Otra vez a Iparralde

El final de la BITABI, el gran objetivo cicloturista del año, me ha dejado un tanto huérfano en la agenda en lo que a las dos ruedas se refiere. Casi por casualidad, buscando marchas a las que adosarme como simple observador, encuentro la Larra-Larrau y, como tiene Issarbe en su recorrido y lo hice completamente a oscuras cuando lo subí con Fernando en la Zazpiak Bat, me animo a ir a Iparralde para un pequeño stage de tres días con el puerto zuberotarra como gran aliciente.



Esa misma casualidad que me lleva a hacer el recorrido de la marcha como independiente, me hace quedar con dos de sus participantes el día anterior. El tren de Hendaya me permite salir a las 09:25 rumbo a Donibane Garazi, donde he quedado con Buru y el Gordo para pasar estos días.


Son 72km con el alto de Urrugne como dificultad inicial. El piso está completamente mojado pero no llueve, aunque unas nubes muy feas pululan sobre mi cabeza.


Corono Urrugne un poco pringado por el agua que salpican los coches que me van adelantando. Las previsiones para hoy no indicaban lluvia pero, hasta el último momento, no he dejado de mirarlas por si tenía que retrasar un día todo mi viaje.


El descenso de Urrugne me introduce de golpe en el típico paisaje de Iparralde, con pastos por todas partes y ovejas por doquier. He quedado a eso de las 12:15 en Saint Jean de Pied de Port y el aire favorable y la media que llevo hasta ahora me hacen pensar que no tendré demasiados problemas en llegar a tiempo.


De todos los itinerarios posibles para ir a Donibane desde la costa, he optado por el de menor kilometraje. La ruta que va por Ascain y sigue por Senpere es la elegida.


Avanzo hacia el interior y las nubes me preocupan. No es la primera vez que las previsiones para Pirineos no son acertadas ni será la última. El día soleado que daban para el mediodía parece que no será tal.


Pero, a medida que me acerco a la capital de la Baja Navarra, empiezan a divisarse grandes claros. El optimismo empieza a ganar la batalla a la mala baba que se me estaba poniendo.


Con Artzamendi siempre a la vista, paso los pequeños repechos de Zuraide. La última vez que anduve por aquí fue con la BTT cargada de alforjas y, aunque también llevo la bici con la misma carga, hay una diferencia abismal.


Ya en las proximidades de Donibane, sigo el curso del río Nive y del ferrocarril, que también discurre paralelo a él.


Llego al lugar de la cita a la hora señalada. Mis dos acompañantes aparecen caminando como turistas mientras saco un par de fotos desde el puente. Les dije que Donibane Garazi era uno de los pueblos más chulos que había visto y, tras su paseo por las calles de la zona amurallada, así lo afirman también.


Nos vamos al aparcamiento en el que han dejado el coche y aprovecho para comer un arroz negro mientras se visten de ciclistas.


Mientras tanto, debatimos sobre qué subida hacer para aprovechar la tarde. A mí me da bastante lo mismo porque las tengo hechas todas pero analizamos las diferentes opciones que se nos presentan. El CIMA de Ibañeta es una de ellas, Arnostegi puede ser otra y, para mí la más interesante, el encadenado de Burdinkurutzeta con Bagargi y Sensibil puede ser otra más.


Finalmente, se dejan guiar por mí y optamos por esta opción pero, para quitar 24km entre ida y vuelta, nos vamos a Lekunberri con el coche. La opción elegida nos da la posibilidad de hacer una circular de 50km si la bajada se hace por Ahusky.


A la altura de Basaburua, tenemos el inicio oficial de Burdinkurutzeta, uno de los grandes puertos pirenaicos y que, para mayor disfrute, posee carteles con los porcentajes por cada uno de los kilómetros que se van ascendiendo.


A estos dos o tres primeros kilómetros de aproximación le siguen las primeras rampas. Más de cuatro kilómetros por encima del 10% de media son suficiente motivo como para ponerse a la tarea.


