Borrachera 2015

Hace unos meses que tengo conocimiento de una ruta que organiza anualmente Marce Montero como conmemoración de su web '39x28altimetrias.com' y, viendo que suele ser de cierta dureza, esta vez me he apuntado. La idea era aprovechar desde el jueves para hacer algo por Asturias pero ha estado lloviendo y se ha quedado todo en el fin de semana. De hecho, llego a Pola de Lena el viernes por la noche y llueve con fuerza.

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Borrachera 2015 Pola de Lena 160 km 4500 m+ IR

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La salida está programada para las ocho y media en el ayuntamiento de Lena. Como decían las previsiones, hoy no llueve. Van llegando componentes de la enorme grupeta que se junta y, tras la foto oficial de grupo, salimos casi a las nueve.


Es difícil contar las unidades pero estamos más de veinte ciclistas, de los cuales ya conozco a bastantes de mis últimos acercamientos a esta tierra de puertos. Empezamos a subir al Cordal todos juntos pero enseguida se ve que va a haber diferentes velocidades.


Tengo sobrada experiencia en rutas largas y duras y también en quedadas multitudinarias, así que sé que el ritmo a llevar es el de la parte de atrás. Por delante van a estar más tiempo esperando que dando pedales y no merece la pena gastar fuerzas para eso. Por detrás las conversaciones son más fluidas y se lleva un ritmo constante todo el día.


Tras el primer reagrupamiento de la jornada en el desvío del Cuchu Puercu, seguimos hacia la Cobertoria por esta vertiente menos conocida. Pronto empezamos a disfrutar de uno de esos tradicionales mares de nubes asturianos.


Las rampas de acceso al Cuchu Puercu son duras pero acabamos de empezar la ruta y el personal va fresco. Voy conociendo a los diferentes integrantes del grupo. Aparte de los astures, estamos bastantes de fuera.


Con un grupo tan disperso la mayor preocupación del organizador es que no se quede nadie descolgado y tanto él como Estrada se reparten las labores de vigilancia.


Empalmamos con la carretera de la Cobertoria con bastante niebla que esperamos que vaya levantando, sobre todo para que, los que vienen de fuera y no conocen la zona, puedan disfrutar de ella como se merece. En este tramo voy hablando con un madrileño que va flipando del verde que tenemos en el norte.


En la cima hay reagrupamiento y foto de grupo. También se hace un recuento para saber siempre si estamos todos antes de emprender de nuevo la marcha.


Bajamos hacia Bárzana pasando un poco de fresco y, tras una parada para un café, seguimos rumbo a Proaza. En este otro valle ya no hay niebla y empezamos a disfrutar de unas vistas de escándalo.


El pelotón se disgrega otra vez enseguida, Los hay a los que les debe gustar esperar y enfriarse en los altos porque no se entiende que en una quedada multitudinaria no se sepa ir en grupo compacto.


Procuro no ir nunca el último para no retrasar la marcha pero sí cerca de la cola para que nadie se sienta solo y descolgado. En el cruce de inicio de la subida a Cruz de Linares hay gente esperando y juntos empezamos a subir.


Este paraje es sensacional. Dejamos a un lado el desvío de Bandujo y un vallisoletano con el que hago gran parte de la subida va alucinando en colores con la belleza del lugar.


Cruz de Linares es una subida dura y acaba separando mucho el grupo. Cada uno sube como puede y formamos un trío con el de Valladolid y con Pedro, un compañero de grupo de Javier con el que coincidiré bastante durante todo el día.


No subía a Cruz de Linares desde hace casi ocho años y se mezclan tramos que recuerdo con otros que no, sobre todo en la parte final. Lo que sí recuerdo es que aquella vez sufrí mucho más que hoy. Ya llevaba una buena paliza en estas rampas.


Parece que se va confirmando que estamos antes un día espléndido. No hace demasiado calor y las nubes empiezan a retirarse, lo mejor para una ruta tan dura.


La parte final es la que menos recordaba. Le digo a Pedro que hay un falso llano y ya se corona pero se trataba de una enlazada de varios repechos hasta llegar al punto más alto.


Las vistas son magníficas, destacando mucho la subida a Tenebredo frente a nosotros. Como no puede ser de otra manera, los puertos se llevan la palma en todas las conversaciones.


La segunda subida del día toca a su fin. En la cima está esperando el grueso del pelotón para un nuevo reagrupamiento. Por detrás de nosotros viene el cierre de la marcha a poca distancia, con lo que solo tendremos que esperar el tiempo que tarde en hacerse la foto oficial.


