Un acuatlón muy exigente

Los acuatlones se han convertido en una de las cosas más divertidas que hacemos durante el verano pero, con postas de natación tan largas como la de hoy, pueden pasar a ser actividades muy exigentes.

XTREM CAT 1 CAT 2 CAT 3 CAT 4


Carrera Plentzia 5.000 m 0 m+ IR


Natación Gorliz 3.000 m - m+ IR


Carrera Plentzia 5.000 m 0 m+ IR


La pleamar siempre nos marca el horario para los deportes acuáticos. Con la marea alta está todo en mejores condiciones para la práctica deportiva. Hoy es a las 12:45 horas, así que no tenemos que madrugar demasiado, lo justo para hacer una tortilla de patata para el avituallamiento final y para acercarnos a Gorliz, el lugar elegido por lo cómodo que resulta para todo.

La primera posta de carrera es de cinco kilómetros. Nos cuesta mucho ponernos en marcha. Estamos sentados en un banco del paseo, frente a la playa, y no terminamos de salir a correr. Nos miramos uno a otro y hay algo que nos pone en marcha casi sin darnos cuenta.

Tiramos por el paseo de la ría de Plentzia hasta el puente del Metro y seguimos hasta Barrika, donde damos media vuelta y volvemos sobre nuestros pasos.


Llegamos al coche y, sin detenernos ni un instante, nos ponemos los neoprenos. De los 23ºC de temperatura del agua de hace unas semanas, hemos bajado a los 20ºC. Nada más entrar ya se nota más fresca.

Tenemos la distancia bien medida con el GPS y ya hemos hecho 3.000 metros en el mes de julio, así que repetimos recorrido. Pero esta vez, el agua está bastante fría. Se nota muchísimo la bajada de esos tres grados. Es más, como nadamos junto a las boyas que delimitan la zona de baño, mucho más adentro de lo que lo hacen los bañistas, es posible que haya algún grado menos. Algunas corrientes te dejan helado.


Salimos del agua haciendo zetas. Amaia ha cogido frío en el estómago y yo llevo las manos congeladas, tan arrugadas que no las siento. Nos sentamos en el maletero y comemos algo antes de partir para la segunda posta de carrera o no lo contamos


La segunda posta de carrera repetimos recorrido para no tener que andar midiendo con el GPS de nuevo. Parece que nos sienta bien y que nos hace entrar en calor. Esta posta la hacemos mucho mejor que la primera, sin pereza inicial y como necesitando volver a entrar en calor.

Volvemos al coche y nos comemos los bocatas con un hambre tremendo. Es verdad que es tarde y que solemos comer muy temprano pero, este acuatlón ha resultado ser más duro de lo que parecía en un principio. Me da que hemos subestimado una posta de natación de tres mil metros porque la suma de esfuerzos hace pupa.

¡Ostras, si estamos cansados!

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