Los alrededores de Briançon

23 de julio de 2019  

Hoy me encuentro por los alrededores de Briançon dispuesto a finiquitar esta zona. Me adentro en el valle en el que confluyen el col d´Izoard y el col d´Agnel para acometer un par de subidas sueltas que me quedaban por aquí. He venido varias veces a esta franja alpina pero estos puertos se me habían ido quedando sueltos. Después de repasar los datos, confirmo la razón: hay mucho tramo de pista y yo ruedo con bicicleta de carretera.




Hoy ya he dormido bien. Enseguida le cojo el punto al coche. Lo he hecho en una bifurcación entre los árboles, justo al inicio de la subida a Bûcher. El madrugón es de los de campeonato, ya que me despierta un tractor que anda trabajando por la zona.


Empiezo a subir y en tres kilómetros empieza a estropearse el piso. La pista es para BTT y no tengo ninguna intención de hacer un solo metro en tramos así. Estoy haciendo las subidas del BIG pero me la pelan las normas. Yo pongo las mías propias y si no está para carretera, no está para mí.


Paso de nuevo por el coche pero no lo muevo porque enlazo con la siguiente subida, la de la Chapelle de Chausis. El inicio en Ville-Vieille es común al col d´Agnel y me sirve de recuerdo.


Coincido con varios ciclistas en esta parte de la subida, hasta llegar al desvío previo a Molines-en-Queyras. A partir de ahí ya nadie sigue mi ruta y me adentro en un valle llano después de cinco kilómetros de subida al 6-7-8%.


Empiezo a subir de nuevo al 8-9% cuando quedan unos tres kilómetros para llegar a Saint-Véran. Hoy no hace tanto calor como días atrás pero ya empieza a calentar bastante.


Atravieso la pequeña localidad. Hay multitud de senderistas, la mayoría que salen de sus alojamientos rumbo a la pista a la que yo me dirijo.


En ese punto, comienza la pista de tierra y doy por concluida la subida. Como siga capando así los puertos, la jornada se me va a quedar en muy poca cosa.


Abandono Château-Queyras para ir a L´Argentière tras un pequeño traslado. Ahí da comienzo la ascensión a Pré Madame Carle, una subida de más de veinte kilómetros, completamente asfaltada, que no sé por qué nunca la había hecho.


El caso es que los primeros diez kilómetros son insignificantes, rondando el 2%. Donde empieza la subida de verdad es en Vallouise.


Me voy adentrando en una valle cada vez más cerrado, pedaleando por una estrecha carretera. Salvo por un par de kilómetros en la parte final, la ascensión siempre se mueve por una pendiente suave.


El recorrido se va haciendo cada vez más bonito, disfrutando de pasos angostos y grandes paredes de roca, en las que hay varios escaladores.


El sonido del agua permite refrescar el ambiente, cada vez más caldeado. Lo mismo me encuentro un rápido que una cascada manando por las paredes.


La subida va ganando espectacularidad con cada kilómetro que avanzo. Me voy acercando a las grandes cumbres y un par de kilómetros rondando el 10% de pendiente media se encargar de endurecer la llegada.


El final de la ascensión me depara una sorpresa muy agradable. Desde la explanada dominada por el refugio Pré Madame Carle se divisa el glaciar Blanc. Tener un glaciar delante siempre es algo para celebrar.


Tras un buen rato de disfrute, desciendo y vuelvo al coche. Con la Francia continental a punto de ceder todas sus cimas, me dirijo a Italia por el col de l´Echelle, paralelo a la transitadísima ascensión a Montgenèvre. Desconocía este pequeño puerto por la vertiente francesa, aunque por lo que parece, no tan pequeño por la italiana.


Llego a Italia y aterrizo en Bardonecchia, donde da inicio la ascensión al colle del Sommeiller. Es una larga subida de casi veinticinco kilómetros pero prácticamente íntegra para BTT.


Me da pena porque he visto fotos anteriormente de este pepino y es de esos en los que se disfrutaría de verdad si no estuvieras mirando los baches.Sabiendo que pronto me tendré que dar la vuelta, sigo hasta donde me sea posible.


Con poco más de seis kilómetros al 7% llego a Rochemolles. En cuanto entro entre estas cuatro casas se me acerca un viandante y me dice que con esta bici no moviendo su dedo índice.


La afición de los italianos por la bici es increíble. Como nos entendemos bastante bien, empieza a preguntarme por el desarrollo que llevo. Yo le pregunto si es posible subir con la flaca y me dice que está muy mal en apenas doscientos metros, cosa que certifico en cuanto le dejo.


Termina mi jornada con mucho puerto truncado, lo que me deja clara la razón por la que se me había ido quedando sueltos todos estos flecos. Pero bueno, en estos primeros días avanzando hacia el este se trata de esto, de ir recogiendo sobrantes. Hoy tengo traslado de doscientos kilómetros hacia la base del Cervino y me viene bien terminar antes.

Safe Creative #1007090003507

0 Comentarios