Serantes y Punta Lucero

Entramos en una nueva semana y la comenzamos con una salida en btt con el objetivo de cerrar la ruta del Serantes y Punta Lucero que dejamos a medias por culpa del fuerte viento.

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Serantes y Punta Lucero Plentzia 63 km 1225 m+ IR

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Salgo de Plentzia en uno de esos días en los que no te apetece lo más mínimo ponerte a dar pedales. Aunque hay previsión de tener un día soleado, la mañana es gris y tengo un poco de dolor de cabeza.


Paso por el puente Colgante y llego a Trapaga con bastante tiempo de antelación. Por lo que parece, hay bastantes bajas y seremos solo seis o siete de partida.


Subimos al Serantes por el mismo sitio que el otro día pero con menor esfuerzo porque no hay aquel vendaval que te zarandeaba de lado a lado.


El caso es que no me apetece mucho apretar lo más mínimo y me conformo con ir ganando metros de altitud. En el empalme con la pista hormigonada hacemos una parada de reagrupamiento a la espera de que llegue un compañero que viene por ella.


El compañero parece que no llega y decidimos seguir adelante, hasta que en una curva de estas que tiene el Serantes le vemos llegar.


El sol hace acto de presencia tal y como estaba anunciado pero el día no es tan despejado como decían ni de coña. Ya todos juntos, seguimos hasta la cima del Serantes.


En la cima disfrutamos de las maravillosas vistas que ofrece esta cumbre, esta vez sin la molestia del fuerte vendaval. Cada vez me duele más la cabeza y me apetece menos dar pedales.


Descendemos por el sendero de la cara sur que nos va a dejar en La Cuesta de Zierbana. El sendero es estupendo para las zapas pero no tanto para las ruedas.


Conseguimos llegar a la pista y volvemos a montar para terminar el descenso. El sol parece que ya ha decidido esconderse por hoy y empiezo a tener un poco de frío.


En La Cuesta se da inicio a la subida a Punta Lucero y lo hacemos por la pista. En una subida cómoda y de poca pendiente, hasta que el hormigón se termina y se pasa a una pista pedregosa mucho más molesta.


Llegamos al fuerte y dejamos las bicis en el suelo para subir hasta el cañón que hay arriba. Las vistas son brutales desde esta posición.


Ya solo queda bajar pero me tengo que tomar un ibuprofeno porque no me aguanto el dolor de cabeza. Me da que estoy incubando algo porque me encuentro bastante mal.


El descenso por el sendero nos deja en la playa de La Arena, desde donde enfilamos el bidegorri de Gallarta.


En un momento estamos en Portugalete y me despido del grupo para cruzar la ría por el puente Colgante. El ibuprofeno parece mágico porque enseguida desaparece el dolor de cabeza.


Al llegar a casa, después de la ducha, no soy capaz de quitarme el frío de encima y la tarde cae como una estaca. No paro de tiritar y acabo en la cama hecho polvo.

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2 Comentarios

  1. Vaya, ¿te recuperaste? Hay días que es mejor quedarte en casa.

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    1. Pues casi una semana jorobado. Esta vez la he pillado bien, jejje

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