El sur madrileño

Los días pasan rápido y ya estoy de vuelta. El viaje desde Jaén es largo y, aprovechando que llevo unos meses siguiendo las andanzas de los CICLISTAS DE VALDEMORO, quedo con Gorgonio para hacerles una visita y así rodar un poco con su grupeta. La ruta que tienen programada les llevará por el sur madrileño y es ideal para rodar, por una vez, sin hacer desnivel.

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El sur madrileño Valdemoro 95 km 500 m+ IR

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He quedado a las nueve de la mañana en la plaza del astronauta. Estoy con bastante tiempo de antelación y me doy un pequeño garbeo por Valdemoro, hasta que voy viendo que llegan algunos ciclistas. No los conozco pero, en cuanto veo el primer maillot de los ciclistas de Valdemoro, me acerco a la rotonda.


En cuanto me acerco al grupo, aparece Gorgonio y me presenta. Hacía bastante que no nos veíamos y, en los primeros kilómetros de la salida, nos vamos poniendo al día.


Me voy acomodando en medio del pelotón. También hace mucho que no ruedo en grupo pero parece que es algo que no se olvida.


Y a chupar rueda. Acostumbrado a ir en solitario, qué fácil resulta rodar detrás de otros. Sopla un ligero aire de cara, o eso me parece, lo que hace que me mantenga con los manguitos.


Cruzamos el Jarama y, camino de Aranjuez, se acelera el grupo, algo que se va a dar en varias ocasiones. Me resulta divertido pegar estos arreones aunque creo que porque es algo novedoso.


El primer paso por Aranjuez me deja unas vistas preciosas del Palacio Real, al paso por el río Tajo. Luego viene un tramo adoquinado y la iglesia de San Antonio. Gorgonio me va haciendo de guía perfectamente y me cuenta un montón de curiosidades que me amenizan la ruta.


La salida de Aranjuez nos enfrenta con la Cuesta de Aranjuez, una rampita al 4-5% que desemboca en El Montillo. En cuanto te descuidas un poco, se te escapa la grupeta.


Nos reagrupamos y nos volvemos a enfilar camino de Ciruelos. Volvemos a tener una pequeña cuesta y el grupo salta en pedazos otra vez, ya en tierras toledanas.


Llegamos a Ciruelos y la grupeta se junta otra vez. Lo que más me gusta de estos grupos es que, aunque haya arreones puntuales y gente que va a ritmos diferentes, luego siempre se van esperando unos a otros.


Hay un compañero (Sanda) que no se encuentra muy bien y decide darse la vuelta en este punto para que no le tengan que esperar.


Hacemos un giro brusco hacia el oeste en Yepes y nos dirigimos a Ocaña. Tocan zafarrando de combate por delante en una recta de diez kilómetros y el ritmo se dispara, lo que hace que lleguemos separados hasta la A4. No recuerdo cuándo fue la última vez que rodé tan rápido.


La entrada en Ocaña es muy curiosa, con unas casas extrañas, de dudoso gusto arquitectónico. Me llevo tal sorpresa al verlas que se me pasa hacerles una foto. En esta localidad toledana está prevista la parada central del grupo, lo que aprovecha Gorgonio para enseñarme la magnífica Plaza Mayor.


Encontramos a la gente junto a la entrada de un curioso carril-bici que, como suele ser habitual, está más frecuentado por paseantes que por ciclistas.


La gente hace u avituallamiento y seguimos camino, de vuelta a Aranjuez. Pensábamos que íbamos a tener aire favorable  la vuelta pero nada más lejos de la realidad. Nos da de cara y cada vez con más fuerza que antes.


Volvemos a pasar por Aranjuez, con la insoportable incomodidad de los adoquines. Se me ha cedido el soporte del GPS y me salta continuamente en estos casos. Menos mal que ya lo tengo controlado y tengo puesta una goma y una cuerda para que no se me caiga al suelo. Aprendí muy bien la lección cuando un coche me atropelló al anterior GPS en el pavés belga.


Salimos de Aranjuez y volvemos a Ciempozuelos bastante formales, yendo todos juntos después de que me tengan que esperar por culpa de entretenerme haciendo algunas fotos.


Volvemos a pasar por el Jarama y alguien me avisa de que, si voy haciendo fotos, me voy a quedar cortado enseguida porque se avecina el acelerón que va a tener lugar en La Estación.


Dicho y hecho. Se vuelven a romper las hostilidades camino de la Cuesta del Burro. Consigo enlazar a poco de iniciarse la subida pero me vuelvo a entretener con las vías y salen pitando.


La cuesta se las trae, con una pendiente máxima del 16%, y el grupo se desmorona yendo cada cual al ritmo que puede.


Solventada la dureza del día, la gente espera a la entrada de Ciempozuelos a que vayamos llegando todos.


La subida de la Cuesta del Burro parece haber calmado los ánimos y todo se tranquiliza. Quedan menos de diez kilómetros para llegar a Valdemoro y los hacemos a un ritmo más suave.


Entrando en Valdemoro la gente se despide y algunos nos vamos a tomar algo, con la sorpresa de tapa que les ponen por aquí completamente gratis. Te tomas algo y sales comido. 


Magnífica mañana la que he pasado junto a Gorgonio y su grupo. Ha sido un placer volver a verle y rodar junto a su gente. Y encima, me regala un melón que está cojonudo.

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3 Comentarios

  1. Qué buena crónica te has marcado, amigo Joseba. Me resulta mágico leer una crónica de mi grupeta con fotos que no son mías. Se nota que buscas con esmero donde enfocar, y que en algunas has parado para encuadrar mejor. Magníficas instantáneas, y algunas nunca llegué a fotografiarlas yo. Para nosotros ha sido un auténtico placer llevarte en la grupeta. Espero que haya más ocasiones.
    Me alegra mucho que el melón saliera bueno !!!

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    1. Gracias, Gorgonio. El melón no llegó al segundo día. Y el placer, sin duda, fue mío. Me divertí mucho. Saluda a todos de mi parte.

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  2. Jajajaja, la he vuelto a leer. Crónica cojonuda.

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