Puertos de la sierra pobre

El final del verano está cundiendo más de lo esperado. He visto que hay nuevos CIMAs en Jaén que no estaban cuando participaba en este juego, así que pueden ser un buen reclamo para irme unos días a las sierras de Alcaraz, Segura y Cazorla. De camino, ya que es un viaje largo, decido parar en el norte de Madrid para hacer una ruta por la sierra pobre, recordando algunos puertos y, sobre todo, metiendo el puerto de Somosierra. Siempre lo paso en coche y, aunque no haya vía de servicio y tenga que subir por la A-1, me apetece mucho coleccionarlo.

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La sierra pobre Prádena 130 km 3000 m+ IR

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Quería dormir en el área de descanso de La Acebeda pero está cerrado cuando llego al anochecer. Esto me trastoca un poco los planes y tengo que dormir en el primer sitio que encuentro, en Horcajo de la Sierra. Como el lugar no es muy apto para dejar el coche todo el día, decido empezar la etapa en Prádena del Rincón.


El cambio de lugar de salida y llegada de la etapa también hace que cambie un poco el inicio de la misma. Dejo La Puebla de lado y paso a subir por La Hiruela en dirección a la sierra de Ayllón.


Primera hora de la mañana y ya hace mucho calor. Es un calor muy diferente al del norte y me reseca enseguida.


La Hiruela no tiene rampas duras y se sube con mucha tranquilidad, más siendo el primer puerto de la jornada. Enseguida llego al cruce de La Puebla, por donde se supone que debería haber venido en mis planes originales.


Corono el puerto de La Hiruela y, aunque solamente llevo diez kilómetros recorridos, me viene a la mente la tranquilidad con la que está transcurriendo todo. Aún no he visto un solo coche.


Como era muy pronto, he salido con manguitos. Me los he bajado en la subida y veo que me los puedo guardar porque hace calor en la bajada. Sigo en Madrid pero ya diviso territorio de Guadalajara.


El río Berbellido supone el cambio de comunidad y el inicio de la subida a Peñalba por esta vertiente. Empiezo a buscar cada una de las sombras.


No recordaba que este piso estuviera en tan buen estado. Me parece que lo han reasfaltado porque es una gozada subir por aquí.


Algún tramo de doble cifra me obliga a apretar un poco pero son pocos y seguidos de buenos descansos. El olor a brezo es embriagador. Me estaría todo el día quieto y respirando.


Corono Peñalba con muy buenas sensaciones. Todavía no llevo treinta kilómetros y ya han caído dos de las seis subidas que tiene la etapa.


La bajada es rápida pero la hago con mucha calma. Tengo mucho tiempo para disfrutar cada metro con semejante perfume acompañando.


El Jarama y el Jaramilla confluyen formando unos enormes socavones en la sierra que resultan todo un espectáculo. En nada estaré en esa rareza que llamamos Muralla China.


La sierra pobre no tiene nada que ver con la parte central de la sierra de Guadarrama. La tranquilidad que se respira es total y hasta me sorprende ver un coche en el puente, en el fondo de la Muralla China.


La bajada es una tortura, con un cemento rayado de esos que te sacan los empastes de las muelas. Tirando a tope de frenos, llego a la altura de la familia que se fotografía en el puente.


Toca subida fuerte, con un kilómetro al 14% que te pone en guardia. Antes de subir cruzo unas palabras con los progenitores del pequeño que me saluda con mucha gracia. Sí, soy de Bilbao. Me lo notan en cuanto se dan cuenta de que el porcentaje de tacos por palabra es más alto de lo normal. Bueno, y que saludar con un 'aupa' no es muy de castellanos ni de madrileños.


La Muralla China me exige pero lo llevo bastante bien. Es corta y no llevo mucho castigo. Me empieza a preocupar algo más el calor que va en aumento.


Tras un terreno de enlace que pasa muy rápido, llego a Majaelrayo y me encuentro con que el cartel de puerto indica que La Quesera está cortado. Veo que baja un coche y espero a que llegue hasta el cruce para preguntarle. Me confirma que está cortado porque están parcheando y que unos operarios les han obligado a darse la vuelta a medio puerto.


Bueno, si están parcheando igual yo puedo pasar en bicicleta, así que decido arriesgarme. Si no pudiera pasar, la etapa quedaría más fea con un ida y vuelta y, sobre todo, se me fastidiaría lo de coleccionar Somosierra.


Con el tema de preguntar al coche que venía, se me ha pasado meterme en Majaelrayo para rellenar el bidón de agua y lo llevo en las últimas. No me doy cuenta hasta que llevo unos kilómetros y ya no me trae a cuenta dar la vuelta.


