Ida y vuelta a Berango

Ya llevo unos días en casa y ayer me dio por pegarle un buen repaso a la bici ya que, en rutas tan largas como la que acabo de hacer, la mecánica sufre bastante. Lo primero fue desmontar toda la transmisión y limpiarla bien. En el viaje tuve problemas con la tensión del cableado por culpa de un paso forzado por la parrilla y, al desmontarlo todo, he comprobado que las roldanas estaban lisas. También tenía pulida la zapata izquierda del cambio trasero pero no pude cambiarla en ruta porque el tornillo era de tipo Torx y no llevo esa llave en el bote de herramientas.

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Para las roldanas no me he complicado, poniendo las de la BTT que estaban nuevas y pasando las viejas a la bici de montaña, que apenas la uso. Con la transmisión perfectamente limpia y ajustada, me he puesto a cambiar la zapata de freno y he decidido sustituir esos dos tornillos Torx por unos Allen, como los originales. Se me había pasado de vueltas la cabeza de uno, tuve que cortarla con la sierra de calar y en el curso de guía pusimos los Torx de unos discos de freno porque no encontré un tornillo Allen similar en ningún sitio. Los Torx están bien pero me obligan a llevar una llave más, con lo que me acerco al Decathlon de Berango para ver si tienen de los normales. Por suerte, en el taller tienen dos parecidos que me sirven y hacemos el trato, dándole yo los dos Torx a cambio.

Ya de paso, como acaban de inaugurar un Mercadona en este nuevo complejo comercial que están montando en Berango, decido comprar tres tarrinas de helado que tienen y que me gustan mucho, teniendo que regresar a toda castaña por Barrika para que no se derritan. Son ocho kilómetros y medio que me veo obligado a hacer a saco, llegando al congelador en perfecto estado porque por aquí no solo no hace calor, sino que el verano parece que ya se ha acabado.