El Jura del Vaud desde Nyon

He pasado por Ginebra y, como sucede en todas las ciudades, es difícil moverse. Me meto por unas cuantas calles para ver cómo es, así, un poco por encima, saliendo por la carretera que va junto al lago Léman poco después de pasar por delante del complejo de las Naciones Unidas, por lo que veo, lleno de turistas japoneses. Lentamente, me planto en Nyon, punto de partida de una ruta circular que tendrá gran parte del recorrido por Francia.

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Jura del Vaud desde Nyon Nyon 70 km 1950 m+ IR

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Aparco junto a un embarcadero para llamar a casa. Tengo contratado el GoEurope, un plan por el que puedo hablar desde Europa durante 60' al día por un euro el día que hable. Como pienso estar unos veinte días, he recargado el móvil (que no lo uso nunca) con 10€ para hablar un día sí y uno no. Hoy me toca y aprovecho las vistas del lago para hablar un rato.


Al de tres minutos de estar hablando con Amaia, la llamada se corta por falta de saldo. Los 10€ han volado y no puedo ni enviar un triste SMS. Como voy a entrar en Francia en cuanto corone La Givrine, espero poder hacerlo desde allí.


Muevo el coche para dejarlo en un sitio seguro, a las afueras de Nyon, mirando para el Jura. Encuentro un aparcamiento junto a un restaurante con el wifi abierto, ideal para quedarme un rato en cuanto acabe la etapa. 


La subida a La Givrine es el primer puerto largo del viaje. Son veinte kilómetros suaves, con bastante tráfico al principio pero muy tranquilo en la segunda mitad.


Se va ganando altitud lentamente y aparecen las vistas del lago Léman, con el grueso alpino al fondo. Me cruzo con un par de ciclistas y me adelanta otro, con pintas de profesional, a velocidad de vértigo.


La subida va de menos a más hasta llegar a Saint Cergue, con un kilómetro al 8% como tope pero sin exceder demasiado del 6%.


Tras cruzar las calles de esta pequeña población, se gira a mano izquierda y se va mitigando la pendiente paulatinamente. El tráfico ha bajado mucho en esta segunda parte del puerto, al tiempo que la vegetación se ha ido apoderando del entorno.


Son cuatro kilómetros de paseo, con porcentajes mínimos. La carretera busca la frontera francesa junto al ferrocarril. Me encantan estos trenes rojos de Suiza. Contrastan con el paisaje y quedan muy chulos.


Corono La Givrine y sigo hasta la frontera con Francia. Me gusta cruzar estos pasos como si los coleccionara. Van parando a los coches para un mínimo control y, al ir en bici, me dejan pasar sin problemas.


Ya en Francia, enciendo el móvil para ver si puedo recargar o, aunque solo sea eso, enviar un SMS para que lo haga Amaia desde casa. Pero es inútil y no puedo ni establecer llamada. Este inconveniente va a hacer que me de la vuelta y cancele la ruta circular. Si algo sucediera, ante cualquier avería, no tengo forma de pedir ayuda y no me la quiero jugar. Me quedo un rato pensando y opto por no hacer los dos BIGs franceses de esta circular y dejarme caer hasta Gingins para subir La Barillette. Ante cualquier imprevisto, no quiero tener el coche muy lejos y esos dos puertos los puedo enlazar perfectamente en un viaje que ya tengo planeado para Semana Santa.


El track que tenía diseñado era circular y me tengo que guiar por los mapas del GPS para llegar a Gingins, donde se inicia la subida a La Barillette, la más interesante de lo que llevo hasta hora con sus doce kilómetros al 8%.


Es una buena subida pero totalmente carente de vistas. Se va encerrado entre árboles desde el principio y no se ve nada. Me sorprende ver que hay carteles con los datos, algo que siempre hace la subida más entretenida.


Lo más duro se encuentra al principio, yendo siempre en dobles dígitos y con alguna rampa puntual por encima del 15%. Luego se va suavizando poco a poco. Me sorprende lo bien que subo, casi sin esfuerzo. Subo estos puertos nuevos con tanta curiosidad que se me hacen muy entretenidos.


En la parte final aparecen algunos claros pero se sigue sin vistas. Solamente espero que la cima tenga premio y que regale algo. Se intuyen unas antenas y una bola de radar en otra montaña, lo que me hace dudar sobre cuál será el final de la subida.


Las antenas ganan la partida, quedando el bolón a la espalda en la recta final. Por suerte, la cima tiene premio y hay unas vistas muy buenas del lago Léman.


Me doy la vuelta, con el radar de frente, y empiezo a bajar. Hay caminos diferentes de subida y bajada pero la carretera es ancha y sigo por donde he subido porque no lo hace nadie más.


En el descenso paso algo de fresco, a pesar de que hace una temperatura muy agradable. La subida permanece muy sombría y el bosque me destempla bastante. Al llegar a Nyon, conecto la tablet al wifi del restaurante y hablo con Amaia por email para que llame a Orange y me restablezcan el saldo, cosa que hacen enseguida. La vuelvo a llamar y pasa lo mismo, el saldo desaparece en tres minutos. A la segunda, le informan de que Suiza no entra en el plan GoEurope y ya no me devuelven el saldo, con lo que me quedo sin móvil hasta llegar a Austria. Los suizos son europeos de segunda, está claro, otro motivo más para declarar a ese país 'territorio a evitar' en futuros viajes. Esto va a hacer que me replantee todas las circulares que tengo porque no me puedo arriesgar a tener un problema sin móvil. Me quedan muchos días para llegar a Austria y tendré que buscar wifi allá donde pare.

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2 Comentarios

  1. Pues empezaste con el pie izquierdo. Vaya ánimos de inicio. Joer con los suizos y su irreal "paraíso", que solo lo es para los ricos y sus bolsillos. Cuando estuvimos en Suiza, por Lausana pinchamos e hicimos una larga llamada al seguro del coche para que nos mandara un mecánico. Me suena que la llamadita pasó de 50 pavos. Bufff.
    Sigo atento a tus entradas.
    Ah, hoy no te vi en El Vivero al paso de la Vuelta. Dura cota. Estuve atento, jajaja. ¿Viste la etapa a pie de carretera? Ha resultado muy bonita. Y la entrada en Bilbao, como la de la BB, por el Guggenheim.

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    1. Sí, el inicio del viaje estuvo gracioso, como el final, ... Es un país al que le he cogido bastante tirria, la verdad. Hace poco leí que los italianos, con sus guerras, sus hambrunas y todas sus miserias, habían aportado al mundo a Leonardo, los acueductos, a Miguel Ángel, la pasta, a Vivaldi, a Claudia Cardinale, ..., y los suizos, con toda su paz y organización, lo máximo que han sido capaces de crear ha sido .... ¡el reloj de cuco! Donde pongo Italia, pon Francia o España, me da igual.

      No, la vi por la tele pero por ver cómo sacaban a Bilbao, no por ver a los ciclistas. El Vivero, cuando gustes, te lo enseño. ;-)

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