Y Orange... lo consiguió

Mañana debería ser mi primera etapa alpina de un total de veintiuna, lo que sería el stage más largo de este tipo que iba a hacer. Ayer me disponía a hacer el viaje con tiempo, para poder llegar sobrado y descansado a las primeras pedaladas. Pero todo se fue torciendo, hasta el punto de darme la vuelta y dejarlo para otra ocasión en que vengan mejor dadas. Esta vez... va a ser que no.



Me habría gustado hacer el viaje en julio, con días más largos, pero tener que hacer las matrículas de la universidad de los hijos aconsejaba quedarse por si hubiera cualquier problema. El 7 tenía que hacer unos papeles y ya no me quedaba margen, así que tenía que ser después. Pero han sido demasiadas cosas:


1- A las nueve de la mañana estoy con toda la documentación preparada para salir pitando después pero me dicen que no se puede hacer hasta el 7 de septiembre. Vale, llevo dos semanas esperando a lo bobo.

2- Llego a las inmediaciones de Donosti a las once. Me detengo junto a una nave para revisar el GPS por si luego tengo que echar mano de él. En estas que una pala excavadora tira para atrás y se empotra en mi luna trasera. Si llego a estar al revés... me pasa por encima. En este punto ya doy por estropeado el viaje. El tipo no tiene seguro y me propone hacer un apaño con el mío de lunas, cosa que no acepto por mucha pasta que me ofrezca a cambio. Al final consigue que me lo arreglen de urgencia en una carrocería cercana porque si no me lo hacen en el día me tengo que volver para casa y dando parte al seguro. Luego ellos ya se arreglan con la factura. Me atienden estupendamente pero no tengo el coche fino hasta las cinco de la tarde. Ni tan mal.

3- Tengo que dejar secar la luna y me pongo en marcha. Camino de Irún se me enciende el piloto rojo de los frenos. No hay líquido en el depósito y paro a comprar un bote para rellenarlo. No lo había revisado en mi vida.

4- Vuelvo a ponerme en marcha y me meto en una caravana impresionante que me tiene dos horas para diez kilómetros, justo antes de Biarritz, por la zona de playas. Decido salirme de la cola y parar en un camino hasta que se descongestione un poco. Total, tengo dos días para llegar a mi destino. Son casi las nueve de la tarde, empieza a oscurecer y no me importa hacer unos kilómetros de noche.

5- Mientras estoy parado, decido llamar a casa para comprobar que todo va bien con el Roaming de Orange y... ¡adiós saldo! Llamé hace una semana al servicio de información y me juraron y perjuraron que la tarifa que tengo con la fibra de casa me servía para Europa, manteniendo el coste gratuito entre mi móvil y mi fijo, como en España. Por suerte, el teléfono de atención al cliente sí que funciona y me pongo en contacto con un teleoperador que me suelta un rollo que lo flipas pero sin solucionar el problema. Antes del fin del roaming contrataba un bono diario por un euro que ya no existe y me han dejado vendido, sin ninguna opción medianamente económica.

Con todo lo que me ha pasado en un solo día, no puedo aventurarme por cinco países sin tener teléfono para solventar cualquier urgencia ni me apetece estar sin hablar con casa durante tres semanas y, también hay que decirlo, ya no puedo más. Esto ha empezado tan torcido que prefiero aplazarlo para otra ocasión, llegando a Plentzia a las doce de la noche con la cabeza como un bombo.

Safe Creative #1007090003507

4 Comentarios

  1. Peeero ¿qué nos estás contando, Joseba?
    Joer qué cúmulo de malas circunstancias. Yo hubiera hecho lo mismo que tú. Cuando las cosas salen tan torcidas, mejor no aventurarse.
    Algún día se lo contarás a tus nietos y se quedarán con los ojos como platos, como me he quedado yo.
    Ánimo, disfruta de tu familia y ya vendrán tiempos mejores.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo mejor es que no me ha importado mucho porque quería haber hecho este viaje entre junio y julio. Bueno, al principio sí, un poco, pero ya se me ha pasado.

      Eliminar
  2. Qué mala suerte!!! Cuando se tuercen las cosas parece que lo hace todo a la vez

    ResponderEliminar

PIEATIERRA se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier comentario que considere inapropiado.