TRANSPIRENAICA
11: Pamplona - Plentzia

  12 de agosto de 2018  

La Transpirenaica en bicicleta de carretera llega a la última etapa, la más sencilla de todas puesto que solo hay que rodar hasta los confines de la meseta y dejarse caer hacia el mar Cantábrico. Es un recorrido que he hecho más veces, solo que terminando en Bilbao. Ahora habrá que sumarle un paso por Unbe como guinda del pastel, antes de llegar a Plentzia.

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TRANSPIRENAICA 11 Pamplona 170 km 1750 m+ IR



Hoy igual ha sido el día que peor he dormido de todos, puede que preocupado por que no regresaran los chavales de los coches y siguieran tocándome los huevos. Me he despertado varias veces para comprobar que la bici seguía en su sitio, y eso que siempre duermo delante de ella para que no se pueda acceder sin pisarme. Puede que haya sido un error parar en la ciudad, con lo tranquilito que se está en los pueblos pequeños aunque, seguramente, la culpa haya sido de que era sábado más que de la localización. Bueno, tampoco hay que darle muchas vueltas.


Empiezo temprano aunque no demasiado. Para eso de las ocho de la mañana ya estoy pedaleando camino de Irurtzun en otro día de temible calor. Me duele el muslo derecho al pedalear, no tanto como ayer por la tarde, pero está claro que tengo una pequeña lesión muscular. Por si acaso, en previsión de que vaya a más con el paso de los kilómetros, decido guardarme el otro ibuprofeno de los dos que tenía porque el dolor ahora mismo es bastante soportable.


Es tan temprano y es domingo, con lo que la carretera está desierta y solo me cruzo con otro par de ciclistas madrugadores. Como la ruta de hoy no tiene ningún aliciente para mi, pongo el piloto automático y no pienso en nada, tratando de dejar la mente en blanco. Es un ejercicio muy interesante de meditación que se hace en las largas tiradas y que he aprendido a realizar sin muchos problemas. No me cuesta mucho abstraerme de todo.


En Irurtzun hay como niebla metida y apenas se ven los picos de Aralar o del Beriain. Llego al casco urbano y paro en una fuente para rellenar los bidones, ya que había salido de Pamplona con ellos vacíos. También aprovecho para comer un bocata de chocolate con el pan seco que me sobró ayer pero que se deja comer porque está chicloso y reblandecido.


Cambio la orientación hacia el oeste, en dirección a Vitoria, y resulta que hay viento bastante fuerte que lo mismo me resulta favorable que me pega de cara. El valle de Sakana es como un túnel del viento y el aire se encajona en él de mala manera.


Voy avanzando por la carretera vieja, paralela a la autovía, que lo mismo va por la derecha que se pasa a la izquierda de ella, buscando todas las localidades que hay en el valle: Zuhatzu, Irañeta, Uharte-Arakil, Lakuntza, Arbizu, ... No hay mucha distancia entre una y otra y eso hace que sea entretenido.


La idea es parar en Alsasua para comer, lo que hago junto a una fuente que encuentro en una calle grande. El dolor de la pierna está yendo a más y decido tomar ese ibuprofeno ahora.


Me vuelvo a poner en marcha y parece que el ibuprofeno causa efecto, cosa que ayer no sucedió. Por lo menos, podré hacer unos cuantos kilómetros sin dolor, aunque eso haga que la lesión se agrave. No tiene pinta de ser mucho y hoy es la última etapa, con lo que ya me podré tomar unos días de descanso.


Tras una pista un poco escondida entre Ziordia y Egino que hay que encontrar junto a una gasolinera, accedo a la carretera de Zalduondo que me debe llevar hacia Landa y Legutio, bordeando el embalse de Ullíbarri-Gamboa.


El calor aprieta más y más por estas tierras secas de la llanada alavesa y los bidones vuelven a estar imposibles. Menos mal que las poblaciones se suceden y consigo rellenar en varias fuentes, sin tener que esperar a que el agua se caliente demasiado entre una y otra.


Para cuando llego a la playa de Landa, es el mediodía y el momento de más calor. Como es domingo, la playa está abarrotada y hay muchísimos coches en el arcén de la carretera porque no caben en los aparcamientos.


Me voy directo a la fuente que hay saliendo de Landa hacia el puerto de Arlaban y me encuentro con cola de ciclistas. Delante de mi hay media docena de personas con su bidón en la mano, con las bicis tiradas por el suelo y con cara de estar disecados.


Menos mal que ya queda poco para aterrizar de la meseta. Sigo hacia Legutio y decido bajar por Dima por evitar el viento más de cara que entra desde Barazar. Son dos opciones parecidas, así que lo mismo me da.


