Hoy salimos a correr a una hora poco habitual. Con vistas a la medio maratón nocturna de Bilbao de finales de octubre, esperamos a que anochezca para entrenar a una hora parecida a la que tendrá lugar la prueba.
Amaia lleva todo el día un poco nerviosa porque nunca ha corrido a estas horas y no sabe cómo le responderá el cuerpo. Nos hemos puesto como objetivo hacer un 10.000 y no tiene por qué preocuparse porque lo tiene más que chupado.
Nada más ponernos en marcha, con un Bilbao muy chulo con la iluminación nocturna a orillas de la ría y con una temperatura muy agradable, se da cuenta de que correr por la noche le resulta tan sencillo como hacerlo de día. Cuando estás en forma, lo mismo da la hora del día a la que hagas deporte que tu cuerpo responde como siempre.
Completamos los diez kilómetros con muy buenas sensaciones. Yo mejor de lo habitual porque a mí me gusta más la tarde que la primera hora de la mañana, cuando la musculatura todavía está fría y no se activa hasta que llevas muchos kilómetros recorridos. Lo bueno de esto, como casi siempre, es que tendremos que repetir.
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