IL. Behobia - San Sebastián

Hoy es la Behobia y Amaia está inscrita desde el primer minuto. Se trata de una carrera de gran renombre y masificada participación, algo que ella busca en estas pruebas de asfalto para poder disfrutar del ambiente correril. Yo también me iba a inscribir con ella pero, en cuanto entramos en la pasarela de pago y vi que cobraban 38€ por correr 20km, decidí invertirlos en dos camisetas guapísimas que me hacían más falta. No entiendo a dónde van a parar esos euros por organizar una salida por la carretera, así que no paso nunca por el aro. Con la bicicleta hago lo mismo y eso me da para irme todos los años a Asturias, Pirineos y Alpes. Es lo que tiene que me la sude decir que nunca he hecho la QH y que me la pele mi tiempo en un maratón. El chip me sobra y no pago por ello, sino por otras cosas y, conociendo el recorrido feo a más no poder que tiene esta prueba, las expectativas ya no eran muy buenas.

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IL. Behobia - San Sebastián Behobia 20 km 1080 m+ IR

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Desgraciadamente, aquello por lo que se había apuntado Amaia, por vivir el gran ambiente de una prueba de más de veinte mil participantes, se desmorona en el momento de recoger la bolsa del corredor. Por cierto, bastante lamentable. En ella sólo hay una camiseta ADIDAS naranja (la mía, también ADIDAS, comprada con el dinero que me ahorré de la inscripción, es de mi color favorito, mejor material y solo pagué 17 euros), el dorsal con el chip y una megarevista que bien podrían meterse por el culo, llena de normas y más normas para que los piltrafillas (que aunque ni ellos lo sepan son el 99% que les llenan las arcas) no estorben a los que van a disputar la prueba. La mejor de todas ellas, una salida partida en grupos que hace que Amaia salga cuando el primero ya lleve tiempo en su casa, no sea que tropiecen en alguna cuesta de Irún. De buenas a primeras, la ilusión de volver a tomar una salida junto a veinte mil personas como en el medio maratón de Madrid, se va al traste. La Behobia ya pasa a ser una prueba de mil y pico, como cualquier otra. Solo que en las otras no te cobran 38 euros ni te hacen sentir como una mierda poniendo tu hora de salida grabada a fuego en el dorsal para que no se te ocurra despistarte. Eso sí, podrás decir que has hecho la Behobia. Si se te ocurre hacer el recorrido cualquier otro día por tu cuenta ya no será lo mismo.


Llega el gran día y ya nada es lo mismo. Inscribirse con tantos meses de antelación supone que los veinte kilómetros de marras pasen a un segundo plano porque ya no suponen ningún reto personal y que ir a Behobia sea una obligación por haber pagado los 38 euros. Se nos ocurren varios planes mejores para este día pero estamos atados de pies y manos. Llegamos a Donosti y aparcamos a la primera junto a la estación de Amara, donde tomamos el tren de Hendaya para ir como sardinas.


Cuando llegamos a Hendaya, todavía falta más de una hora para que salga el grupo de Amaia. Se ha apuntado a más de dos horas y salen a las 11:08, más de una hora después de que se de la primera salida. En Madrid hicimos la medio maratón saliendo veinte mil almas todas juntas y la gente ya sabe ponerse en el globito que le toca para que no le pisen, y si alguien va a una prueba con esa participación no creo que espere ir desahogado salvo que sea gilipollas, que los hay. Uno va a una popular esperando que sea eso ... ¡popular!


Tras echar una meada en los aseos de la estación francesa, nos acercamos a la zona de salida con otros corredores que también han bajado del tren en el mismo sitio. Hay unos autobuses lanzadera pero también van llenos de sardinas, así que preferimos hacer andando esa distancia aún a riesgo de mojarnos un poquito. Por suerte, este ratito hasta la salida no llueve y podemos hacer alguna foto del Bidasoa, lo poco fotografiable antes de meternos a correr por la carretera.


Llegamos a la muga y la presencia de gente es la misma que en una carrera cualquiera, ya que han salido ya veinte mil participantes. Hay algún despistado buscando su grupo junto a un montón de mierda en forma de ponchos de plástico tirados por todas partes. No entiendo cómo puede ser así, aunque supongo que tirar la capucha en una papelera debe suponer una pérdida de fuerzas tal que tu marca queda ya seriamente comprometida.


Empezamos la cuenta atrás un poco fríos. Intentamos meternos en el ambiente pero ... ¡no hay ambiente! La salida es de las más frías que recuerdo de todas las que hemos hecho. No sé por qué pero me viene a la cabeza BHM.


Hay una pantalla gigante para dar un poco de lustre a esta pseudo-salida decepcionante y la cuenta atrás es el único momento en el que podemos sentir que estamos metidos en algo organizado.



Salimos y ... ¡pos vale! Nos sentimos acompañados porque los ritmos de todos son similares y vamos siempre juntos, como en cualquier carrera de vente mil personas en las que salgan todas juntas pero sin la emoción por la que se supone que pagas y que aquí se encargan de sustraerte.


