Vertientes del Pagasarri

Me da no sé qué mirar en el contador de kilómetros y ver que, en lo que va de año, todavía no he salido ningún día con la BTT. Está quedando buena tarde y hoy va a ser el día de quitar ese cero. Así le pego un repaso a la bicicleta y tiro a la basura el lamentable sillín que traía, cambiándolo por el viejo que he dejado de la de carretera, mucho más chulo, cómodo y ligero aunque esté todo roto.

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Vertientes del Pagasarri Bilbao 39 km 1350 m+ IR

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No sé muy bien para dónde tirar y voy improvisando. Acabo subiendo al Pagasarri porque es la salida más directa que tengo hacia el monte y así no ruedo demasiado por asfalto.


Las duras rampas de esta pista te dejan extasiado y opto por seguir camino del Pastorekorta y acceder al Paga por la subida de Arrigorriaga, algo más larga y tendida.


Llego a las campas del Pagasarri y me quedo ahí por un par de minutos. Hay gente tirada por los bancos y sigo sin saber qué hacer, así que vuelvo a improvisar bajando por la pista del Ganekogorta, tal vez para bajar a Alonsotegi y volver por el paseo de la ría.


No he traído el GPS porque no iba a hacer ninguna ruta planificada. Me voy metiendo por pistas, hasta llegar a un refugio en donde no hay salida posible.


Poco después, enlazo con la pista de Zamaia, con el PR-BI100 que va ladeando el Ganeko por la parte baja. La pista se encuentra en perfectas condiciones y es muy cómoda para bajar por ella.


Pero luego se vuelve más empinada y botosa, pasando por un tupido bosque en el que me encuentro alguna trialera, hasta llegar al área recreativa Fuente del Oro de Alonsotegi.


En pleno barrio de Azordoiaga, me encuentro con más ganas de marcha y decido volver a subir al Pagasarri por la pista del Agroturismo Ordaola.


El inicio coincide con la subida asfaltada al embalse de Artiba y luego se toma una pista cementada durante dos kilómetros más, hasta llegar a la casa rural.


Paso junto al agroturismo y unos cuantos huéspedes me dan ánimos al pasar, al igual que varios senderistas que vienen del alto y que se cruzan conmigo en este punto.


La subida al Pagasarri por esta vertiente de Alonsotegi resulta más tranquila que por Bilbao, sin esos grandes porcentajes que te dejan sin aliento. Aprovechando que hace una tarde maravillosa, me quedo sentado en la hierba por unos minutos antes de dejarme caer hasta casa.


Es impagable tener un entorno como el que disfrutamos en Bilbao, con la montaña al alcance saliendo desde la misma puerta de casa. En tan solo unos minutos, ya estoy en el centro de la ciudad.


No me suelo prodigar con la BTT, aunque suele ser muy gratificante las pocas veces que la cojo. El casillero ya se ha movido y ahora le toca al del kayak, que también está a cero y ya empieza a hacer calorcito del bueno.

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