Paso por boxes

  21 de febrero de 2019  

El cuerpo me ha dicho basta. Llevaba mucho tiempo sin hacer un descanso y he petado. El pasado jueves sufrí una lesión neuro-muscular que me llevó directo a urgencias y me he tenido que pasar unos días ingresado con unos dolores impresionantes en el cuádriceps izquierdo. Tratamiento: un mes de reposo absoluto y a dar paseos como los viejos.



Tras la vuelta de Mallorca, llevaba un par de meses yendo a trabajar en bici, como siempre, chupando agua a espuertas durante todo el mes de enero y disfrutando de un buen tiempo en la primera quincena de febrero. Hasta que el pasado jueves, al bajar de la bici en la puerta del colegio, sentí un pinchazo en el cuádriceps izquierdo que casi no me dejó subir al aula. Las tres horas de clase las pasé en un puro grito, intentando que los alumnos no notaran mi dolor y rezando porque las consultas fueran escasas para no tener que moverme demasiado.

Finalicé la clase y bajé a la calle a duras penas, pero el regreso a casa en bici fue perfecto, sin una sola molestia, hasta que de nuevo tuve que poner los pies en el suelo al llegar a casa y los dolores fueron insoportables. Una ducha dificultosa y a la cama a dar vueltas de dolor hasta que, a las seis de la madrugada, no me quedó otra que ir a urgencias de Urduliz porque no podía más.

En el hospital me atienden en cuanto llego arrastras. Es nuevo y aún no han hecho el parking, por lo que tardo un huevo en llegar desde donde encuentro aparcamiento junto a la iglesia. Inmediatamente me ponen una vía, viendo cómo vibran todos los músculos de la pierna, y empiezan a meter baliums, nolotiles y demás calmantes en vena, ... He pasado por muchos dolores en mi vida pero esta vez ha sido algo fuera de lo normal.

Con semejantes episodios de dolor y con los músculos convulsionando como locos, deciden ingresarme para administrarme calmantes y relajantes musculares en vena durante todo el fin de semana. Si no fuera por el dolor que he soportado, han sido tres días magníficos, con un trato excepcional por parte de todos los servicios médicos del hospital y en una habitación con unas vistas y con un servicio de restauración mejor que el de muchos hoteles en los que he estado. Lo he disfrutado como unas vacaciones.

Querían que me quedara otro día más para hacer una resonancia magnética y asegurar el diagnóstico (probable irritación del nervio L4) pero el lunes tenía clase y pedí el alta voluntaria después de comer, ya que no he faltado a trabajar jamás en 23 años que llevo de profe y ni tan siquiera he llegado nunca tarde a clase. En la medida de lo posible, mis alumnos nunca se tendrán que ir a casa por ausencia mía mientras pueda estar en cuerpo y alma con ellos, así que la prueba pasa a la lista ambulatoria y no será hasta dentro de un mes y pico, tiempo durante el cual me han prohibido practicar deporte, más allá de dar paseítos de chichinabo.

Llevo tres días yendo a clase en coche, con más de 20ºC y un sol de justicia, y ya me subo por las paredes. Aprovecho para ir a comer a la playa y descansar todo lo que puedo tumbado frente a las olas, pensando en los planes que tengo para Semana Santa. Después de esta convalecencia obligada, me va a quedar un mes para prepararme para los muchos puertos que tengo en la agenda para esos días. No sé si lo voy a poder aguantar. ¡Paciencia!

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5 Comentarios

  1. Pufff, Joseba, qué mal lo has debido pasar y qué mal lo tienes que estar pasando. Siempre pensé que le metes mucha caña a tu cuerpo, pero con lo entrenado que estabas, me sorprende lo que te ha pasado. Pues nada, chaval, a sacar conclusiones de esta experiencia y a moderar tus sesiones deportivas, supongo. Yo llevo unos años pensando si no estaré sometiendo a mi cuerpo a excesos tales como subir de 175 pulsaciones a mis 63 años. De todas formas, te vendrá bien este reposo. Y no seas tan exigente contigo mismo frente al trabajo, que igual no te lo reconoce mucha gente. Pero te entiendo. En una ocasión me quedé afónico total y el médico me pidió el talonario de bajas. Me dio de baja por una semana, pero al tercer día estaba con los niños.
    Cuídate mucho.

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    1. Ahí andamos, Gorgonio, ahí andamos. Ya va para dos semanas y la pierna se me vence. Quedó tan dolorida que aún no he recuperado la fuerza y mi propio peso es demasiado subiendo y bajando escaleras. Es como cuando haces un maratón sin entrenar mucho, que en los días posteriores cojeas por simple debilidad. Me imagino que pasará en el mes que me han dicho que me esté tranquilito. Por lo menos, desde que salí del hospital no me duele nada. Solo se me pasa por la cabeza saltarme la cuarentena. Ya no aguanto más.

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    2. Aguanta el mes, Joseba. Dos semanas más no es nada y pasan enseguida. Que no tengas que arrepentirte. Haz caso a los médicos.

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  2. Vaya, lo siento. Mucho ánimo y a descansar y recuperarse perfectamente. Las carreteras no van a marcharse a ningún sitio y siempre van a estar ahí para disfrutar de ellas.
    No queda otra que tener paciencia, aunque sea difícil.

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    1. Gracias Teibol. Es difícil, muy difícil, tremendamente difícil, ... ;-)

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