Ha sido una semana extraña, en la que me he saltado tres sesiones del programa de carrera porque no me apetecía mucho salir a correr. Para cuatro ratos de sol que hace, aprovecho para ir a la playa y mantener el moreno.
Ayer me pasé por el trastero y tenía la bici de montaña llena de mierda de la última salida, aquella en la que terminaba con el curso de guía de ciclismo. Cómo será mi relación con la BTT que todavía no la había limpiado. El caso es que, quitando barro seco, me cercioro de que las pastillas del freno delantero estaban pulidas y hoy me he acercado hasta el Decathlon de Berango para poner unas nuevas.
Ya de paso, el regreso lo he hecho por los acantilados, aprovechando un rato para tomar el sol en la playa de Azkorri en un día que, por primera vez en lo que va de año, hemos alcanzado los 30ºC. Tranquilos, que solo ha sido hoy porque viene otra semana con cielos nublados.
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