Vuelta a Luxemburgo

No es habitual poder hacer una etapa en la que se recorra todo un país. Tenía planeada una brevet de algo menos de 300km para hacerlo con Luxemburgo, pasando por todos los BIGs que tiene, pero ayer por la tarde tenía tiempo y opté por hacer el bucle del sur de la capital. Son 50km menos para hoy que me permitirán marcharme pronto de este paraíso fiscal.

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Vuelta a Luxemburgo Luxemburgo 225 km 2800 m+ IR

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Abandono pronto mi desesperado dormitorio. Me voy intranquilo, no me gusta dejar el coche en un lugar en el que me han puesto tantos problemas para aparcar desde el principio.


Enfilo dirección al norte, saliendo del intenso tráfico que soporta la capital. Enseguida noto cómo se va disminuyendo, llegando a rodar casi en solitario.


Pronto llego a Rollingen, donde empieza la subida a la Côte d´Houwald. Es una subida coqueta a una colina, siendo puerto de paso para ir a otro valle paralelo, pero de muy poca entidad. Apenas son tres kilómetros al 6%, eso sí, muy agradables.


Tengo marcada la cima en el GPS y eso me permite dar media vuelta cuando llego a ella, porque es muy difícil concretar cuál es el punto más alto, ya que se trata de una loma ondulada bastante indefinida.


Viendo los campos recién arados, es como si estuviera en algún páramo burgalés. Miro al horizonte, hacia los cuatro puntos cardinales, y solo se observa llanura. Está claro que hoy no voy a subir puertos. Me tengo que mentalizar para el paseo que viene.


Bajo por el mismo sitio que he subido. Es una ruta circular salvo por esta tachuela y otra que vendrá más adelante.


Me llama mucho la atención un cartel que no sé si avisa a los moteros del peligro que les acecha o si me avisa a mí del peligro que tienen ellos. Lo que se entiende perfectamente es que algo pasa con las motos. Por si acaso, yo no veo ni una. Será que es peligroso para ellos y no van en moto.


Terreno bastante aburrido, con constantes toboganes y sin apenas vistas. Hay mucho arbolado y se hace duro no ver nada más.


El tiempo no tiene nada que ver con el que he padecido en Bélgica. Ha subido mucho la temperatura y ya no hace tanto frío. A medida que avanza la mañana se está a gusto y el paseo es agradecido.


Sigo de tobogán en tobogán y con unas ganas locas de subir puertos, algo que aquí no va a poder ser. La siguiente subida me llevará al Jardin-Tour Napoléon, la que es la Cima Coppi de la jornada con sus escasos 550 metros de altitud.


En Grosbous empieza el minipuerto. Son siete kilómetros de subida pero la pendiente me da risa. Estos puertos no son puertos.


El Jardin-Tour Napoléon está situado en otra loma parecida a la anterior. Se ve mucha actividad agrícola por la zona y los tractores son los únicos vehículos que comparten carretera conmigo.


Desciendo hacia el río Sûre y cojo un desvío a mano derecha para subir hasta la localidad de Eschdorf. La carretera está en obras y no tengo más remedio que seguir por ella porque las opciones que veo en el GPS me quedan demasiado lejanas.


Hay ratos en los que la capa de grava es tan profunda que me veo obligado a ir andando. Me encuentro con los operarios y les pregunto si queda mucho con el asfalto inexistente y, cuando me dicen que es menos de un kilómetro, me tranquilizan bastante. Aprovecho este revés para ir comiendo mientras camino.


Un tramo llano con aerogeneradores quietos, porque no hay viento fuerte por ahora, me lleva a Bourscheid. Es otra pequeña cota pero que yo cojo a la contra porque no tiene sentido dar un rodeo para pasar por estas lomas. En bajada la veo igual.


Ni me había dado cuenta pero hay unas nubes hacia la frontera belga que asustan. Por suerte, yo no voy hacia allí y para mi destino está bastante más despejado.


Esta zona es más entretenida. El río viaja encajonado por estos valles frondosos y la carretera serpentea haciendo que sea más divertido.


De nuevo junto al río Sûre, inicio otra suave subida a la Ferme de Masseler. Son algo más de tres kilómetros al 6%. Prefiero estas subidas algo más intensas, lo que se compensa con su escasa longitud.


Llevo el viento de cara en toda esta primera mitad del recorrido pero no llega a ser molesto. Aún así, creo que en cuanto gire hacia el sur me va a llevar en volandas.


Las colinas por las que voy pasando son innumerables. Me toca un descenso algo más acusado hacia el río Wiltz, desde donde buscaré la subida a Merkholtz.


En Märkelzer Millen atravieso las vías del tren y enfilo la subida. Como casi todas las demás, no son más de tres kilómetros.


Esta subida vuelve a ser entretenida, con un trazado curvilíneo que hace que se pase rápidamente, incluso con alguna herradura cerrada.


