Cantabria costera de este a oeste

Hace tiempo que tengo planeada una ruta en Bizkaia con Javi y Teibol pero, por diferentes motivos, no la hemos podido celebrar este año y como Javi tiene un juego de platos Rotor que me quiere dar y parece que la Transpirenaica ha acabado con los míos, decido invertir los términos y hacerles yo la visita para que no me los tenga que enviar por correo. Así aprovecho para hacer algo con fundamento que ya hay ganas de nuevo. En principio, iban a ser varios días, pero se me tuercen las cosas y me tengo que conformar con un ida y vuelta, y lo que es peor, sin ver a Javi en la ruta que me han preparado mañana.

XTREM CAT 1 CAT 2 CAT 3 CAT 4


Cantabria de este a oeste Laukiz 200 km 2975 m+ IR

(Click en el perfil para ampliarlo)


Iba a salir a las ocho de la mañana de Laukiz pero hace un frío de cojones y todavía no estoy aclimatado. Apenas son 8ºC matinales, demasiado poco en comparación con las temperaturas suaves de estos días, con lo que acabo saliendo pasadas las diez de la mañana, mucho más a gusto. Tras pasar por Sopela, Berango y Getxo, cruzo el Puente Colgante y acabo llegando a Muskiz en un momento.


Voy en plan alforjero pero extremadamente ligero, solamente con la parrilla de tija, lo que me permite rodar como siempre y sin apenas lastre en las subidas. Como la parrilla la tengo soldada porque se me partió hace años, no le meto mucho peso. En esta ocasión, solo llevo el saco de dormir, una sábana interior que rebaja la temperatura confort unos 5ºC, la esterilla autohinchable y una almohadilla para la cabeza en la que hay que soplar para que se infle. Entre todo, la parrilla no soporta ni un kilo.


Tampoco llevo comida, ya que tengo muchos supermercados por el camino para comprar cosas que puedo acarrear con una mochila de tela de esas que no pesan nada y que llevo en un bolsillo del maillot. La única pega es que no voy a comer caliente, ya que no llevo hornillo, pero bueno, solo son tres días.


Así a lo bobo, me planto en Castro Urdiales después de haber ido ascendiendo pequeñas cotas: Las Carreras, La Rigada, Saltacaballo, ... La ruta me la sé de memoria y, si no fuera porque voy saludando a los peregrinos, me parece un auténtico coñazo. El único momento algo entretenido es la subida a Saltacaballo, la cual comparto con un tipo que sube en bicicleta eléctrica hasta que se me escapa después de Mioño.


Llego a Islares aprovechando el aire favorable que voy a tener en los doscientos kilómetros hasta Llanes, lo cual hace que no tenga ninguna prisa porque mi velocidad de crucero es más alta de lo habitual.


A estas alturas, la temperatura ya ha subido mucho y empiezo a estar un poco achicharrado con la ropa larga que me he puesto por no cargar con nada más. De esta manera, la ropa que llevo puesta me servirá también para pasar la noche. Ya sé, es una cerdada tirarse tres días sudando y luego dormir con la misma ropa, sin lavarte, sin ducharte, ..., pero es lo que hay. Cuando se trata de hacer kilómetros y dormir al raso, me la suda todo bastante.


Antes de llegar a Laredo, subo Candina-Fermedal y Las Cárcobas, dos subidas más que añadir a la larga lista de cotas que te encuentras en el litoral. No hay ni un solo puerto decente pero acabas con casi tres mil metros de desnivel positivo acumulado.


Observo Laredo desde el mirador pero ni paro, ya que lo he hecho en Castro Urdiales, donde me he tragado un palmerón de chocolate que estaba de muerte. Si todo va bien, espero no detenerme hasta Solares.


La subida a Jesús del Monte precede mi llegada a Solares, donde como algo junto a una fuente para mitigar el calor de las horas centrales del día. Acabo de llegar a cien kilómetros, con lo que me queda justo la mitad del recorrido hasta Llanes.


Esta segunda mitad es más aburrida, si cabe. Cruzo El Astillero y sigo por la carretera de Puente Arce, subiendo a Escobedo. Son pequeñas tachuelas que van acumulando desnivel, poco a poco.


Llego a Santillana del Mar enseguida, ya que el aire favorable sopla cada vez con más fuerza. Apenas hay tráfico por estas carreteras, apenas hay alicientes, apenas hay nada. Pocas veces he tenido una sensación de aburrimiento tan grande en medio de una ruta.


Al llegar a Comillas vuelvo a ver el mar, lo cual es una alegría enorme. El aire es fuerte y no se está a gusto. El sol también ha caído bastante y se hace peligroso rodar con él de cara, ya que los coches que se acerquen por detrás igual no me ven bien.


Otro par de tachuelas me llevan hasta San Vicente de la Barquera. El sol ha bajado tanto que vuelve a hacer frío y me tengo que poner todo lo que había ido atando a la bici.


Subo el alto de Boria medio helado. Me he quedado muy destemplado con esta diferencia térmica tan grande que llevo soportada hoy. Las zonas de sombra acentúan esa sensación de frío y empiezo a tener muchas ganas de llegar a Llanes para meterme en algún sitio caliente.


Llego a Llanes justo cuando está anocheciendo y busco un supermercado para comprar comida para cenar y para desayunar mañana. Justo después, me meto en un bar en el que hay un montón de gente preparada para ver el Tottenham-Barcelona de la Champions, lo que aprovecho para tomarme un par de colacaos calientes mientras me entretengo dos horas viendo cómo se sale el enano antes de ir hasta la ermita del Cristo del Camino, un sitio perfecto para dormir que había localizado con Google Maps.

Safe Creative #1007090003507

2 Comentarios

  1. El enano. Supongo que será Leo Messi, jajaja.
    Es cierto que las diferencias de temperatura son enormes en estos días otoñales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, claro. Yo le llamo 'el enano' cariñosamente. Es un tipo pequeñito que juega al fútbol como nadie. Para los que no tenemos colores es una delicia verle jugar. ;-)

      Eliminar

PIEATIERRA se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier comentario que considere inapropiado.