De mal en peor

Hoy hace exactamente dos semanas que no salgo a correr. Me he empezado a centrar en la bici y no tengo en mente nada que tenga que ver con la carrera a pie, así que está muy aparcado. Tan solo me pongo las zapas por no olvidar cómo se hace.



Salgo a las siete de la tarde, cuando no pega el sol como al mediodía. La playa está a reventar pero no quiero cambiar el recorrido y vuelvo a los seis kilómetros yendo de rompeolas a rompeolas. Las sensaciones no pueden ser peores. Me duelen las piernas casi desde el principio y las pulsaciones las llevo disparadas yendo a trote borriquero. La confirmación de mi pésimo momento en la carrera es el Running Index de Polar, el más bajo desde que tengo estos registros. Ahora mismo no me preocupa pero habrá que retomar esto cuando vuelva de los Alpes.

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