Hoy me he vuelto a pasar por el frontón pero estaba ocupado por un tipo al borde de la jubilación con pala y pelota de tenis, así que he aprovechado para hacer un recado antes de regresar y ver si había quedado libre. Como seguía ahí, me he quedado al fondo y, cuando me ha visto, me ha invitado a pelotear con él un rato antes de irse para casa.
Solo ha sido un cuarto de hora porque ya llevaba casi una hora dándole bolazos a la pala, lo justo para que me haya contado que le han fallado los tres compañeros con los que suele jugar a parejas. Al decirle que había pasado antes y que me había marchado, me ha dicho que, para la próxima que vea a alguien solo, que me acople, que siempre será mejor que marcarse un solitario. Todo un detalle. Luego he seguido otra media horita para hacer un poco de hambre, soltando la pelota de frontenis con gusto porque es mucho más ligera que la de tenis.
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