengo dos puertos en el planning, así que ya viajaré mañana después de desayunar.

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