Empieza la semana, como viene siendo habitual, con agua. Ya estamos a menos de quince días del Maratón de Barcelona y creo que voy a dejar de lado el tema de hacer una última tirada larga. Lloviendo no me apetece y haciendo bueno prefiero hacer bici, que tengo bastante mono de ella.
Amaia sigue probándose, por lo que me ha dejado bastante abandonado. Sin ella ya no me acostumbro a salir a correr solo, así que me amoldo a sus distancias que, últimamente, son muy cortitas. Hoy solo cinco kilómetros hasta llegar al muso Guggenheim y media vuelta, lo justo como para aprovechar la mañana y para seguir activo. A veces viene bien hacer poco.
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