La Quesera por esta vertiente es un puerto muy cabroncete, ya que se pierde la altitud casi tan pronto como se gana. La primera parte consta de varios escalones con rampas muy fuertes pero que desemboca en bajadas que hacen que se pierda todo lo ascendido.


Hasta llegar a los últimos diez kilómetros que ya son más constantes, manteniéndose en un 5-6% hasta el final. Aquí me adelantan tres chicos en un coche que creo que tendrán que darse media vuelta.


Sigo subiendo y van apareciendo algunos parches de cemento blanco que me sorprenden muchísimo. Creo que es la primera vez que veo parches de este tipo en una carretera.


Me cruzo con dos ciclistas que bajan y les pego una voz preguntando si se puede pasar. Me dicen que no hay problema y, a falta de un kilómetro para la cima, me encuentro con los operarios descansando y comiendo el bocadillo. Me saludan y animan para llegar.


Corono La Quesera y me encuentro con una valla que cierra la carretera de lado a lado. Justo llega un camión y me dicen que se puede bajar sin problema. Al momento, llegan tres chicos en un coche que me acababan de saludar a unos metros del alto. Es cuando me entero de que se está parcheando porque la Vuelta a España pasa en unos días. Los chicos van a venir a ver la etapa y me preguntan qué vertiente está mejor para subir ese día mientras esperan al paso de los ciclistas. Para mi gusto, la de Majaelrayo es mucho más interesante.


Me quedo un instante disfrutando de la visión de la meseta que se tiene de este alto y tiro para abajo con mucho cuidado. Los parches de alquitrán que voy encontrando no están muy bien alisados que digamos.


Antes de llegar a Riaza, tomo el desvío de La Pinilla. Es una subida muy sosa pero que me evita kilómetros por la nacional.


La estación de esquí de La Pinilla es un desierto. Me encuentro a unos operarios trabajando en una pequeña obra y tiro para Cerezo de Arriba. La vertiente de bajada me parece más interesante que la que he hecho de subida.


En Cerezo de Arriba no lo soporto más y me meto en un bar de la plaza para tomarme un helado de cucurucho. La chica me pone hielos en el bidón y salgo pitando para el puerto de Somosierra. Hace mucho calor pro me está resultando muy soportable.


Llega el momento cumbre del día con la subida al puerto de Somosierra, un puerto muy poco habitual para una bicicleta. Me encuentro a una patrulla de la Guardia Civil antes de meterme en la A-1 y decido preguntar si hay alguna vía alternativa, más por asegurarme su permiso que por otra cosa porque llevo la información bastante revisada. Me dan el OK que buscaba y para arriba que voy.


Puede parecer una subida temeraria pero nada más lejos de la realidad. El arcén mide tres metros de ancho y resulta muy cómodo ir por ahí porque se encuentra muy limpio y la rodadura es suave. Tan solo hay un estrechamiento un poco complicado en un pequeño viaducto.


Habiendo tres carriles, los coches y camiones evitan el más cercano a mí y no molestan. Tan solo es incómodo el sonido de los motores. Antes de llegar al túnel, una señal te obliga a coger la salida de Somosierra.


Corono Somosierra muy satisfecho. Es de esos puertos que, antes de empezar , no estás muy convencido de subir, pensando que puede resultar algo peligroso. Pero para nada. Es más, no me suelen resultar peligrosas las autovías por las que he pedaleado.


Desciendo hasta Robregordo y me vuelvo a meter en la autovía para descender otro kilómetro más, hasta la salida de Horcajo de la Sierra. Ya solo me quedan unos kilómetros bastante ondulados que me sirven para redondear los 3.000m de desnivel positivo acumulado que completan una ruta muy interesante.


Llego a Prádena del Rincón con tiempo suficiente como para comer y seguir el viaje hasta Alcaraz, a donde llego ya de noche. Mañana me espera una buena sucesión de puertos de Albacete.

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2 Comentarios

  1. Si tras Horcajo de la Sierra no te dirigiste hacia Horcajuelo y Montejo, te ahorraste un morlaco de cuidado, el puerto de Campadales, corto pero duro. Creo que pasaste por Madarcos, ¿no? La carretera de Peñalba parece arreglada.

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    1. Sí pasé por Madarcos. No sabía de ese puerto. Habría ido por él solo por coleccionarlo. Para otra ya me lo sé.
      La carretera de Peñalba con asfalto nuevo. ¡Para gozar!

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