Rebosante de satisfacción

Meto la bici en el maletero y ... ¿Por qué no subir corriendo? Llevo las zapas de runner por casualidad. Las que suelo llevar siempre las tenía mojadas y me pillé las de correr. Son 8km. Ocho y ocho ... ¡dieciseis! Voy a apuntarme Aigüestortes corriendo.


Para allá que me voy. Saludo a la chica de la caseta que me había visto salir con la bici debajo y regresar con la bici encima. Me voy cruzando con muchos paseantes y con las furgonas del parque que suben y bajan a la gente.







Es tan bonito el entorno que apenas caigo en el esfuerzo que me supone. Muy divertido el paso por una riada que cruza la pista de lado a lado. Hace mucho calor y se agradece el chapuzón.






Pero subir un puerto corriendo no lo he hecho nunca y se me hace un poco largo. Las rampas finales duelen, pero consigo llegar arriba sin parar ni un instante y llevando un muy buen ritmo.






Mi primera subida corriendo y estoy contentísimo. Casi tiene más mérito y, sin duda, me ha costado muchísimo más esfuerzo que haciéndola en bici. Me siento realmente satisfecho.



Unos minutos por la zona de paseo, aprovechando para soltar y para sacar unas fotos. Es un sitio increíble. ¡Precioso!








La vuelta, cuesta abajo, como si nada. Me vuelve a saludar la chica de la caseta a mi llegada y ... ¡qué satisfecho estoy! Hacía tiempo que no experimentaba este sentimiento, el de haber logrado algo fuera de lo normal.

Ya solo toca regresar a casa. Paso por Castejón de Sos a eso de las siete de la tarde, pero esta vez no podré hacer Collado Sahún. Me da igual, voy tremendamente feliz por el final que ha tenido mi semana. Habrá más.

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1 Comentarios

  1. ZORIONAAKKKK!!!!!!
    Que pasada!! Que guapo el puerto!!!! has tenido que disfrutar un monton.......

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