Hoy toca agua. Lleva lloviendo todo el día y toda la noche. Me apetece hacer bici pero así no se puede hacer nada interesante, así que habrá que conformarse con seguir saliendo a correr, esta vez con las cuestas de costumbre y esa docena de kilómetros que se ha convertido en rutinaria.
Salimos a las ocho de la mañana cayendo agua y nos vamos por el paseo de Los Caños hasta La Peña. La temperatura no es muy baja y, aunque caiga agua constantemente, se está muy bien. Vamos haciendo hasta que llegamos al alto de Montefuerte y toca bajar. Es cuando soy consciente de que en la marcha del domingo trabajaron algunos músculos que no lo suelen hacer mucho. Tras la subida a Miribilla, la bajada hasta casa me lo confirma. Hay algunas agujetillas por ahí pero el solete que sale hace que se me olviden por completo.
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