Apenas son unos kilómetros hacia Otxandio y siento que el ambiente refresca mucho al paso por el embalse de Urrunaga. El aire sigue soplando ligeramente de cara y ya no se nota tan reseco.


De Otxandio a la cima del puerto de Dima vuelvo a girar hacia el oeste pero ya no noto aire, resguardado entre árboles. Parece que el efecto del ibuprofeno se está pasando porque vuelvo a sentir molestias.


Y por fin, toca dejarse caer y el día se nubla, con la consiguiente bajada de sensación térmica que resulta ser todo un alivio. Hace calor, cualquier otro día diría que hace un calorazo del copón, pero viniendo de donde vengo esto es la gloria.


Una vez en el valle de Arratia, ya solo queda rodar un poco por Igorre, Lemoa y Bedia hasta llegar a Larrabetzu por la rotonda de Erletxes. Llevo unos 140km y todavía me quedan treinta más para llegar a casa.


El paso por el Txorierri es fantasmagórico. No se ve absolutamente a nadie entre Larrabetzu y Asua, por mucho que pase por Lezama, Zamudio, Derio o Sondika. Pero es que no veo ni coches ni gente. A nadie, absolutamente a nadie.


A llegar a Loiu empiezo a ver algo de movimiento y me pongo a subir Unbe en una Transpirenaica. ¡Manda huevos! A poco de superar el semáforo, me encuentro con un coche en la cuneta con el capó levantado y echando humo por el motor. Al pasar junto a él, veo al conductor que está hablando por el móvil y oigo que el chaval no sabe muy bien decir dónde está, así que me presto para ayudarle, me pasa el teléfono y le digo al de la grúa dónde se encuentra con exactitud: está subiendo Unbe por Asua, a 500m de empezar. Ya está, así de sencillo, jajaja


El chico me da las gracias y le deseo que la avería no sea mucha, continuando con la subida a Unbe que tantas veces he hecho pero que es la primera vez que hago con alforjas.


La pierna me sigue molestando y lo noto más subiendo, pero no tiene nada que ver con lo mucho que me dolía en el final de la etapa de ayer. Creo que un par de días de descanso bastarán para recuperarse.


Corono Unbe y me dejo caer hasta Plentzia, completando esta última etapa en la que no he hecho mucho más que rodar y rodar, rodar y rodar. La verdad es que casi no me creo lo bien que ha salido todo. Me da por mirar al suelo, veo el esparadrapo rodeando la zapatilla y creo que me sale una sonrisa espontánea que no puedo evitar.


Han sido once días1.700km y más de 30.000m. de desnivel en un viaje que puedo decir, sin lugar a dudas, que ha resultado perfecto. Creo que nunca he tenido todo tan a favor como en esta ocasión. Tanto la meteorología como las circunstancias, los imprevistos, las improvisaciones, ..., todo, absolutamente todo ha salido perfecto. Incluso mi estado de forma ha sido increíble durante estos días. Creo que puedo afirmar con total seguridad que es el viaje que mejor me ha salido de todos los que he hecho en esta modalidad. Y eso que dos días antes no tenía intención de hacerlo, que todo lo preparé en una tarde. Debo dar las gracias ... ¡a Sydney Pollack!

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4 Comentarios

  1. Cuanto me alegra que acabaras sin novedad. Ya me contarás en qué ha quedado la lesión muscular. Espero que ya haya curado.
    Pues sí; te ha salido un viaje redondo en todos los sentidos, y casi he podido disfrutarlo desde el ordenador como si fuera a tu lado. Muchas gracias por compartirlo, Joseba.
    ¿Sydney Pollack? No lo pillo, jajaja.

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    1. jajaja eso es porque ya no te acuerdas del primer párrafo de la previa. Vuelve a leerlo:

      https://zikloturismo.blogspot.com/2018/08/transpirenaica-00-resumen.html

      La lesión nada, dos o tres días de leves molestias y se ha pasado. Tuvo que ser por salir en frío después del baño en Yesa porque nunca he tenido lesiones musculares en la bici.

      Pues gracias a ti, Gorgonio. Como ibas comentando, iba haciendo más entradas. Si no, igual me tiro unos meses para completar tanta foto, tanto perfil, tanto texto, ... Así que me has sido de gran ayuda. ;-)

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  2. Genial aventura. Gracias por compartirla!

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    1. Gracias a ti. No deja de ser un cuaderno de bitácora personal, una especie de diario online, pero si a alguien le puede inspirar, pues bienvenido sea.

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