De Uribe a Busturialdea

Parece que me he concienciado de que la cosa no podía seguir como el mes pasado y hoy vuelvo a la carga con una ruta bicicletera, algo más larga que la de anteayer. Repaso un poco los alrededores y las fechas de paso por los puertos que se hallan en un radio de unos 35km. y veo que hace tiempo que no subo Errigoiti, así que me voy hasta Gernika con idea de hacerlo y regresar por el siempre duro Paresi.

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De Uribe a Busturialdea Plentzia 72 km 1025 m+ IR

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Salgo de Plentzia pasadas las once de la mañana. Para hoy se espera un día muy caluroso y eso hace que me decida por ponerme el mono de triatlón, ya que es superfino, sin mangas y con las patas muy cortas, ideal par subir la marca que el sol te deja en las piernas en un día así.


El inicio de la ruta es cómodo, buscando todo el llano que puedo hasta la base de Errigoiti. Me acerco hasta Urduliz pero, esta vez, dejando de lado la subida a Unbe.


En la rotonda de Urduliz tiro para Mungia. El calor es sofocante en el valle del Butrón, así que puede ser terrible dentro de un par de horas.


Ni me había dado cuenta de que, tirando lo más directo posible, tenía el repecho de Gatika. Me da mucha moral ver que subo con bastante más alegría que hace dos días.


En un par de kilómetros estoy en Mungia y cruzo la capi de la comarca de Uribe para salir por la carretera de Fruniz, camino de Olabarri. Apenas llevo quince kilómetros y ya me he cruzado con decenas de ciclistas, en solitario, en parejas, en tríos, ... ¡Vaya romería!


Me acerco a Olabarri en lo que ya es la subida a Gerekiz y me sigo cruzando con muchísimas bicis. Es agradable ver cómo los coches se esperan detrás para adelantar.


Por fin llego a Olabarri y me desvío por la carretera de Errigoiti. Tampoco es que haga tanto que no he subido este puerto pero, al lado de los demás, es el más antiguo.


Solamente son cinco kilómetros al 4%, así que no supone mayor problema. La pendiente máxima no pasa nunca de un 6-7% y el calor es lo que peor llevo, agradeciendo cada sombra que encuentro.


Llego a las canteras de basalto y me llama la atención que la ladera esté verdosa, como si ya no se hicieran extracciones y la vegetación hubiera empezado a brotar. A ver si consigo enterarme un día de estos. 


En todo el puerto no pasa ni un solo coche y llego a las casas de Errigoiti con esa sensación tan guapa de ir fuerte. Todavía no he llegado a treinta kilómetros y el acumulado es irrisorio pero el domingo ya iba cascado con bastante menos.


Llego a la cima y siempre me pasa lo mismo en este puerto, recordando las múltiples rutas de montaña que he hecho por esta zona, donde tengo trillados hasta la última pista o el último sendero.


Desciendo hasta Gernika y tomo la salida de Bermeo, ya con un calor asfixiante. En esta carretera me encuentro con bastante tráfico hasta que empalmo con el bidegorri.


El bidegorri casi me deja en el inicio de la subida a Paresi. El inicio es muy suave pero la segunda mitad de este puerto ya es otra cosa.


Tras dos kilómetros y medio de aproximación, una señal del 16% avisa de lo que viene, con un primer kilómetro al 11% de media que me pone en mi sitio.


Con lo contento que estaba y me doy de bruces con la cruda realidad: mi estado actual es penoso. La velocidad se reduce drásticamente y voy subiendo como buenamente puedo.


Aunque creo que tengo una buena excusa, ya que el calor es brutal, por encima de los 35ºC. Hasta ayer estábamos con temperaturas otoñales y el calor ha llegado de sopetón.


Alcanzo la primera cima de Paresi como buenamente puedo y el descansillo me viene de cine para coger aliento.


Un repechín me permite coronar y desciendo hacia Arrieta, ya pensando que es la hora de comer aunque con más ganas de meterme un helado que cualquier otra cosa.


Dejo atrás Arrieta y sigo bajando hasta el cruce de la carretera de Mungia. El aire es tan tórrido que te reseca los labios y el bidón no me alivia.


Apenas me quedan algo más de tres kilómetros para llegar a Mungia por la misma carretera de la ida, solo que ahora con el aire ... no sé, no sé cómo sopla el aire. No corre ni una triste brisa.


Paso por Mungia y salgo en dirección a Plentzia con ganas de llegar a la costa y librarme de este calor agobiante de este valle interior.


Para finalizar, solo me queda subir a Andraka por esta vertiente de Maruri-Jatabe. Apenas son tres kilómetros y medio para completar los mil metros de desnivel en la ruta de hoy.


Esta es una de las carreteras de acceso a la playa y me siguen bastantes coches, a los cuales intento dejar pasar lo antes posible para que no se atufen demasiado.


Llego a Andraka bastante fundido porque me meto algo de caña en la subida pero contento porque noto mucha mejoría en apenas un par de jornadas de activación. Me había descuidado un poco y espero recuperar el tono en pocos días.

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2 Comentarios

  1. Sales a la hora de ensayo de las cigarras. Qué valor tienes. Por aquí no lo cuentas...

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    1. Ahora mismo por aquí estamos en la gloria. Vais a morir... ;-)

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