Parque Natural Regional del Jura vaudois

He dormido a pierna suelta, entre Aubonne y Gimel. La falta de sueño del primer día, el cansancio del viaje y el trajín de ayer han hecho que caiga rendido. La decisión de no hacer circulares me impide hacer los BIGs franceses del Parque Natural Regional del Jura vaudois pero también me simplifica las cosas y me permite ganar un día y medio sobre el planning inicial. Lo que voy a hacer hoy es lo que debería hacer mañana y, además, me va a dar para desplazarme y hacer varios puertos de los del día siguiente. Analizando la situación, casi me viene bien porque no salgo del Jura. Estuve también en Semana Santa por este macizo y ya me está toñando bastante porque no tiene nada de alpino.



La primera subida del día es el col du Marchairuz. Es un puerto de veinte kilómetros si se empieza en Aubonne, cosa que hago por seguir el track del BIG. Salvo un par de kilómetros ascendentes de inicio, se puede decir que el puerto no empieza hasta llegar a Gimel, quedando en solo una docena de kilómetros entre el 5% y el 7%.


Es tan pronto que el sol está muy bajo. Se va hacia el oeste y eso hace que no resulte peligroso. Suelo tener mucho cuidado con estas cosas porque, cuando soy conductor, me resulta muy complicado ver a los ciclistas con el sol de frente y ando con mil ojos.


No sé si será siempre así o si es por la hora tan tempranera pero por esta carretera no anda ni cristo. Las pendientes son suaves y me sirve para ir entrando en calor porque el día es engañoso. Está despejado pero el paso por las sombras es muy fresco.


Lo más duro del col du Marchairuz es el último kilómetro, con una punta del 10% poco antes de llegar a una curva en la que está situado el cartel, junto a una casona que parece ser un hotel o un albergue. Todo sea dicho, me he aburrido subiendo.


Regreso y me doy cuenta de que se me ha rajado la cubierta. Menos mal que no hice ayer la circular que tenía pensada porque la habría rajado a 80km del coche y con dos puertos en medio.


Cargo la bici en el maletero, me desplazo hasta Montricher y la sustituyo allí antes de subir al Mont Tendre. Tengo recambios de todo y, mientras las averías no me pillen muy lejos del coche, estoy tranquilo por estas cosas. Aprovecho para comer algo y, completamente de corto porque ya calienta, enfilo esta dura ascensión.


El Mont Tendre consta de 9,5km al 9%, con infinidad de rampas de doble cifra y seis kilómetros seguidos al 10% de media. Lo que más me gusta hacer estas subidas en plan picaflor es que las disfruto el doble, sin kilómetros de la basura, sin peso extra, sin cansancio adicional. Me limito a subir y bajar que, en realidad, es lo que me gusta hacer.


Llevo ya muchos puertos del Jura y esta subida es la que más me está gustando. Alterna bosque con praderas y es una subida de entidad.


Los tres kilómetros finales suavizan un poco y la doble cifra apenas aparece, lo que permite disfrutar más aún de esta parte final, con un buen paisaje de montaña.


La pista asfaltada concluye junto a una especie de bar, con una terraza para sentarse y disfrutar de las vistas. Hay una mesa de interpretación para localizar los picos alpinos que se observan en la otra orilla del lago Léman, difíciles de ver por culpa de las nubes que los rodean.


Llega una familia de montañeros, cargados con unas mochilas enormes y con unas botas que me duelen los pies solo de mirarlas. Nos saludamos y me tiro para abajo. Tenía ganas de salir del macizo del Jura y, por fin, toca adentrarse en Suiza para hacer puertos de mayor entidad. Abandono el cantón del Vaud y me voy a los límites del cantón de Friburgo, hasta la localidad de Broc.

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