Salida que iba para una cosa pero que se ha quedado en otra muy distinta. Las previsiones no daban lluvia hasta la tarde pero, a la media hora de salir de casa, se ha puesto a caer y ya no ha parado. La subida al Serantes se ha quedado en la única de la jornada bajo un importante aguacero.
Ya en Portu, en cuanto he divisado el Puente Colgante, se pone a llover suavemente. Así continúa hasta iniciar en Santurtzi la acensión al Serantes.
A medida que voy subiendo, una vez abandonadas las últimas casas del barrio Mamariga, empieza a caer con más fuerza. La pendiente se mantiene constante, siempre sobre el 6%, mientras observo sobre el Abra unos nubarrones negros que me avisan de que me voy a mojar a lo grande.
Ya que estoy metido en faena, no lo voy a dejar, así que sigo hasta la cima con unos regueros impresionantes por toda la subida.
Un vistazo para atrás y se ve un claro sobre Bilbao, donde no llovía al principio del día. Pero sobre mí la cosa es muy diferente.
Coincido con un par de ciclistas que bajan y con muchos mendizales con el paraguas en la mano y con buenos chubasqueros.
Una vez en la cima del Serantes, observo el panorama por Cantabria y parece peor todavía. Quería llegar a Ontón y regresar por el interior, pero hoy no será el día.
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