El mes de julio, en cuanto a lo meteorológico, está siendo lo que suele ser típico en el norte y los días de playa se cuentan con los dedos de una mano. Aún así, apetece más tumbarse a la bartola en el arenal de la bahía que ponerse a hacer deporte con temperaturas que, sin ser muy altas, no invitan a ponerse a sudar.
Hoy volvemos a echar unos tiros. El día está muy gris y me acompañan mis hijos durante una hora, ante la atenta mirada de muchos niños que vienen con monitores a la playa y que se tienen que conformar con jugar al pañuelito en el parque. La cosa marcha bien hasta que se forma una tormenta y tenemos que salir por patas hasta casa, siendo estos doscientos metros a la carrera lo más exigente del día.
2 Comentarios
O sea, que empezó a llover...
ResponderEliminarMismamente ;-)
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