Hace tiempo que tengo aparcado el trailrunning. De vez en cuando me entra un poco de morriña al ver las pistas que se dirigen al monte, pero no me veo capaz ahora mismo de hacer grandes cosas por estos terrenos ondulados. Aún así, aunque sea algo breve, bueno es probar un poco para seguir variando los deportes.
Salgo temprano en esta mañana de sábado, con lluvia amenazando la jornada. A primera hora hace un poco de fresco, aunque luzca el sol, y me pongo a trotar suavemente subiendo por pistas algo embarradas con un calzado no muy adecuado, hasta que entran unos nubarrones y empieza a llover, lo que hace que regrese a casa con tan solo seis kilómetros hechos que, por lo menos, me han servido para matar el gusanillo de la carrera con desnivel. Me gustaría hacer alguna cosa más grande pero no me apetece prepararlas, así que dejaré esto aparcado para la primavera, si se tercia.
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