Subidas del Cadagua medio

Ayer estuvimos de paseo por Zalla y a la vuelta me fijé en la multitud de pistas que hay en la margen izquierda del Cadagua, saliendo de Güeñes. El tramo bajo del río lo tengo muy trillado, con las durísimas subidas que hay en la parte más encajonada del valle. De Alonsotegi parten algunas de las rampas más duras de toda Bizkaia pero no he tenido la curiosidad de hacer las pistas que hay a partir de Sodupe. Como hoy parece que hay buena previsión, aprovecho para catar pendientes de doble cifra a destajo.

XTREM CAT 1 CAT 2 CAT 3 CAT 4


Cadagua medio Laukiz 108 km 1925 m+ IR

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Salgo de Laukiz con esa sensación rara de que daban buen tiempo pero, sin embargo, el día no tiene muy buena pinta que digamos, con niebla baja sobre el Butrón y con aire bastante fresco.


Opto por ir por la costa, escapando de lo cubierto que está Unbe, pero no me puedo librar de un ligero sirimiri hasta llegar a Bilbao.


Lo sensato sería tirar para casa pero para de llover y pienso en que las previsiones meteorológicas para hoy eran razonablemente buenas. Esperando que mejore el día, cruzo la ría por el puente de Euskalduna.


Llego a Sodupe sin mojarme pero con pinta de que no me voy a librar. El caso es que, ya que estoy aquí, voy a hacer lo que he venido a hacer y empiezo con la subida a San Pedro de Goikuria.


Me meto por una pista cementada que enseguida se pone seria. Al terminar la rampa me encuentro con un hombre muy majo de 93 años que me indica el camino para seguir ascendiendo lo máximo posible. Cuando me dice su edad, no me lo puedo ni creer, ya que yo le echaba poco más de sesenta.


El buen hombre ya me ha advertido de que el 18% que me he topado de inicio no es nada en comparación con un rampón que tendré en la parte final, tras pasar una plazoleta.


Se pone a llover en el momento exacto en que me encuentro una rampa que supera la doble decena, justo antes de llegar a la plazoleta.


En la plazoleta me encuentro con un perro muy juguetón que no para de corretear a mi alrededor con una cadena amarrada al collar. Se ha debido soltar de su caseta y suerte que no es peligroso. Le hago un par de gestos y no para de seguirme, eso sí, con buen talante.


Por detrás de este magnífico caserío sale una pista cementada, llena de hojas caídas y muy resbaladiza. La rueda trasera empieza a patinar y, a pesar de la fuerte pendiente, me veo obligado a subir sentado.


Llega un momento en el que el porcentaje se pone tan alto que no puedo seguir sin caerme y me veo forzado a echar pie a tierra junto a un hombre que está recogiendo sus cabras. Me pregunta qué coño hago por ahí lloviendo, con una bicicleta de carretera. Le digo que busco subidas y las mido por puro entretenimiento, oído lo cual me dice que se espera a que le diga el porcentaje de pendiente que alcanza esa cuesta, donde los todoterrenos derrapan al subir y la gente se resbala al bajar.


Tengo que subir andando hasta la barrera canadiense en la que termina el cemento y, ya montado en bajada, me da un pico máximo del 28%.


La bajada de Goikuria la hago con sumo cuidado, ya que la lluvia, las hojas y las cagarrutas de vaca hacen que se convierta en una pista de patinaje.


La subida tiene varias vertientes y desciendo por Artxube, con otro rampón por encima del 20% pero con mucho mejor piso.


De nuevo en la carretera de Güeñes, la abandono para seguir otra pista que sale a la derecha,esta vez con una bifurcación de inicio.


Opto por empezar por la derecha, subiendo a Norza. Es otra subida corta, de menos de dos kilómetros, pero con fuertes rampas.


A poco de empezar, en una fuerte curva de herradura, noto que voy pinchado de atrás. Es muy habitual pinchar en estas pistas en otoño, donde la pinocha hace estragos, casi más agresiva para las cubiertas que los trocitos de cristal.


Reparo el pinchazo bajo la lluvia y sigo para arriba con un kilómetro que supera el 11% de pendiente media. Por suerte, la tracción es muy buena es esta pista a pesar de llegar a una máxima del 18%.


La subida finaliza cuando quieren unos perros que salen de unas casonas, ya en la parte alta. Me rodean tres chuchos enormes y me quedo paralizado. Dos parecen tranquilos pero uno es muy agresivo y me tira bocados al gemelo. Tras un rato quieto, intentando no moverme, decido arrancar y noto su boca en el final del talón sin llegar a morder.


