Ruta a clase: B-4 + Arnotegi

Hoy hay clase práctica y para Bilbao que me voy con la BTT. La salida es sorpresa y no tengo ni idea de cuál será el recorrido que hagamos. Como tengo que pasar antes por Getxo para tramitar unos papeles, escojo la ruta de la costa para el trayecto de ida y dejo abierta la vuelta en función de cómo acabe la cosa.

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Ruta B-4 + Arnotegi Plentzia 88 km 1610 m+ IR

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Como tengo que estar en Getxo y no sé si me atenderán rápido o no, salgo de Plentzia a las ocho de la mañana, siendo todavía de noche. Como solo voy a tener que rodar un rato a oscuras, me llevo una luz delantera de clip para colgarla de uno de los cables de freno.


Ya de día, llego a Erandio y continúo por la carretera de la ría con mucha tranquilidad porque voy sobrado de tiempo. Una vez en clase, los compis van llegando y el profe nos da la ruta que vamos a seguir: nos vamos al Arnotegi.


Subimos hasta San Adrían por el bidegorri y salimos a la carretera de Iberdrola para seguir ascendiendo por el camino del Pagasarri, yendo por asfalto en todo momento hasta el aparcamiento que hay antes de la barrera. Hacemos una parada en la fuente del bar del Athletic y aprovecho para quitarme las mallas y el cortavientos. El día está tristón pero la temperatura aconseja soltar lastre.


Una vez en el aparcamiento del Paga, regresamos unos metros para tomar una de las pistas que van al Arnotegi. El inicio es suave pero luego viene una buena rampa en la que hay que apretar bien el culo. Mientras se traccione bien y el piso sea como este, no me importa nada que la cosa se ponga para arriba. Ahora mismo firmaba que la bicicleta de montaña fuese siempre así y que lo único en lo que te tengas que concentrar sea en tu propio esfuerzo.


En la explanada de las antenas hacemos un reagrupamiento y encaramos la senda que sube a la cima del Arnotegi que tantas y tantas veces he hecho corriendo pero que nunca he probado con la bici. De hecho, bajar corriendo en mojado suele ir acompañado de algún que otro buen resbalón.


El profe nos comenta las formas que tenemos para ascender con la bici caso de echar pie a tierra y opto por arrastrarla en cuanto mi técnica sentencia mi subida.


Llegamos todos al buzón pero el esfuerzo de subir al Arnotegi no tiene recompensa si no se alcanza la cumbre del geodésico, desde donde se obtienen las mejores vistas que se pueden tener de Bilbao.


Es un día gris y el mar queda tapado por la bruma costera pero, aún así, se puede contemplar toda la ciudad rodeada de montañas. La parada en el alto sirve para que el profe nos de unas cuantas explicaciones geológicas, acerca de la orientación de las montañas y los valles de Bizkaia, al tiempo que hacemos una lectura sobre mapa del trazado que hemos seguido como introducción a las clases de orientación que están por llegar.


Iniciamos el descenso (ese aspecto que tanto aborrezco de la bici de montaña) y procuro ser muy aplicado y quedarme con todo, hasta el punto de bajar montado en un par de tramos que nunca antes habría hecho. Sigue sin gustarme lo más mínimo y, por ahora, me conformo con ir cogiendo soltura como para no retrasar al grupo.


Concluida la bajada hasta el arroyo Bolintxu, toca regresar a Miribilla por donde bajamos el otro día. Salvo dos o tres fenómenos, el resto tenemos que empujar la burra hasta la parte alta.


Volvemos a pisar asfalto y llegamos a Miribilla, donde concluye la clase de hoy y el grupo se dispersa. Mientras varios compis se van a limpiar las bicis en la gasolinera, decido aprovechar un poco la tarde porque el cielo está gris y no voy a poder tener playa. Como tengo que cruzar la sierra del Ganguren para volver a casa, se me ilumina la bombilla y opto por hacer cima en las antenas en lugar de hacer un paso de carretera. Así practico un poco más con la BTT.


Bajo hasta La Peña y me meto por el paseo de Los Caños para llegar a Bolueta. Hacía tiempo que no pasaba por aquí y me sorprende ver lo avanzada y horrorosa que va la torre que están haciendo en los humedales de la antigua fundición.


