Hace un calor del copón y lo más sensato sería no salir de casa pero me disfrazo de suicida y me lanzo a la carretera para hacer la vuelta de cuarenta kilómetros que he establecido como salida básica, lo justo para invertir menos de dos horas y quitar un poco la carbonilla de la bici.
| XTREM | CAT 1 | CAT 2 | CAT 3 | CAT 4 |
| Básica de Uribe Kosta | Plentzia | 40 km | 725 m+ | IR |
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Salgo a las once de la mañana con idea de hacer algo de hambre. La playa está a rebosar de gente y la solemos dejar para la tarde, cuando todo el mundo se empieza a marchar.
Nada más empezar ya veo que hoy me va a costar mucho dar pedales. Me pongo a subir Orabille y, cuando voy a echar un trago del bidón, ya está caldoso, y eso que lo acabo de rellenar en casa y debería estar fresquito.
Corono Orabille con los labios secos por culpa del aire tórrido que me pega de cara. Hace mucho viento del sur y me pega de lleno. Me tiro hacia Armintza y el ritmo no es muy bueno.
En la subida a Jata voy muy protegido y el aire no es problema. El problema es el calor y voy buscando todas las sombras, aunque tenga que rodar por la izquierda. No hay nada de tráfico y me lo puedo permitir aunque, lógicamente, con cuidado y atento al sonido de cualquier motor.
No pasa nadie salvo un par de ciclistas que bajan y una vespa que me adelanta casi al llegar al desvío de Maruri-Jatabe.
Al girar me vuelve a entrar el aire de cara y eso hace que vaya fundido hasta el cruce de Gatika. Hay un corte de carretera porque están limpiando los arcenes pero no me toca esperar y puedo seguir sin parar.
Subo a Gatika con la temperatura más alta de toda la ruta. La base del valle del Butrón, yendo junto al río, es la parte más tórrida de la comarca de Uribe.
En estos kilómetros se juntan el calor, el fuerte aire en contra y las rampas de Gatika y de Unbe para acabar de fundirme. El bidón está inservible desde hace varios kilómetros y llevo la boca que parece un estropajo.
El kilómetro final de Unbe por esta vertiente de Laukiz es al 10% de pendiente media y me arrastro de mala manera. Solo deseo llegar arriba y enfilar la bajada a Plentzia con el aire favorable.
Pero mira por dónde que el aire cambia a norte, se empieza a nublar por la costa y me tengo que fastidiar de nuevo, llegando a Plentzia con siete minutos de retraso con respecto a la salida de hace dos semanas y 142ppm de media frente a las 127ppm de aquel día. No solo eso, sino que encima se joroba la tarde de playa con una buena tormenta y tengo una deshidratación guapa como para no parar de beber en tres días.
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