Mediodía al sol

Estoy de vago. Se confirma lo que pensaba y resulta contraproducente hacer maratones sin ton ni son porque luego no me apetece nada. Más me valdría hacerme con una rutina más constante, que no suponga días de parón por el cansancio de una sola jornada.



Ayer día de playa, con el único ejercicio del paseo diario, ese que nunca perdonamos y que me está dando la vida. Hoy día de salir a correr un poco, pero solo eso, un poco. Otra vez me quedo en seis kilómetros aunque salga con idea de hacer un poquito más. Ya ni los sábados se salvan. Veo el termómetro por encima de los 25ºC, el sol en lo alto, la gente tumbada en la arena, ..., y se te quitan las ganas. De vez en cuando te cruzas con algún tío corriendo, resoplando como un buey, y se te quitan las ganas. Hay veces que pasa una tía corriendo, arrastrando las zapatillas y con la mirada gacha, ..., y se te quitan las ganas. Qué duro es esto.

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