Pero la belleza del puerto es proporcional a la dureza del mismo. Las vistas sobre el valle de Mendive y del trazado del vecino Ahusky son el antecedente perfecto para empezar a disfrutar de lo más espectacular que se puede ver por Iparralde.


El collado de Haltza ofrece un descanso apropiado para disfrutar de una visión directa del vecino Arthaburu que, desde Esterenzubi, acaba llegando al mismo sitio por unas rampas tremendas. También se aprecia la zona del Arnostegi, la otra alternativa que hemos manejado para subir pero que, viendo los nubarrones negros que ocultan la cima, me alegro de no haber elegido.


Es la primera vez que pedaleo junto al Gordo, con quien ya había hecho alguna salida montañera y alguna que otra popular con zapatillas. Para llevar tan poco tiempo en esto del cicloturismo de puertos de carretera, lo lleva muy bien. Estamos en un puertazo de esos de coeficiente disparado y solventa las rampas con suficiencia.


Seguimos subiendo rumbo al col de Burdinkurutzeta y las pendientes vuelven a unos números más propios de un gran puerto pero sin asomar a la doble cifra. Lo más duro era el inicio, como en casi todos los puertos de estos Pirineos Atlánticos.


En esta segunda parte de la subida, empiezan a aparecer algunos claros más continuos y, aunque la carretera está mojada, también aparecen huecos secos. Estamos teniendo bastante fortuna porque no termina de llover y eso es de agradecer.


Nueve kilómetros de dura subida y coronamos esta primera parte del enlazado de tres puertos que vamos a hacer. Así a lo bobo, ya llevamos 810 metros de desnivel y, como mis dos acompañantes tienen mañana una marcha de las chungas, ya se empiezan a hacer preguntas. 


Pero la belleza de este puerto engancha y, en vez de dar media vuelta y dar por concluida esta salida vespertina, seguimos hacia delante.


Llegamos a Iratiko Etxola y el lago resitúa a mis compañeros de ruta porque ya lo conocen del trazado de la Irati. Nos esperan seis kilómetros que ya tienen hechos de esa marcha pero a los que llegan a través de la vía de Arthaburu o Errozate.


El restaurante junto al lago está abierto y podemos reponer agua en el grifo de los lavabos para despreocuparnos de este tema en lo que resta de vuelta.


Y seguimos hacia el col de Bagargi, o col de Irati, que son casi la misma cosa. A excepción del tramo de herraduras final, donde la pendiente crece algo, nos manejamos entorno a un 4-5%, lo justo para disfrutar de este precioso sector de subida como se merece.


Llegamos a la cima y nos desviamos hacia el col de Sensibil. Ya que estamos aquí, pues habrá que hacer el kit completo y los cuatro kilómetros que quedan por esta pista asfaltada no rompen en ningún momento con la secuencia de subida.


La zona de pastoreo muestra toda la belleza de Iparralde. Montañas y montañas y miles de ovejas felices por las verdes laderas.


Una primera rampa al 9% es seguida por un tramo suave para no perder detalle de las múltiples canales que moldean el entorno. El piso, más propio de estas pistas pastorales, mantiene un aspecto rugoso que no supone mayor problema. Tan solo algún pequeño bache y alguna gravilla suelta distraen la mirada del horizonte.


Espero que a mis acompañantes les haya merecido la pena este añadido de Bagargi porque la altitud alcanzada permite una visión general de los picos y valles de la parte occidental de Irati. Hay muchos sitios a los que no me importa volver con frecuencia y éste es uno de ellos.


Lástima que el col de Sensibil tenga un final un tanto indefinido. Me habría gustado seguir la pista, ya que continúa el asfalto y se puede hacer sin problema, pero ya volveré para investigar pistas raras de esas que miran al cielo para la temporada que viene. El descenso lo hacemos con el aire de cara y la temperatura baja de golpe.


Para no regresar por donde hemos subido y así poder hacer una ruta circular de enorme atractivo paisajístico, nos metemos por la pista que sale del mismo col de Bagargi en dirección a Ahusky.


