Circular del hospital de Urduliz

Hoy tengo cita con el especialista en Otorrinolaringología para ver si, de una santa vez, me dicen por qué siempre tengo taponada la nariz desde que me diagnosticaron el asma hace cuatro años. Hasta ahora nunca me ha visto un especialista, ya que todas las visitas que he hecho a un médico han sido con el de cabecera, que cada vez es una persona diferente a la que contarle de nuevo toda la chapa para que te digan lo mismo que el anterior, que le des al inhalador cuando estés mal. La cita me la dieron hace un par de meses para el recién estrenado hospital de Urduliz, un centro que da soporte a todo Uribe-Kosta.

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El caso es que Polar me ha suspendido en el plan de preparación de un maratón porque me he saltado varias semanas, devolviéndome al inicio, con lo que he decidido eliminarlo y ya me haré otro plan cuando lleve tiempo sin objetivos. Ahora mismo estoy muy activo con la bici y no tengo nada en mente con la carrera pero no quiero dejarlo, así que decido acudir a la visita de Urduliz corriendo.

Son cinco kilómetros y medio que hago por la carretera, con cuidado porque no hay arcén y tiene varias curvas ciegas, llegando al hospital con media hora de margen. Me quedo alucinado con las instalaciones, ya que es un centro a estrenar, muy amplio y moderno.

Me atienden y lo primero que hace la doctora es decirme que ya sabe lo que me pasa, que tengo el tabique desviado y que me sitúe en un sillón para meterme un cordón fino (supongo que sería una cámara) por las fosas nasales, que molesta un huevo. Luego he leído que eso es una endoscopia nasal. Me dice que es justo lo que pensaba, que tengo una rinitis galopante que se produce por las mismas causas que el asma y que me ponga ciego a pulverizaciones con corticosteroides nasales durante dos meses, mañana y noche, para que baje la inflamación. Así que voy a andar dos meses dopado hasta arriba pero por prescripción médica.

Contento porque me asegura que voy a recuperar el sentido del olfato que he perdido completamente, me da cita para dentro de dos meses y regreso corriendo otros cinco kilómetros y medio pero por la montaña, subiendo por Urduliz a Barrika para bajar hacia la estación del metro de Plentzia, con unos 175m de desnivel que se hacen duros y que me dejan las patas temblando.