Una docena con el faro

Esta tarde no voy a ir al cole en bici porque me tengo que acercar a Bilbao en coche y, por tanto, me queda la mañana libre para hacer deporte. Como tengo que empezar a tomarme en serio lo de acumular desnivel corriendo, la salida está clara: al faro de Gorliz.



Inicio la carrera yendo de punta a punta de la playa. Los días de pleno sol anunciados no acaban de llegar y todavía se mantiene un cielo nublado.


Sigo con pulsaciones muy bajas cuando corro, prueba de estar pasando por un buen momento de forma gracias a tanta salida en bici. En cuanto me meto por el camino del faro, me sorprende ver algunos árboles con cuantiosos brotes verdes. La mayoría están pelados pero hay uno casi repleto. No sé si tendrá algo que ver el magnífico abono que le regalan las vacas.


Ya es la tercera vez en pocos días que llego hasta el faro y le voy cogiendo el punto, manteniendo un buen ritmo en toda la subida.


Al bajar, decido seguir acumulando un poco de desnivel dando la vuelta por Gorliz, llegando hasta la ermita de Andra Mari por la carretera del Eroski grande. Me salen doscientos metros en doce kilómetros, algo que todavía es poco y que habrá que ir aumentando.

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2 Comentarios

  1. En Bilbao tenías más posibilidades de hacer desnivel corriendo, ¿no?

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    1. Así es y justo anteayer lo comentábamos Amaia y yo. En Bilbao teníamos la posibilidad de hacer 700m por buena pista de asfalto y grava, saliendo del Casco Viejo, en tan solo 6,5km. Solo con subir al Pagasarri una vez al mes estábamos aptos para subir corriendo algo como el Tourmalet. Aquí tendremos que coger el coche para entrenar con algún puerto de entidad y ya no es tan cómodo.

      Viéndolo por el lado bueno, están siendo innumerables las ocasiones en las que el día está despejado en Plentzia y llego a Bilbao lloviznando con las nubes pegadas a las montañas, jejeje

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