Al noreste de Vorarlberg

El desplazamiento hasta a Warth ha sido muy chulo. El puerto de Flexenpass es precioso pero con excesivo tráfico. Ahora me toca hacer el Hochtannbergpass que queda un poco apartado, por lo que no lo tenía metido en ninguna ruta. El plan es dejar el coche en Warth, en el límite de Vorarlberg, y bajar hasta Steeg, ya en el Tirol.

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Warth parece una localidad muy turística, con muchos centros hoteleros. Me dejo caer hasta Steeg por una carretera muy solitaria que va a orillas del río Lech. Tras nueve kilómetros de suave bajada, doy media vuelta para iniciar la subida.

Acabo de hacer este tramo en bajada y no tiene nada especial, por lo que me resulta muy aburrido regresar hasta Warth. Salvo un kilómetro al 7% con alguna punta de doble cifra, se trata de un puerto muy suave para lo que estoy acostumbrado.

Llevo cuatro kilómetros muy sosetes cuando, con Warth ya a la vista, hay uno de descenso suave. El día ha quedado gris en esta zona y tampoco acompaña demasiado. Me está resultando el peor puerto de todos los que he hecho hasta ahora en Austria.

Paso por Warth y la cosa cambia un poco. El paisaje se abre mucho y aparecen las verdes praderas tan características de este país. Tras un primer kilómetro al 7% después de dejar Warth, vienen unos kilómetros con pendientes del 3-4% que hacen que no tarde demasiado en enfilar la cima del puerto.

El último kilómetro sube un poco del 6% en la parte más atractiva de la subida, con una pinta que me recuerda mucho a algunos puertos irlandeses. A pesar de sus casi 1.700 metros de altitud, este Hochtannbergpass me resulta clavado a los puertos de la península de Tralee.

Llego a la cima del puerto y me doy la vuelta para regresar a Warth. Son seis kilómetros de bajada en los que tengo que dar pedales.

El próximo destino es Prutz, a orillas del río Inn. De allí parten tres subidas que tengo planeadas en una sola etapa pero, por la hora que es, igual me da tiempo a quitarme una.