Bajo temblando del susto. He tenido suerte porque no me ha pillado por centímetros, librando por el pedal que le ha dado en el hocico. Abajo tiro por la otra pista, la de la izquierda, pero termina en apenas un par de cientos de metros, en otro baserri con perro que no me detengo para conocerlo.


Ya en Güeñes, tengo intención de subir a Taramona, ya que lo he visto en el mapa y parece que sube bastante. No encuentro la pista de subida y tengo que preguntar en el bar de la plazoleta, donde me dicen que sale del segundo kilómetro del puerto de Humaran.


Llevo ya un rato ascendiendo Humaran y sale una pista a mano derecha que indica Amabizkar, de modo que me meto por ella.


Enseguida alcanzo el 20% en este otro rampón cementado. A diferencia de los anteriores que eran muy cerrados por bosque, las vistas en este son preciosas y puedo disfrutar un poco.


Llego a una pequeña barriada y me encuentro con una familia, con el pequeño jugando con un pony que le han regalado. Les pregunto por Taramona y me dicen que esta subida no es, que es otra que sale un poco más arriba del puerto. Ya puestos, aunque esta no sea, les digo que seguiré hasta el final y la abuela me aconseja que no lo haga porque los perros sueltos del caserío de arriba son peligrosos.


Con el acojone que todavía llevo de Norza no estoy para más sustos y le hago caso a la señora. Vuelvo al puerto de Humaran y, un poco más arriba, encuentro otra pista cementada.


El hormigón es de esos rayadísimos, lo que me hace pensar que se va a tratar de una pista de marras con porcentajes infernales.


Pero no, los porcentajes se mantienen muy poco por encima del 10% y el piso mejora bastante. Menos mal porque se ha cerrado mucho y ya no parece que vaya a parar de llover.


Alcanzo un collado entre el Lujar y el Eretza que me suena de la marcha La Romaña que hice hace unos años que empalmaba estos dos picos. No sé por dónde debo tirar y escojo la opción que más sube, influenciado también porque baja una furgoneta para poder preguntar.


Tras preguntarle al paisano, me dice que vive en Taramona y que voy por el camino correcto, terminando mi ascensión junto a un magnífico baserri con unas vistas del Eretza envidiables.


Toca bajar de nuevo, con cuidado. Acaba de dejar de llover pero el piso está muy resbaladizo y en esta subida está muy quebrado.


Me dejo caer hasta Aranguren y paro para comer algo antes de iniciar la subida a San Cosme, el puerto que conecta Zalla con Gordexola.


La subida es fácil, de tan solo tres kilómetros y medio a un suave 4%. Después de pasar un buen rato subiendo rampones, esto es una bicoca.


Caigo a Gordexola y ya solo me queda volver sobre mis pasos desde Sodupe. Se está haciendo tarde y sale el sol.


El tramo hasta Bilbao es muy agradable, con un sol que debería haber estado presente en toda la jornada y que se ha hecho esperar demasiado.


Ya solo me queda subir Enekuri y Unbe para regresar a casa, lo que hago bastante cansado, con casi dos mil metros de desnivel, que no es mucho, pero con una colección de rampas que, con la humedad, me han dejado un poco tocado.

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4 Comentarios

  1. Te sale el sol al acabar, ya le vale al so perruzco. Menudo tute de subidas. Si algún día voy por allí, no me metas en encerronas, jajaja.
    Espero que no se enteren los del CIMA. Por cierto, Taramona y Taranes se parecen mucho en el nombre, jeje.

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    1. Este tipo de cuestas no son para enseñar, mucho menos para meterlas en el CIMA. Lo de Taranes es una mala broma que se tragaron en el 'comité de expertos'. ;-)

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    2. GORGONIO13 de noviembre de 2018, 18:47
      Pues no veas cómo lo defienden los amigos de lo extremo, que son seis o siete.
      Por cierto, Joseba, tengo que pedirte disculpas por no contestar mensajes tuyos de hace un año. Los vi ayer, consultando crónicas de noviembre de 2017. Se me pasó comprobar si había más mensajes. Lo siento. ya te contesté, porque más vale tarde que nunca. También lo hice a tus mensajes de O Cebreiro y El Maestrazgo. Pierdo la cabeza, bufff.

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    3. No, si a mí lo extremo también me gusta, pero que se pueda subir y bajar montado. Taranes es una cuesta de cabras no apta para la bicicleta de carretera.

      De lo otro, ni te preocupes, querido Gorgonio. A saber la de comentarios que tendré yo sin contestar. A veces los ves con el wifi del super, piensas que luego contestas y no te vuelves a acordar. Es lo más natural del mundo. Pasa hasta con los correos personales, así que ni lo tomes en cuenta. Yo no lo hago. ;-)

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