Txorierri y Butrón

  28 de abril de 2019  

La temporada ha empezado mal pero me he propuesto reconducirla, así que hoy salgo a dar una vuelta en bici aprovechando que ha quedado una tarde estupenda y que los domingos no me gusta ir a la playa. No tengo plan preconcebido, por lo que ruedo sin rumbo fijo, dejándome llevar por las sensaciones de cada momento.

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Txorierri y Butrón Laukiz 90 km 1650 m+ IR




Salgo después de comer y me acerco hasta Urduliz por la carretera de Butrón, repleta de ciclistas que finalizan ya sus rutas matinales. La vegetación ya ha reverdecido completamente tan cerca de la costa y está todo precioso.


Inicio la tacada de subidas con la de Unbe. Sigo teniendo molestias en el cuádriceps izquierdo y no entro en calor fácilmente. Me cuesta imprimir potencia con la izquierda y creo que estoy cargando excesivamente la derecha.


La velocidad media de subida a Unbe dista mucho de ser la ideal. Me encuentro temeroso y no pedaleo redondo. Aún así, no tiene nada que ver con cómo me siento corriendo, que ahí sí que noto molestias de verdad. Creo que hay algo en mi pierna que sigue sin curar.


Al llegar a Asua, tiro para Sondika y decido ascender a Artxanda por la dura cuesta de La Ola. Son dos kilómetros al 10% de media pero con uno inicial que supera con creces el 13%.


En estas duras rampas tengo mucho cuidado de no cargar la pierna izquierda. Las molestias no cesan e incluso van a más. No es dolor, pero no me gusta lo que siento.


Llego a Artxanda y disfruto de las vistas de Bilbao desde el mirador. Aunque la temperatura es agradable y luce el sol, es bastante engañoso porque en los tramos sombríos hace fresco.


En Artxanda me meto por la carretera que va hacia El Vivero con la idea de bajar de nuevo hacia el Txorierri por la carretera de San Antolín. Son pendientes que no superan el 5% y es donde más cuidado tengo que tener con el cuádriceps porque la inercia me lleva a apretar también con la izquierda. En las rampas duras me contengo de inicio pero en estas más suaves no me doy cuenta y cargo más de la cuenta.


Tomo el camino de bajada a Zamudio y disfruto del verde. Está todo precioso. Me detengo por un instante en la ermita de San Antolín para dar descanso a los frenos ante la dura rampa que viene ahora.


En Lezama empiezo con la subida a Urrusti. Son más de cuatro kilómetros, yendo de menos a más, con uno que alcanza el 10% de media a dos de coronar.


Termina la parte de doble vía y me empiezo a encontrar mejor a medida que la carretera se estrecha y se empina. La pierna me trae de cabeza porque no sé si sigo lesionado o si es algo de cabeza.


Tras llegar al alto de Urrusti, inicio la bajada hacia Fika disfrutando de las hermosas vistas de Butrón. Voy haciendo kilómetros y desnivel sin notar fatiga, solo con la incertidumbre de lo que le pasa a la pata izquierda.


En Fika decido alejarme de casa y tiro hacia la derecha, hacia Larrabetzu, iniciando la subida a Aretxabalagane por esta vertiente.


Llego arriba casi sin darme cuenta, señal de que todo ha ido bastante bien. Recuerdo que llevo un plátano y una mandarina y decido parar para quitarme el peso de la espalda.


En el alto de Gerekiz opto por regresar hacia Mungia. No estoy cansado pero sí noto una ligera sobrecarga en el muslo, lo suficiente como para no querer pasarme de los cien kilómetros.


Pero en Mungia veo que me voy a quedar un poco corto y tiro por la carretera de Bermeo para regresar a casa por Maruri y Andraka


Al final me salen noventa kilómetros, sin llegar a los dos mil metros de desnivel positivo acumulado. No es mucho pero para mí es suficiente para saber en qué punto me encuentro. El fondo lo tengo perfecto, capaz de hacer rutas mucho más largas y mucho más duras. Y la pierna... no sé cómo está. El caso es que andar en bici es un tipo de ejercicio para el que no debe importar mucho el músculo dañado porque puedo pedalear sin problemas. Noto algo raro pero es solo eso, una sensación. Sin embargo, corriendo es otra cosa, ya que no me permite correr sin dolor. Tendré que ver qué tengo realmente.

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2 Comentarios

  1. Suele ocurrir el ir mosqueado tras un problema físico como el tuyo. Pero si corriendo tienes dolor, algo aún no está bien. Sigue con moderación con la bici.

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    1. Ahí ando, Gorgonio, con mucho cuidado. Ya va para tres meses y ni se me ocurre ponerme a correr. Menos mal que en bici no me molesta nada.

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