La circular de Irati

  31 de mayo de 2019  

Primera incursión pirenaica del año, con un mono de hacer puertos de entidad que no lo puedo soportar. La razón para este pequeño stage de tres días es que mañana se abre oficialmente el Tourmalet con la celebración de la marcha de acompañamiento a la colocación de la estatua de Octave Lapize y, por fin, me cuadra todo para poder participar. Para no hacer demasiado largo el viaje de ida, paro a dormir en Saint Jean Pied de Port con el fin de echar la carbonilla en los duros puertos de Iparralde.

XTREM

CAT 1

CAT 2

CAT 3

CAT 4

La circular de Irati

Donibane Garazi

95 km

2900 m+

IR

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Inicio la jornada con la vista puesta en la subida al Arnostegi. El puerto de los peregrinos es uno de mis favoritos y, siempre que puedo, lo incluyo en el menú.

Son 18km al 6% de media pero muy engañosos, ya que la dureza que te encuentras una vez sobrepasados los cuatro primeros kilómetros es muy elevada, con tramos constantes por encima del 13% que parecen no terminar nunca.

He salido casi a las diez de la mañana, con lo cual los peregrinos me llevan ventaja y me los voy encontrando por el camino. Los hay de todos los países: japoneses, argentinos, estadounidenses, ... Es una romería de gente que empieza sonriente en esta aventura en la que se han metido.

El día es muy caluroso y la temperatura empieza a hacer mella en todos los que vamos ascendiendo este coloso. Cada vez me encuentro más gente tirada en las campas, aprovechando las pocas sombras que hay en el camino.

Los hay que van extremadamente cargados para una ascensión como esta. Las sonrisas del principio se van tornando muecas a medida que voy superando los kilómetros. Alguno que otro ya va siendo consciente de que llegar a Santiago no será tan fácil como parecía, y eso que aún están en la primera etapa.

Veo cómo los caminantes se van por la pista de tierra que enfila al collado de Lepoeder después de saludar y avisar a dos ciclistas de Huesca que van cargados con alforjas y a los que les indico que van a tener que portear en más de una ocasión al errar la ruta, ya que las bicis suelen hacer el inicio del Camino de Santiago por Ibañeta.

Tras coronar el Arnostegi, empiezo a bajar hacia el paso del Azpegi, donde me encuentro con un motero algo perdido que busca la subida a Arthaburu. Le digo por dónde es y desciendo hacia Esterenzubi detrás suyo.

En la bajada me adelanta un ciclista y luego me lo encuentro unos kilómetros más allá esperando a un compañero suyo que se lo está tomando con la misma calma que yo.

El calor va a más a medida que pasa la mañana, siendo sofocante en cuanto tomo rumbo a Arthaburu. Si un puerto te entrena, ese es este. Apenas son ocho kilómetros y medio de subida pero a un durísimo 10% de pendiente media.

No llevaré ni dos kilómetros cuando me alcanzan los dos ciclistas de la bajada que, al parecer, llevan una ruta similar a la mía. Cruzamos cuatro palabras pero llevan un ritmo que no estoy dispuesto a soportar y les dejo marchar.

Voy viendo cómo se van alejando poco a poco mientras disfruto del entorno porque, de lo que es el puerto, no puedo decir nada bueno. Entre el calor y la pendiente me van machacando rápidamente.

No hay cosa que más me fastidie que tener que ir buscando las sombras. Un poco de calor está bien pero esto se sale de madre. Hace tiempo que quiero beber pero el bidón ya es caldo desde hace mucho rato.

Consigo llegar arriba y tenía pensado seguir con Errozate, pero solo me apetece llegar a Cize para beber agua fresquita en la fuente del refugio.

Hacía bastante tiempo que no accedía al collado de Surzai por este tramo de carretera, ya que las últimas veces he dado el rodeo de Errozate. Tanto es así que ni recordaba las curvas de bajada.

En la aproximación a Cize me encuentro con un montón de ciclistas seguidos por una furgoneta de apoyo de alguna ruta organizada de una famosa revista. Al llegar al refugio, disfruto de una fuente helada mientras me como lo poco que llevo encima.

Nada más arrancar, me vuelvo a encontrar con los dos ciclistas de antes que habían seguido por Errozate. Andan locos por una fuente y les indico dónde tienen una. Su idea es seguir luego por Bagargi e Inharpu, tal como iba a hacer yo, pero les digo que hace demasiado calor y que atajaré por Burdinkurutzeta.

No conocen la pista que une Bagargi con Ahuski y decido seguir mis planes iniciales para poder indicarles el camino. En la segunda parte de la subida a los Chalets de Irati me dan caza y les espero en el cruce mientras se toman algo en el bar.

Las vistas del Anie (Auñamendi) son espectaculares desde el paso entre puertos. La vegetación es muy frondosa y la nieve aún persiste a esas altitudes.

Llegan los dos chavales y empezamos a bajar pero se me olvida cerrar la cremallera del bolsito de triatlón y se me cae la cámara, con lo que tengo que regresar a por ella y los vuelvo a perder de vista, hasta que me los encuentro haciendo fotos a las montañas nevadas.

Ya solo queda subir a Ahuski y coronar en el col de Inharpu. Me despido para que puedan llevar su ritmo y me lo tomo con mucha más calma. Hace rato que yo ya empiezo a ir bastante fatigado.

La bajada de Inharpu hacia Mendive te deja las manos tiesas de tanto apretar el freno. Hace un buen rato que solo voy pensando en comida, así que debo ir bastante tieso.

Llego a Donibane Garazi y el coche está ardiendo. Al abrir la puerta sale una ráfaga de aire cálido que casi me abrasa. Todo lo que tengo es incomestible con esta temperatura y me acerco al Lidl primero y al Carrefour después para coger algo más fresco de las neveras. Todavía me queda un trecho hasta Bagnères de Bigorre y mejor ir comiendo y bebiendo bien en el viaje.