Bajamos de Linares hacia Trubia y paramos en una fuente para llenar bidones. Hasta ahora todo era terreno conocido para mí y esparaba con ganas este tramo para anotarme puertos nuevos.


Llegamos al inicio de Perlavia, una corta subida de unos cuatro kilómetros que destaca por lo estropeado que está el piso.


Las rampas son de pendiente constante, yendo siempre al 8% sin ninguna rampa reseñable. Lo más duro es buscar una trazada libre de baches.


En este puerto he cambiado de compañeros. Lo bueno de una ruta con tanta gente es que se van alternando las caras con las que se rueda y las conversaciones giran en torno a ellas.


Un pequeño rayo de sol no estaría mal para que el verde asturiano reverberara. No recuerdo ahora mismo de quién fue la frase pero queda apuntada.


De medio puerto para arriba, a diferencia de lo ocurrido en la Cruz de Linares, en Perlavia la gente no se separa sino que va formando pequeñas grupetas gracias a que las pendientes no invitan a ir a cada cual a su ritmo.


Llegamos a la cima de Perlavia y, lo que creíamos que era un reagrupamiento, no es tal. Hay gente que ha seguido para delante mientras a uno que iba por detrás se le ha roto el desviador de cambio y está intentando repararlo.


La avería es irreparable, lo que hace que no pueda seguir con la ruta a piñón fijo. Intentan hacer algún apaño en la bici pero es imposible. Solo tiene la opción de bajar a Trubia sin tener que dar pedales y buscar todo el llano posible o coger el tren.


Estrada se vuelve con el chico y los demás seguimos tras una parada de media hora. Bajamos Perlavia por una carretera minada, llena de baches, con el grupo partido por la avería porque los que iban por delante no se han enterado de nada.


El terreno que sigue hasta empezar la subida a Yernes es algo irregular, combinando el llano con algún pequeño repecho. Nos encontramos con otro grupillo parado por culpa de la rotura de un radio. Se ve que estas carreteras no están hechas para la velocidad.


Cuando llegamos a la altura de la avería parece que ya está casi reparada, así que seguimos poco a poco hacia Coalla. Total, nos van a pasar enseguida.


La primera visión del valle de Coalla es espectacular. A ello se le suma que es un paraje nuevo que llevarme a los ojos y eso lo hace más atractivo para mí.


Son un par de kilómetros casi llanos en una recta que nos coloca frente a la pared que viene, con dos kilómetros iniciales al 11% que nos pone manos a la obra.


Hacemos grupeta y vamos charlando al tiempo que admiramos la subida, herradura a herradura. Con el enlazado posterior del Marabio, la subida rondará los veinte kilómetros.


Estamos en la parte más dura del día. Aún nos falta mucho y el acumulado que llevamos ya se empieza a notar en las piernas.


En la intersección con la carretera de Grado está esperando el personal, a excepción del grupo cabecero que no se enteró de la avería de Perlavia y del que no sabemos nada. A partir de aquí la ascensión suaviza mucho, llegando a Yernes en algo más de cuatro kilómetros que combinan descensos con ligeras subidas.


La bajada de Yernes hacia la carretera de Villabre es una pasada, tanto por las vistas como por la pendiente que encierra.


Nos volvemos a poner para arriba para llegar a los Puertos del Marabio, una zona preciosa de Asturias que me encanta.


En plena subida nos dan caza los integrantes del grupo cabecero que estaba comiendo en Yernes, esperando porque los demás no llegábamos. Les ponemos al día con el tema de las averías que han acontecido por detrás y salen disparados otra vez.


Poco antes de llegar al Marabio, nos adelanta un todoterreno que para unos metros más adelante, al llegar junto al grupo que nos precede. Nos tememos lo peor, que se haya llevado a algún ciclista por delante. Pero no, algunos compañeros ya habían parado porque una señora estaba tirada con una lesión en el tobillo.


Al llegar nosotros, Javier pregunta si todo va bien y la señora ya estaba siendo atendida en el coche y se la iban a llevar, con lo que proseguimos hasta la cima, ya muy cercana


Volvemos a juntarnos los que quedamos y partimos cuando ya estamos todos. Vamos a bajar a Entrago por una vertiente que no conozco, con unas vistas espectaculares de las peñas.


Las rampas son tremendas por esta vertiente, con un paso complicado por una aldea con hormigón rayado algo resbaladizo justo cuando la pendiente se dispara.


