Hace seis semanas que no me pongo a correr. Ayer era el día elegido para hacer mi primer maratón independiente pero, después de levantarnos Amaia y yo a la seis de la mañana, la lluvia torrencial nos chafó los planes.
Hoy salgo por hacer algo. El tiempo también ha chafado el plan largo que tenía de bici y me pongo a darle a las zapas para aprovechar un poco la tarde.
Tan solo ocho kilómetros me enseñan lo que puede llegar a ser tanto tiempo de inactividad runnera. ¡Y yo que quería hacer un maratón independiente! ¡Ya me vale!
Aún así, el plan se mantiene. Este sábado, si no se tuerce nada, creo que será el intento. Un poco arriesgado pero... ¡qué más da! Con algo habrá que romperse.
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