Una carrerita en Argalario

Esta semana también queremos hacer un puerto corriendo y escogemos Argalario por su cercanía y porque tiene la distancia y el desnivel que andamos buscando. Ya lo hicimos una vez en una ruta circular bastante larga pero, en esta ocasión, va a ser un sube y baja por la vertiente de Gorostiza.

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ARGALARIO Gorostiza 550 8,5 6 % IR

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Dejamos el coche aparcado en las inmediaciones del polideportivo de Gorostiza y nos ponemos en marcha. Son las nueve de la mañana y hace un día perfecto para correr.


Tenemos un primer kilómetro intenso para entrar rápidamente en calor, lo cual no cuesta mucho estando tan frescos. Por si acaso, me he tomado un ibuprofeno antes de empezar porque el brazo derecho me duele cada vez más. Empiezo a estar muy preocupado.


Llevamos un ritmo muy bueno de subida. Nos pasamos todo el día metidos en rampas y es lo que mejor se nos da. Además es mucho más entretenido que correr por el llano.


Tras los dos kilómetros de impás, llegamos a la barrera canadiense y nos ponemos a subir de nuevo. El sol parece que se quiere sumar a la subida aunque se mantiene muy nuboso. Tan solo la costa aparece despejada.


Es impresionante cómo subimos y nos plantamos arriba en un santiamén. Es una ascensión que me sé de memoria pero hacerla corriendo me ha cambiado un poco el chip, haciéndolo muy divertido.


Siempre lo digo pero es que Argalario me encanta. Partiendo de una urbe que aglutina a un millón de almas como es el Gran Bilbao, se llega a un entorno sumamente tranquilo, con la montaña a un lado y el mar al otro. Es una subida especial. Ya solo queda bajar y completar 17km que van sumando en las piernas.

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