El primer kilómetro es, junto al último, lo poco que se salva del recorrido. Es una gozada correr junto al Bidasoa con Jaizkibel en el horizonte. Es más, es una pena no ir a Donosti por allí, lo que haría la prueba dura de verdad y con un paisaje espectacular en la mayor parte de su trazado, aunque claro, reconozco que estoy hablando ya de otra cosa.


Nos metemos por las calles de Irún y se nota el apoyo de la gente. Pero no puedo dejar de comparar porque los 38 euros que ha pagado Amaia condicionan todo mucho y ... lo de Madrid por menos de la mitad es para verlo ...  y, en otro nivel, lo que viví hace un mes en el Desafío Cantabria fue realmente emocionante.


Comienza a llover y tengo que guardarme la cámara, algo que no me importa lo más mínimo porque me conozco este recorrido de memoria de pasar en bici camino de Francia. Eso sí, para ir corriendo, me parece de lo más chabacano. Nunca me imaginé gastando zapas por el carril de vehículos lentos. Es para llorar.


Pasamos algún que otro avituallamiento líquido. Esperábamos un botellín de agua pero dan unos vasos de pequeños con los que le relleno a Amaia el botellín con el que ha salido. En el avituallamiento central, hay vasitos de un isotónico que le sabe de pena. Yo no cojo nada para mí, pero me lo deja probar y es vomitivo.


Seguimos camino de Lezo por el tramo más cerrado de arbolado y que disipa un poco la idea de estar corriendo por una carretera nacional. Pasamos otro avituallamiento líquido con la idea de no coger más agua porque no sabe bien y puedo ver cómo están rellenando los vasos en una fuente. Por 38 euros no esperaba menos.


A partir de Lezo, el recorrido es para enmarcar. Con un olor a gasoil insoportable, cruzamos el polígono del puerto de Pasajes, de lo más bonito de Euskadi para enseñar a los visitantes que no me explico todavía cómo pueden quedar encantados para contarlo. Hay otro avituallamiento líquido y están rellenando los vasos de cartón con una manguera que mana de un tanque. ¿Es que Amaia no se merece un mísero botellín de agua en 20km? ¡Ya no digo unos cacahuetes de mierda! ¡O un ridículo trozo de plátano!


Llegamos al alto de Miracruz. De la multitud animando por las calles ... a ver ... que en cualquier carrera de barrio hay la misma gente ... ¡no seamos paletos, coño!


Llegamos a la playa de la Zurriola. ¡Por fin! Es una pena no haber pasado de la puta Behobia y haber hecho una independiente recorriendo la costa. Por lo menos habríamos bebido agua fresca y hasta me habría llevado unas galletas en el bolsillo.


Entre unas gotillas de agua, entramos en meta por el Boulevard y nos desvían por una calle hacia la zona de la plaza de Gipuzkoa, donde a Amaia le dan una medalla y una bolsa con agua, powerade y una manzana. ¡Pedazo bolsa!



Íbamos a quedarnos en Donosti a comer unos pintxos pero pensamos que ya hemos hecho bastante el primo como para repetir, así que igual que hemos llegado, ..., nos marchamos. Al menos, podemos disfrutar de la bravura del Cantábrico, el mar del que sacamos parte del carácter que tenemos los de Bilbao.


¡Ostras Amaia! ¡Qué guapa estás! ;-)


Conclusión: si quieres decir que has hecho la Behobia, la Behobia es tu carrera. Si quieres tener una revista cargada de normas sin pasar por un quiosco, la Behobia es tu carrera. Si quieres tener un presupuesto detallado, la Behobia es tu carrera. Si tienes un poncho de plástico y quieres tirarlo al suelo, la Behobia es tu carrera. Si te gusta el agua de garrafón, la Behobia es tu carrera. Si quieres tomar la salida cuando ya se ha llegado a meta, jajajaja, la Behobia es tu carrera.

Yo tengo cosas mejores que hacer ... ¡y más por 38 euros! Por mucho que en su supermegarevista del copón me digan en qué se los gastan. Cuando hay que justificar tanto las cosas ... ¡yo no me chupo el dedo! Conmigo que no cuenten para seguir inflando esta burbuja. Seguiré gastando la pasta en gasolina, material y organizaciones que me ofrezcan aquello que yo solo no pueda obtener.

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1 Comentarios

  1. jajajajajajajaja cojonuda la cronica tio!!!!!
    Esta claro la Behobia NO es mi carrera......no suelo ir a carreras porque me la suda el tiempo asi que busco otras cosas....pero no esto, me recuerda a la de Las Arenas Bilbao...la sensación que me queda es que me han robado a la puta cara!!!!
    Ah!!! Gracias por el piropo....jajajaja....hoy estoy tambien monisima de la muerte ACHUSSSSS!!!!! jajajajaja

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