La circular de Lozoya

  24 de mayo de 2019  

La primavera avanza y no he hecho nada en condiciones con la bici desde que regresara de Mallorca allá por el mes de enero. La semana que viene quiero ir a Pirineos pero tengo que entrenar algo antes y dan muy mal tiempo para la cornisa cantábrica, con lo que el Sistema Central parece la mejor de las opciones.

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La circular de Lozoya Lozoya 65 km 1250 m+ IR




He llegado a Navafría a las dos de la madrugada y duermo seis horas del tirón. Me despierto para desayunar y hay una niebla cerrada que precipita y empapa que da gusto. Si quisiera mojarme, me habría quedado en Bilbao. Tenía idea de hacer una Perico con Bola del Mundo incluida y veo cómo pasan las horas sin salir del coche.


Decido probar suerte con la vertiente madrileña de la sierra y me dejo llevar hasta Lozoya, donde luce el sol. Son ya las doce del mediodía para cuando llego y no me da como para hacer mucho plan, así que me conformo con la circular típica de Canencia y La Morcuera.


No hay niebla ni lluvia pero el viento sopla con fuerza y resulta muy molesto. Al llegar al cruce del puerto de Canencia parece que sopla algo favorable gracias al giro y eso se agradece.


Canencia es un puerto suave y voy haciendo camino con el pensamiento puesto en la pierna, que me sigue molestando un poco. No termina de irse esa sensación incómoda de que parece que me vaya a romper como me de por apretar un poco.


Estos puertos madrileños de la sierra ya tienen carteles por cada punto kilométrico y se agradece muchísimo. Máxime cuando ves que el siguiente kilómetro es a un mísero 2%.


La temperatura es muy agradable, por encima de los 25ºC. Me encanta el olor a brezo que se respira en este puerto y esa sensación cálida de primavera. En verano ya es otra cosa pero, en esta época, esta zona es una maravilla.


Disfrutando de la frondosidad de la vegetación en estas fechas, llego a la cima del puerto de Canencia con ganas de más. Estar tanto tiempo entre algodones me ha dejado un hambre de puertos tremenda.


El descenso hacia Miraflores de la Sierra es más cálido y, por tanto, más agradable todavía. Apenas llevo un plátano y una manzana de avituallamiento y ya espero a llegar abajo.


A la salida del pueblo rumbo al puerto de La Morcuera hay una especie de plazoleta y me siento durante un instante para comer lo que llevo. No pasa nadie, salvo un par de ciclistas con los que me cruzo.


La Morcuera son nueve kilómetros a un 7,5% de media, lo que ya corresponde a una subida de más entidad. Es una ascensión bastante constante, salvo un tramo de doble cifra superada la parte central.


Voy ganando altitud y cada vez me entra más viento de cara. Es un aire bastante fresco pero resulta agradable por la buena temperatura.


Avanzo y sigo pedaleando en solitario. Apenas uno o dos coches se cruzan en mi camino. Como sé que ya no voy a hacer más en el día de hoy, me lo tomo con calma y paro un par de veces para disfrutar de las vistas del llano.


La parte final del puerto me cuesta bastante más. El aire pega de cara y es muy fuerte en el último kilómetro, completamente expuesto a las ráfagas que pasan por el collado.


Casi parado, consigo superar estos metros finales con mucho esfuerzo. Llevo más de mil metros de desnivel sin sentirme cansado, lo que me da muchos ánimos para seguir en mi empeño de recuperar el tiempo perdido en estos últimos meses.


El descenso hacia Rascafría hace honor a su nombre y es fresco de cojones. El aire pega de cara mientras puedo contemplar unas magníficas vistas de la cima de Peñalara completamente cubierta, con algunos neveros que quedan de la poca nieve que ha caído durante el casi inexistente invierno.


No me sale mucha distancia en comparación con lo que iba a haber sido mi plan inicial, pero bueno, me conformo. A ver si voy cogiendo el tono y puedo disfrutar de etapas más cargadas.

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3 Comentarios

  1. Vaya, vaya, Joseba, por mis dominios sin avisar. Si me hubieras dicho algo, no habrías pedaleado solo, cacho cabrito.
    ¿Estaba el puerto de Navafría con niebla? Igual la vertiente sur estaba despejada.
    Esos carteles que anuncian bajos porcentajes en el siguiente km, a veces esconden sorpresas. En Larrau norte hay un km al 5,5% y al principio vas al 11% sin parar. Parece una mala broma, pero luego llega un llano, jaja. Al revés es peor.
    Canencia lo subí por las dos caras el 30 de enero, con -3º en la cima y descenso norte con humedad y sal. Bajé acojonado.
    En esa plaza de Miraflores he parado también muchas veces. Es muy cálida.
    En la cima de Morcuera, por Miraflores, siempre me cogelo, porque el ventarrón que entra por el collado me hiela el sudor.
    Avisa a la próxima, por favor, que si puedo me acerco.
    Enhorabuena por pasar la prueba sin dolores en la pierna.

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    Respuestas
    1. Si te digo la verdad, iba a darte una sorpresa el domingo apareciendo en el astronauta, solo que al no poder hacer la etapa que tenía en mente por culpa de la niebla de la ladera norteña, me fui para Riaza para hacer otra etapa larga antes de volver el domingo.
      No avisé porque fue improvisado total mirando dónde había buen tiempo y sin ninguna garantía por mi estado tras la lesión. No es plan de hacer viajar a nadie 100km más otro tanto de vuelta para vete tú a saber qué sale, al precio que está la gasolina.

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    2. Por vernos y tomar una cerveza ya merecía la pena.

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