Este enlace también lo hice con Fernando en un stage por Iparralde que bauticé Iparralde Total porque lo subíamos todo. En aquella ocasión, el estado de esta pista era una incógnita y no sabíamos si estaría asfaltada. Pero esta vez voy sobre seguro y no es algo que me preocupe así que, como suele ocurrir cuando pasas por un sitio por segunda vez, tengo la posibilidad de disfrutarlo mucho más.


Nos detenemos en el col de Arhansus para poder poner nombre a todos los detalles que se aprecian desde él. El pico Orhi a la derecha aparece oculto entre nubes pero, frente a nosotros, les puedo mostrar con precisión otra de las subidas de la zona: Bostmendieta. También divisamos las subidas de mañana: Pierre St. Martin, Issarbe y Larrau. El mirador es excepcional.


La tarde, finalmente, parece que nos respeta y no queda riesgo de lluvia. Aunque haya nubarrones oscuros obre algunos picos, en nuestra zona, no hay ninguno. Para las fotos es perfecto, quedando unos cielos muy guapos sobre las montañas.


Seguimos descendiendo por la pista y se ve que van a reasfaltar porque nos encontramos un tramo bastante largo con gravilla compactada recién echada. No molesta para la bajada pero hay que andarse con un poco de ojo.


No me canso de decirlo. En apenas 50km tenemos una ruta excepcional con un muestreo inmenso de lo que es Iparralde y de lo que puede ofrecer al cicloturista.


Terminado este pequeño descenso, empieza la subida a Ahusky que, si bien no es gran cosa por este lado, también cuenta.


Y es que la rampa de acceso a la carretera que va hacia Tardets nos devuelve a esas rampas de doble cifra tan características de estas laderas.


Para coronar Ahusky y empezar el descenso final, seguimos por un cómodo 6-7% hasta casi coronar el pico Béhorléguy. El descenso de esta montaña lo haremos por una carretera estrecha que baja, con rampas espectaculares, a media ladera.


Entre foto y foto se nos ha hecho bastante tarde y nos salen 56km y más de 1.700 metros de desnivel. Se me había olvidado calcular los ocho kilómetros del sube y baja a Sensibil. Tal vez haya sido demasiado para tener que hacer la marcha de mañana y mis compis aún no han recogido los dorsales.

Para ir a Isaba, no sabemos muy bien qué ruta elegir. Yo ya no voy a ir en bicicleta a dormir en la tienda de campaña y acepto con gusto la oferta de ir al albergue de Ochagavía así que, tras manejar varias opciones, optamos por subir la Piedra de San Martín dando un rodeo previo por Osquich.

Como no podría ser de otra forma, a estas cosas siempre hay que dotarlas de cierta incertidumbre y apenas queda combustible en la reserva. En modo ahorro, y con la duda de si llegaremos o no, nos metemos por St. Engrace y, en la parte alta del puerto, la niebla reduce mucho la visibilidad y pasamos, sobre todo yo, acojonado. Voy muy mareado y, para más inri, el piloto no ve las curvas y hay que ir gritándoselas. ¡Joder, qué acojone!

Llegamos a Isaba a las 21:40 y sin apenas gasoil. Tengo presente que la única gasolinera cercana es la de Urzainqui y paso a conducir yo mientras El Buru y El Gordo se van a por el dorsal. Por suerte, estaba en lo cierto y cierran a las 22:00 así que, llego por los pelos. Mis compañeros, en cambio, se quedan sin poder recoger el dorsal y lo tendrán que hacer mañana a primera hora, lo que reducirá aún más el tiempo de descanso, que ya será muy breve de por sí para el terreno que les espera.

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1 Comentarios

  1. jajajajaja """""Como no podría ser de otra forma, .....En modo ahorro, ..... la niebla reduce mucho la visibilidad y pasamos, sobre todo yo, acojonado. ...... el piloto no ve las curvas y hay que ir gritándoselas. ¡Joder, qué acojone!""""""

    Cuidado vaca!!!!!! jajajajaja

    Claro que merecio la pena.... sin dudarlo.

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