En Bolueta cojo el bidegorri de Otxarkoaga y por él sigo hasta atravesar Txurdinaga por completo, saliendo en la rotonda que hay detrás del campo de fútbol para encarar la durísima subida a Santa Marina por el camino Azkarai


Paro en la rotonda para echar un meo y para arriba que me voy. Es un kilómetro y medio por encima del 13% de pendiente media pero con una máxima brutal del 30%.


Lo que para la bicicleta de carretera es una subida que se convierte en todo un reto, para la BTT es una cuesta empinada más, gracias a un desarrollo que te permite ir con las pulsaciones por los suelos. Todo se reduce a mantener el equilibrio tranquilamente al no haber piedras ni agujeros en los que fijarse.


Empalmo en este punto con la carretera del hospital de Santa Marina y me dejo caer hasta él para afrontar la subida al Ganguren por la pista que va directa al antiguo parque de atracciones.


La pista tiene su inicio justo cuando la carretera empieza a bajar hacia Etxebarri y por ahí que me meto para seguir practicando con la BTT.


El camino es muy cómodo, con muy poca pendiente salvo en un pequeño repecho. Las hojas cubren todo el tramo y se me pasa enseguida.


No esperaba que se me hiciera tan corta esta parte de tierra y en nada me planto en la carretera que viene de Galdakao, la vertiente que han utilizado los pros para subir al Vivero en los últimos años.


Coronada la parte alta de la carretera, me desvío hasta la cima del Ganguren por la pista que se dirige a las antenas, con ganas de parar junto al geodésico para comer unas galletas.


Las vistas del Gran Bilbao desde este punto son espectaculares y me siento en la roca durante un buen rato para disfrutar de ellas y del paquete de galletas de chocolate que están de muerte. Se está poniendo bastante feo y todavía es posible que me moje.


La ruta improvisada consistía en subir al Ganguren pero no sé muy bien por dónde tirar ahora. Me gustaría rodar más por pistas pero parece que va a llover y no he cargado ningún track para seguir. Me vienen a la cabeza las pistas de la Lezamako Mugetatik pero hay un tramo jodido por el que no creo que pueda pasar con la bici, así que no me rompo mucho el coco y opto por subir a Urrusti por la carretera para tirar hacia Mungia desde Fika.


Las bicicletas de montaña no están hechas para rodar por el asfalto. Son un lastre tremendo y coronar Urrusti me lleva mucho más tiempo y esfuerzo del deseable.


Una vez arriba, me caen un par de gotas pero nada serio. Enseguida cesa el chispeo y enfilo el valle del Butrón para llegar a casa.


Todo el tramo que va de Gamiz a Mungia es en suave bajada pero la BTT no da más y me tengo que conformar con una velocidad crucero que hace que un par de ciclistas de carretera me pasen y ni les vea la cara.


En la rotonda de Maruri-Jatabe inicio la subida final a Andraka. Pasé por aquí hace un par de días y no estaba asfaltada la amplia curva de vaguada que hay a un kilómetro de coronar. Bajando había un bache un tanto incómodo para la bici y ya es historia. Solo falta que pinten las líneas.


Llego a Plentzia y el primer vistazo del mar desde el alto de Andra Mari me invita a llegar hasta la playa para redondear esta vuelta. Cada vez estoy más contento de haber dado el paso de venirnos a vivir a este sitio tan maravilloso.


Termina la ruta de hoy con casi noventa kilómetros, que para la BTT son bastantes. Aún así, me habría gustado hacer muchos más por pistas y senderos para las ruedas gordas porque esta bicicleta es una mierda para ir por la carretera y, viendo el perfil que ha salido, la mayoría del tiempo he ido por este terreno.

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2 Comentarios

  1. Vaya rutaza te pegas. Noventa kms de MTB son molto longo. Oye, las clases de MTB parecen muy interesantes, ¿no?

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    1. Sí, me están sirviendo para coger un poco de soltura. La pena es que no me acaba de gustar. Por la montaña tengo la misma autonomía en bicicleta que corriendo a pata y sin bici te ahorras un motivo de preocupación y te centras en disfrutar del entorno. La única ventaja de la BTT es bajando y eso no me divierte nada. Vamos cogiendo una edad y no estoy yo para tirarme por ninguna parte. Pero bueno, igual dentro de un par de meses opino diferente.

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