El mirador del lago de Bourget

Haber dejado la jornada de ayer en solo tres puertos me ha permitido tener mucho más tiempo de descanso. No consigo wifi por ninguna parte pero una llamada a casa me ha permitido conocer las previsiones que hay para los próximos días. Por lo que parece, el tema mejora bastante pero se me va a complicar muchísimo en las últimas etapas, justo coincidiendo con la Selva Negra alemana.



La subida al Mont du Chat está orientada al este y eso hace que ya le pegue el sol desde primera hora, con lo que salgo como todos los días y no más tarde como había pensado.


Hay un poste en el inicio con los datos generales del puerto: altitud, desnivel, distancia, pendiente media, pendiente máxima, ... Se informa de la pendiente media de los diez últimos kilómetros, siempre al 10%. También hay un texto animando a la gente a cronometrarse, cosa que yo paso de hacer.


Le Bourget du Lac se asienta en el borde del lago del mismo nombre y esta subida ofrece unas buenas vistas de todo el valle.


Llevo un par de kilómetros recorridos y me encuentro con el cartel de puerto indicando que está cerrado. Ya tengo motivo para la preocupación pero no me queda otra que seguir subiendo.


Poco más adelante, me encuentro con una señal informativa para dejar metro y medio de distancia al adelantar a ciclistas, cosa complicada en una carretera que no mide mucho más. De hecho, subía una furgonetilla y me eché a un lado para que pasara cómodamente.


Tras unos kilómetros en los que la pendiente va subiendo paulatinamente, me planto a falta de diez y comienza lo que yo llamo un puerto perfecto: 10km al 10%, lo que viene a ser un Salto de la Cabra pero, en esta ocasión, con una constancia asombrosa, como hecha a posta, ya que la pendiente máxima es del 11% y solo se alcanza muy puntualmente.


Los mojones kilométricos son preciosos en este puerto, con una visibilidad estupenda al ser de dos colores que contrastan de cine con la vegetación y con los datos importantes bien claros.


Me encuentro con una barrera con señalización de prohibición de paso y advertencia de carretera cortada que aumenta la preocupación pero que me salto sin dudarlo. Salvo imposibilidad física real, no me detiene nadie.


Es el primer puerto del día, voy fresco, ya voy cogiendo un buen punto con tres etapas previas y la pendiente se mantiene tan constante que el desarrollo es suficiente como para no sufrir mucho en esta subida con unos números globales que, de primeras, pueden impresionar un poco.


Llego a la cima del Mont du Chat con ganas de poder disfrutar de algunas vistas, ya que la subida no las posee por ir todo el tiempo metido entre árboles. Y no me defrauda.


Me quedo junto a la mesa de interpretación disfrutando del panorama. Se me acerca el conductor de la furgonetilla que me adelantó casi al comienzo para felicitarme por la subida. Debía ser algún trabajador de las antenas. En principio, no se aprecia el Mont Blanc por culpa de la bruma pero, tras un par de minutos, se disipa lo justo como para aparecer con el zoom de la cámara.


Ya no me fío y he subido con toda la ropa de abrigo en la mochila. Me preparo bien mientras pasa un ciclista que viene de la otra vertiente. Ni me había dado cuenta de que la carretera sigue, con lo que el Mont du Chat se trata de un puerto de paso con unos números fabulosos.

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2 Comentarios

  1. ¡¡¡ Pedazo de puerto !!! ¿No lo ha metido nunca el Tour?

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    1. En 1974, pero tendrás ocasión de verlo (por la otra vertiente de Yenne) este mismo año en la novena etapa: http://www.marca.com/ciclismo/tour-francia/2016/10/18/58063fba22601ddc288b4616.html

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