El solete nos acompaña hasta Entrago, donde hay una parada programada para comer. Ya solo queda la subida final a la Cobertoria por su larga vertiente de Lindes y hay que reponer las fuerzas mermadas.


En Entrago corren los bocatas de media barra. Me encuentro muy bien y no necesito meterme tanta comida, así que me basto con la comida que llevo en el bolsillo para terminar la etapa. La parada va para rato y, como va a haber diferentes ritmos en la subida final, Javier, Pedro y yo decidimos ir yendo suave para no quedarnos parados demasiado tiempo.


Llegamos al cruce de Carangas tras un rato de flirtear con el aire en contra en pleno Desfiladero del Teverga. Javier ha llamado a Teibol y nos lo vamos a encontrar de frente mientras nos dirigimos a Bárzana.


Nunca me cansaré de ver este pequeño trozo de la variante de Bárzana de la Senda del Oso. Está cayendo la tarde y todo indica que es el último momento para disfrutar del paisaje.


Nos cruzamos con Teibol que viene de subir a Muriellos. Como pensábamos, el grupo cabecero nos adelanta a toda pastilla justo antes de coger el desvío de Santa Marina y ya no les volveremos a ver.


Esta vertiente de la Cobertoria ya me resultó aburrida hace cuatro meses y, en esta ocasión, no parece que vaya a ser diferente. Suerte que llevo compañía y eso lo hace más llevadero. No hay vistas en más de la mitad del puerto y la pendiente es muy floja, con lo que solo me entretienen el sonido del agua de la primera parte y las vistas de la ladera final.


Poco a poco vamos haciendo camino. Está cayendo la tarde y nos preocupa un poco que caiga la noche, máxime cuando vemos en la curva de vaguada de Lindes que llevamos mucha diferencia con el grupo de cierre, donde Marce y Luis van haciendo labores de coche escoba, acompañando siempre a los últimos.


Javier, Pedro, Teibol y yo llegamos a la Cobertoria y ya solo queda descender a Pola de Lena para concluir una jornada redonda. En esta ocasión, ya no hay nadie esperando por la foto de grupo y dudamos por un momento si esperar al grupo final porque creemos que van a tardar bastante todavía.


Pero creemos que hay que esperar por todos y así lo hacemos, con lo que la foto final de grupo queda con varios componentes de la marcha. Lástima que no tengo ninguna. Nos abrigamos bien para el descenso, mientras nos despedimos de Teibol que tiene el coche en Bárzana.


Llegamos a Pola de Lena todavía de día, cosa que no me las tenía todas conmigo que fuera a suceder después de tantísimas paradas como hemos realizado. La ruta ha sido excelente y le agradezco a Marce Montero su convocatoria. Nos veremos en alguna otra. Me cambio en el coche para irme a Villaviciosa y me despido de Pedro y Javier, a quien no me queda otra que agradecer el detalle de regalarme una batería para la Powerled de Sigma después de que la mía se jodiera el año pasado.

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6 Comentarios

  1. Gracias por no indicar que marchamos de Entrago porque no iba ni pa tras jajajajaja

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    1. Eso jamás. Siempre se debe contar lo peor de uno y lo mejor de los demás. Me ha salido un 'pareao' ;-)

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  2. Buenas, Joseba. Me alegro que te gustara la ruta. Si quieres alguna foto de grupo, tengo varias en la web, en el resumen que subí. Ya coincidiremos en otra, seguro, y a ver si puede ser en Euskadi, que tengo ganas de Urkiola, sobre todo. Gracias por venir. Buena crónica. Un abrazo

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    1. Sí, ya las vi. Quise ponerte un comentario pero solo dejaba a usuarios de facebook y yo no lo soy. Pues cuando quieras. Gracias de nuevo.

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  3. Pedazo de ruta. Igual me apunto un año de estos, pero cerraría siempre grupo sin lugar a dudas.
    De la ruta desconozco el tramo de Cuchu Puercu, Perlavia, Yernes y la vertiente oeste de Cobertoria. De esta última solo conozco hasta el desvío de Ermita del Alba.
    Yo subí Maravios por la vertiente que bajasteis, la de Villamayor, por consejo de Javier Avilés. En menuda encerrona me metió. Durísima.
    Te reconocí en las fotos de la crónica de Marce.
    Un abrazo.

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    1. Asturias bien merece una y mil revisiones. Una ruta de estas es buena excusa, Gorgonio. Si la convocatoria se repite y puedes ir en la siguiente, ni lo dudes.

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