Llego a Merkholtz con unas nubes negras muy amenazantes. Me estoy acercando al punto más al norte de la ruta y tiene pinta de que no voy a poder escapar.


Ya llevo cien kilómetros a estas alturas y un ritmo muy alto a causa de que las subidas no sean gran cosa y el desnivel positivo acumulado muy elevado.


La côte de Munshausen está a tan solo tres kilómetros de este cartel. Es una constante por ahora: subidas de tres kilómetros.


En Marnach alcanzo el punto más al norte de todo el recorrido. Es algo que me viene muy bien porque el giro hacia el sur me va a colocar con el viento favorable.


Tomo una de las carreteras que se dirigen a Luxemburgo y voy volando con el aire de cola. A pesar de que el cartel marca 60km, a mí me quedan bastantes más porque iré haciendo unas cuantas subidas más y tendré que desviarme un poco hacia el este.


Después de unos cuantos kilómetros y otros tantos toboganes con pequeñas subidas y bajadas, empiezo a ver cercana la subida al Mont Saint Nicolas.


Apenas tres kilómetros de subida, como casi siempre, y llego a un alto coronado por un embalse curioso que debe dar de beber a los luxemburgueses. Tiene unas escaleras para verlo y coincido con unos cuantos turistas haciendo fotos.


Interesante este embalse. Es como si hubieran excavado un cráter en la montaña para encofrar unas paredes de hormigón y recoger el agua de lluvia. Curioso, muy curioso. Mirando bien los mapas, algo tenían que hacer cuando no tienen grandes ríos, ni lagos, ...


La bajada del Mont Saint Nicolas la hago por una estrecha carretera que sortea los campos. Las nubes han quedado atrás y ya estoy más tranquilo.


Llego a Diekirch con bastante calor. Aquí tengo que hacer un sube y baja a Herrenberg. Acabo de pasar por una gasolinera y decido esperar a la bajada para coger algo frío para beber porque el bochorno es importante.


Si las subidas de tres kilómetros eran cortas, ésta no tiene más de dos. Lo único destacable es que se obtienen unas buenas vistas del valle, cosa que no pasaba con las anteriores.


En la cima de Herrenberg hay un complejo militar. Me acerco a la garita para preguntar y el soldado que está allí me lo dice y, a diferencia de otros lugares parecidos, no me expulsa a patadas.


Regreso sobre mis pasos por un par de kilómetros para reencontrarme con el cauce del río Sûre que debo seguir por una carretera que viaja pegada a él.


Se van sucediendo pequeñas poblaciones. Hace tiempo que he aceptado la ausencia de puertos y me lo estoy tomando de otra manera. El paseo turístico está siendo interesante.


En Grundhof paro a comer algo de lo que llevo. Me encuentro en un meandro del río y se observa una montaña a la derecha, a la que debo ascender. Arriba está Berdorf.


Subida cómoda, como todas, en la que destacan las Gordes du Loup. Hay multitud de turistas por aquí, subiendo por las escaleras que avanzan en la roca.


Tras atravesar el pintoresco lugar, llego a Berdorf. Es en el único lugar, aparte de la capital, en el que me encuentro con bastante gente.


Atravieso Berdorf mirando a ambos lados de la calzada. Algunos de los casoplones de esta población son imponentes.


Dejo atrás Berdorf y desciendo de esta pequeña meseta por otra carretera que transita entre rocas, dejando un par de imágenes muy chulas en mi memoria.


El descenso por esta otra vertiente del lado este me devuelve a la orilla del río Sûre. Llevo coqueteando con él durante media jornada.


Lomas y más lomas. Veo las colinas a la derecha del río y es en Moetsdorf donde tengo que ascender a ellas, a las Eoliennes de Pafebierg.


Si la subida no es de 3km al 6% lo es de 6km al 3%. Al final siempre se ascienden casi 200 metros. Ya me parecen todas iguales.


En una especie de páramo, rodeado por extensos campos verdes, vuelo con el aire favorable por estrechas carreteras perfectamente asfaltadas.


Otra pequeña subida a Altrier da por finalizada mi caza de BIGs en este pequeño país. Acabo de superar los 200km y esto se acaba.


Me reintegro a la carretera de Luxemburgo para ir acabando, con una última subida algo más larga de lo habitual pero con muy poca pendiente. En esta carretera sí que hay mucho tráfico y unas cuantos carteles curiosos advierten del peligro de la velocidad.


La cima de Waldhof me deja a tiro de la capital. Solo me queda descender rápidamente para adentrarme en sus calles y enfrentarme a su denso tráfico.


Como tengo el coche en las afueras, no me resulta muy agobiante llegar hasta él. Tenía dudas, estaba algo nervioso, pero está donde lo dejé. No quiero esperar a que aparezca la vieja de ayer, así que me voy pitando para Francia, un país mucho más amable que este por lo que he podido vivir en apenas dos días que llevo en él.

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