Al igual que el pasado lunes, hoy me acerco a la zona del ayuntamiento para darle a lo que esté libre, llevando encima la raqueta y el balón de baloncesto. Me gustó eso de darle a dos palos porque resulta menos cansino.
Esta vez el frontón está vacío y es lo primero que hago. Durante media hora me desfogo a pelotazos hasta que un par de chicas se ponen a pelotear al fondo y las dejo la cancha libre. Es un buen momento para cambiarme la canasta y seguir moviendo pulsaciones durante otra media hora. Aún así, la suma de las dos actividades no me da para cumplir con la actividad diaria que me va registrando el Polar V800 y tengo que añadir el paseo diario por la playa.
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